El Hospital Materno Infantil de Málaga sufre un “colapso total”, según ha denunciado este martes el Sindicato de Enfermería SATSE que también aseguran que se debe a la falta de enfermeras que está llevando al “cierre masivo de camas”.
Los pacientes pediátricos que deberían ser atendidos en la quinta planta de pediatría, según Satse, están siendo reubicados en otras unidades sin medios, sin personal y sin condiciones adecuadas, “provocando situaciones de altísimo riesgo tanto para los menores como para los profesionales”.
En este sentido, aseguran que en estos momentos hay más de 10.400 niños en lista de espera quirúrgica y añaden que a partir del 15 de julio se va a cerrar el Hospital de Día Quirúrgico Pediátrico y como consecuencia se elevará hasta 79 las camas pediátricas y neonatales cerradas, incluyendo 58 camas de hospitalización pediátrica, 16 camas de Neonatología y 2 camas de UCI pediátrica.
Este martes se han desprogramado dos quirófanos de Otorrinolaringología por falta de enfermeras en el quirófano pediátrico. Al igual que, según Satse, este pasado lunes se suspendieron dos intervenciones quirúrgicas, de dos menores con diferentes patologías, por falta de cama para su posterior ingreso.
“Estos hechos no son hechos aislados y son inaceptables: estamos ante decisiones que se deben adoptar como consecuencia de una gestión absolutamente irresponsable de falta de contratación de enfermeras”, remarcan.
A su parecer, la situación es “insostenible” y los profesionales de enfermería “están sometidos a una presión brutal, con sobrecarga laboral, traslados forzosos y ausencia total de planificación”.
“Esto es intolerable, deshumanizante y representa una degradación inaceptable del sistema sanitario público andaluz”, añaden y exigen que “se tomen medidas urgentes para revertir este desastre asistencial”.
Respuesta Junta de Andalucía
Por su parte, desde el Hospital Materno Infantil de Málaga aseguran que prestan una atención pediátrica "adecuada y segura, gracias al compromiso y profesionalidad de todos los equipos que trabajan día a día para garantizar la calidad del servicio público de salud".
Eso sí, sostienen que hacen su labore "no sin dificultades y asumiendo que las desprogramaciones a veces se producen por adversidades sobrevenidas".
En este sentido, hacen hincapié en que la gestión de los recursos humanos y materiales "se adapta constantemente a las necesidades asistenciales, especialmente durante los meses de verano, donde se planifican con antelación las reorganizaciones necesarias para mantener la atención sin comprometer la seguridad ni la calidad".