Málaga está inmersa en la primera ola de calor del verano. En las últimas horas, los termómetros han subido hasta alcanzar cerca de 40 grados en algunos puntos de la provincia y así seguirán, al menos, hasta el próximo jueves. El calor no pasa desapercibido, lo que a veces sí lo hace son los riesgos para la salud que conlleva.

Estos desembocan en patologías derivadas de la propia exposición a las altas temperaturas, pero también de los efectos colaterales de las actividades a las que la mayor parte de la población recurre para sobrellevarlas. De la misma forma, no afectan a todo el mundo por igual: el calor es especialmente peligroso para los colectivos más vulnerables, entre ellos, las personas mayores y los niños menores de cuatro años.

Este mismo lunes, la revista ‘Nature Medicine’ publicaba un estudio que estima por primera vez los fallecimientos por altas temperaturas, es decir, aquellos que no se hubieran producido si la temperatura se hubiera quedado dentro de las cifras óptimas. En Málaga, solo durante el verano de 2022, murieron 313 personas.

“Hay que ser muy prudentes”, asegura Eva Fragero, jefa de Urgencias del Hospital Regional, quien resume los principales riesgos y los consejos más útiles para afrontar esta ola de calor.

Quemaduras en la piel

Una de las principales patologías atendidas en las Urgencias de Málaga son las quemaduras. “El problema comienza cuando nos ponemos al sol sin precauciones”, asegura esta facultativa. Estos casos son especialmente comunes entre los extranjeros, que llegan con ganas de estar todo el día bajo el sol, en su mayoría, desde países en los que los niveles de exposición están muy por debajo de los que se encuentran al llegar.

Un hombre aplicando crema sobre una piel quemada por el sol. Freepik

Las quemaduras más frecuentes son las de primer grado, que afectan a la capa externa de la piel y provocan enrojecimiento, tirantez y dolor, aunque también hay quienes alcanza un nivel mayor, con ampollas y daños en capas internas.

Para evitarlas, Fragero recomienda usar “siempre” protección solar nivel y evitar las horas centrales del día. En caso de salir a la calle, aconseja usar un sombrero o una gorra que proteja el cuero cabelludo y gafas del sol.

Golpes de calor

El golpe de calor es el trastorno más grave que una persona puede sufrir por calor, pero antes de llegar a él, se pueden experimentar otras patologías. La primera es el “estrés por calor”, que se caracteriza por una sensación de irritabilidad y molestia, agotamiento, sensación de sed y debilidad por la pérdida de agua y sales en el cuerpo y, a veces, por dolor de cabeza y mareos. A diferencia de este, durante un golpe de calor, los pacientes suelen presentar febrícula, incluso de 40 grados, y un estado de aturdimiento y delirio.

La primera recomendación de Fragero para evitar llegar a estos estados críticos es beber agua de forma continuada, ya que uno de los principales problemas durante una ola de calor es la deshidratación que provoca. Además, aconseja no hacer deporte y aclimatar el cuerpo a la temperatura porque “los cambios bruscos no son buenos”. Hay que tener especial cuidado al entrar en la playa o la piscina, donde el agua puede estar a unos 20-23 grados, o a un lugar con el aire acondicionado muy bajo.

“Cuando vemos que empezamos a estar caliente, debemos parar, buscar un sitio fresco y refrescarnos”, apunta esta profesional, insistiendo en la necesidad de atender a las señales que pueda lanzar el cuerpo.

Cortes de digestión

Durante una ola de calor también hay que prestar especial atención a qué comemos. La digestión es un esfuerzo que el cuerpo hace en reposo. “Necesita que la sangre vaya al intestino porque tiene más trabajo y, si en ese momento, inicias otro esfuerzo como la exposición al sol, el organismo va a entrar en una situación de estrés y disputa por ver qué actividad requiere más atención, con las consecuencias derivada de ello: desde vómitos a bajadas de presión arterial”, explica Fragero.

Por evitarlo, la facultativa aconseja hacer comidas más ligeras y ricas en verduras, frutas y líquidos. “Cualquier comida copiosa unida al calor te va a producir malestar en el organismo que puede llegar a un corte de digestión”, asevera. De la misma forma, recomienda evitar tomar alcohol, ya que el calor potencia su efecto, ni bebidas energéticas con excitantes.

Niños comiendo sandía. Freepik

Picaduras y traumatismo

A las Urgencias del Hospital Regional llegan también patologías derivadas de las actividades que normalmente se llevan a cabo para sofocar la ola de calor. Desde las playas, es habitual encontrarse con pacientes que han sufrido picaduras de medusas y, sobre todo, de pez araña. Esta última lesión es especialmente dolorosa y puede ocasionar una inflamación intensa, aunque según explica Fragero, el tratamiento es simplemente agua caliente y, en algunos, analgésicos.

Un ejemplar de medusa en Málaga. Infomedusa

También apunta esta especialista a los traumatismos provocados, en muchos casos, por tirarse de cabeza. “Hay que tener precaución porque pueden acabar en lesiones cervicales”, asegura. Por eso, aconseja estar muy seguro de la profundidad del fondo, hacer siempre caso de las indicaciones de las playas y tener en cuentas las habilidades propias.

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