Cuando pasa frente a un restaurante, Plamen Pavlov se fija en si tiene gel hidroalcohólico y, en caso afirmativo, cuánto le queda. "Si pasas en cinco días, verás el mismo volumen de líquido", cuenta. La gente ya no se echa gel hidroalcohólico... y él tiene todavía cargamentos de este material por donar. "Siento la responsabilidad moral y civil de ayudar en todo lo posible", cuenta este empresario afincado en la Costa del Sol a EL ESPAÑOL de Málaga. Ahora, no encuentra a nadie a quien regalar la parte que le queda de los cargamentos llenos de gel que importó al inicio de la pandemia.

La primera donación la realizó a finales de marzo de 2020. En aquel momento, el gel tenía una demanda un 20% superior a lo disponible. Los distribuía por Andalucía, Extremadura, Murcia, País Vasco, Navarra, Castilla León o Castilla la Mancha, entre otros.

Pavlov indica que en la Costa del Sol “todos los Ayuntamientos han colaborado excepto el de Torremolinos, de quien no hemos recibido ninguna respuesta”. Mediante estas instituciones, ha repartido geles a Policía Local, Bomberos, institutos, colegios, organismos y personas necesitadas.

“Un gesto muy importante”

“España estaba en el top 3 (de datos de Covid), para nosotros era un gesto muy importante”, afirma Pavlov sobre la necesidad de traer geles hidroalcohólicos al país en ese momento. Sus fábricas estaban abasteciendo al gobierno de Bulgaria, y fueron ellos mismos quienes pidieron al ministerio búlgaro traer los geles a España. “Hemos conseguido el permiso, han enviado los geles, los hemos almacenado en el almacén de Málaga y a partir de ahí hemos donado y vendido”, relata.

El negocio de Pavlov es la cosmética y el maquillaje a través de su tienda Pavlova's, además de producir en su fábrica productos de cuidado personal con la marca Medi Skin. Esta compañía, ubicada en Fuengirola, busca “poner nuestro granito de arena" porque "no todo en la vida es dinero, margen o beneficio". "Los geles no son nuestro negocio principal, podemos permitirnos entre nosotros y la fábrica donarles los geles que hemos donado”, justifica el empresario. Con los últimos pedidos, las donaciones alcanzarán la cifra de 200.000 unidades.

El propietario de Pavlova’s explica como los clientes le compraban al principio de la pandemia los geles que tenía; pero, cuando el Estado fijó el precio máximo de los productos mediante un Real Decreto Legislativo, todas las empresas a las que distribuían dejaron de hacerlo. “No estaban contentos con tener un margen de 30-40 céntimos en un bote de gel, querían ganar mucho más”, afirma. A Pavlov esto le sorprendió: critica que se ha especulado mucho con productos sanitarios como estos o las mascarillas.

“Dárselo a todos cuando es una necesidad”

En conversación con este periódico, explica que han donado la mitad de lo que han recibido. Tras aparecer en los medios de comunicación ofreciendo los geles, ha recibido peticiones de colegios, residencias de ancianos o clubes deportivos. "Nos han llegado solicitudes verdaderas y ciertas, que de verdad necesitan los productos para protegerse. Fuera de ellos, en la calle y vida normal, la gente se ha olvidado que esto existe", afirma.

Por este motivo y por la especulación que ya se ha dado, el propietario afirma estar dispuesto a dar los geles "cuando es una necesidad". En las anteriores olas, ya rechazó hacer donaciones por ese mismo motivo.

“Lo más importante es que nuestros geles lleguen a las personas más vulnerables, las que más necesitan protegerse, sean los niños y alumnos de institutos, personas mayores, de instituciones, de asociaciones o de primera línea”, afirma. Es la condición con la que Pavlov realiza las donaciones y, según plantea, el motivo por el que realiza esta acción.

El empresario afincado en la Costa del Sol hace un llamamiento a todas las organizaciones y personas que puedan necesitarlo a que se pongan en contacto con él en el número de teléfono 622 388 333. Su objetivo es donar todo el stock que tiene y, de hecho, envía un gel hidroalcohólico gratuitamente con cualquier producto que venden. Una peluquería de Málaga ya les ha escrito pidiéndoles que, por favor, deje de enviárselos.

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