Publicada

Las claves

“¿Para qué quedarse en España si no es por la familia o los amigos?”. Con esta duda en la cabeza, Nández, un creador de contenido malagueño de 25 años, relata su primera nómina en Irlanda: 2.200 euros al mes, el salario mínimo.

Su testimonio conecta con el malestar de muchos jóvenes que sienten que las oportunidades en España no alcanzan para construir un futuro sólido. “He cobrado y me he parado a pensar… ¿qué sentido tiene seguir viviendo en España?”, explica en un vídeo que se hizo viral.

El dato habla por sí solo: 515 euros a la semana —más de 2.200 euros mensuales— en un empleo no cualificado ni especialmente atractivo, que aun así le permite vivir con comodidad.

"En cualquier trabajo eso es lo mínimo que se cobra. Ahora dime tú, ¿en qué empleo en España ganas eso sin experiencia?", se pregunta con incredulidad. Mientras muchos jóvenes españoles encadenan contratos temporales y cobran sueldos bajos, sumado al problema que hay de la vivienda en Málaga, otros deciden cruzar la frontera en busca de oportunidades. 

"Si no fuera por el clima y la familia, en casi cualquier país de Europa se gana más. En Irlanda, por ejemplo, la diferencia es enorme", explica. Aunque económicamente se siente satisfecho, Nández reconoce que esta reflexión le deja un sabor amargo. "Me da pena pensarlo, porque te das cuenta de que lo único que te ata a España son la familia y los amigos", confiesa.

Nández ha dado un cambio de vida radical mudándose a Irlanda, donde está encontrando otros ritmos de vida. "En España, si eres autónomo, mejor ni hablar de impuestos; y si eres joven buscando piso, todavía peor", comenta el creador en una de sus publicaciones.

Según el influencer, los impuestos y los precios del alquiler en España resultan mucho más difíciles de afrontar que en otros países europeos. Su historia es el reflejo de una realidad generacional: jóvenes formados que sienten que su país no les ofrece un futuro digno, lo que les obliga a coger las maletas y marcharse.