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En lo alto de las cuerdas y pasarelas que recrean la selva de Borneo, una pequeña cría de orangután se aferra con fuerza al pelaje de su madre. A pocos metros, Popo, un macho joven, curioso y enérgico, observa cada movimiento mientras explora su nuevo hogar.

La escena podría parecer cotidiana, pero encierra un mensaje urgente: los orangutanes se encuentran entre los animales más amenazados del planeta y su supervivencia depende de que la humanidad cambie el rumbo.

Por este motivo, este 19 de agosto, Día Internacional del Orangután, BIOPARC Fuengirola pone rostro a este drama global mostrando la vida de su propia familia de grandes primates: dos hembras con sus crías y un macho que ha traído nueva energía al grupo.

Su nombre significa literalmente "hombre del bosque". Los orangutanes de Borneo (Pongo pygmaeus) comparten con nosotros casi el 97% de su ADN y destacan por su inteligencia, paciencia y la complejidad de sus comportamientos.

Estos orangutanes no son sólo habitantes de la selva, sino ingenieros del ecosistema. Al dispersar semillas, ayudan a regenerar los bosques que regulan el clima y sostienen la vida de miles de especies, incluida la nuestra.

La historia de los orangutanes también es la de una desaparición acelerada, como demuestra que en apenas 40 años, su población se ha reducido más del 60%. De los casi 300.000 individuos que habitaban Borneo en los años 70, apenas sobreviven poco más de 100.000.

La causa es una combinación letal: la deforestación masiva para producir aceite de palma, los incendios provocados, la minería y la fragmentación del hábitat, la caza furtiva y el tráfico ilegal de crías. Si no se toman medidas urgentes, en apenas medio siglo podrían desaparecer de la naturaleza.

La UICN estima que, si sigue al mismo ritmo su disminución y las amenazas que lo provocan, la mayoría de sus poblaciones en libertad se extinguirán en los próximos 50 años. Las recientes encuestas realizadas por este organismo concluyen que entre 2.000 y 3.000 orangutanes fueron asesinados cada año en Borneo indonesio, solo durante las últimas cuatro décadas.

La misión de Bioparc: un hilo de esperanza

Frente a esta realidad, cada nacimiento en Bioparc Fuengirola es un "acto de resistencia". El parque forma parte del Programa Europeo de Especies en Peligro del Orangután de Borneo (EEP), una red de colaboración internacional que vela por la conservación genética de la especie.

La llegada del joven macho Popo, procedente de Barcelona el pasado año, ha reforzado la cohesión del grupo y simboliza el papel esencial que juegan los zoológicos modernos: no son meros espacios de exhibición, sino arcas de biodiversidad vivas que trabajan contra reloj para evitar la extinción de especies únicas.

Este Día Internacional del Orangután, Bioparc Fuengirola lanza un mensaje claro: todavía estamos a tiempo, pero el reloj corre deprisa. Proteger a los orangutanes no significa sólo salvar a un animal, significa preservar los bosques que regulan el clima del planeta y garantizar un futuro para las próximas generaciones.