En mayo de 2020 una burrita llamada Baldomera, que vive en el pueblo malagueño de El Borge, se hacía viral con un emocionante vídeo donde se reencontraba con su dueño, Ismael Fernández. Conforme el confinamiento se iba abriendo en cada país, el vídeo de Baldo, como la llama su amo, se iba difundiendo a gran velocidad por todo el mundo. 

Pese a que el vídeo ya lo han visto 50 millones de personas, a Baldomera no se le ha subido la fama a la cabeza. Según Fernández, lo único que ha cambiado de su vida es que ahora está "más mimada" y come más chucherías, que para la burrita son manzanas, maíz y zanahorias. "Ella sigue estando salvaje y libre por mi terreno y nada va a cambiar. A veces recibe alguna visita de grupos reducidos, especialmente de niños, donde les explico cómo es su rutina entre otras muchas cosas más", dice.

En el caso de Ismael, nunca llegó a pensar que el vídeo podría tener tanto recorrido y que iba a darle tantas alegrías. "Un año más tarde no nos paran de llegar propuestas interesantísimas", cuenta.

Una imagen de Ismael con un dibujo de Baldomera. Cedida

La más importante y reciente de ellas es que el cuento que sacaron el año pasado contando la historia de Baldomera ha sido nominado como uno de los tres mejores libros ilustrados de 2021 en los Latino Book Awards de Estados Unidos. "Estamos que no nos lo creemos, es un premiazo. Esto ha llegado muy lejos. La pena es que no sea presencial y no pueda ir hasta Los Ángeles a la gala el próximo 16 de octubre", bromea.

"Hace aproximadamente mes y medio también nos anunciaron que una editorial de Brasil ha comprado los derechos del cuento y lo va a traducir al portugués, lo que supone para nosotros entrar en un mercado enorme. Ya serían seis los idiomas en los que el cuento está disponible", explica Ismael, muy contento y motivado, además, con otras iniciativas locales.

La Diputación de Málaga compró un lote de cuentos para repartir por colegios de pueblos de menos de 20.000 habitantes. "Las próximas generaciones de pueblos malagueños crecerán aprendiendo sobre bienestar animal y educación medioambiental gracias a mi mejor amiga animal, Baldo. No puedo estar más ilusionado", confiesa. Además, la burrita Baldomera fue protagonista en un festival literario organizado en su pueblo, el Alpacafest, creado con el mismo objetivo, inculcar a las nuevas generaciones la importancia de cuidar bien a los animales.

Ismael Fernández en la Diputación de Málaga. Cedida

Además de esto, muchos le pedían a Ismael que la burra Baldomera llegara a la gran pantalla. De hecho, le llegó una oferta muy interesante, pero incumplía el que era el principal requisito de este: que Baldomera no saliera de su entorno habitual.

La productora daba todo lo que fuese necesario para la burra, pero a 600 kilómetros de El Borge, algo que no le convencía a su amo. "Yo no quiero lucrarme de todo esto, para mí lo importante es que ella esté bien y no quiero sacarla de casa, y mira que no le iba a faltar de nada en el rodaje", comenta el joven.

El destino

En la casa de El Borge, donde se encuentra Baldo, a lo largo del año no vivía nadie de manera fija. Por ello, cuando se decretó el estado de alarma, la familia tuvo que decidir quién se quedaría allí con los animales. Al tener un hermano taxista, que no tendría trabajo durante esos meses, que en un principio para todos eran 15 días, decidieron que fuese él el que se quedara. "¿Y si hubiera sido al revés?", se pregunta retóricamente Ismael.

Así nació el reencuentro que desembocó en todo lo demás. "El vídeo, tan natural y emocional, lo subí a mi Facebook para mis amigos y familiares. Una amiga me dijo que lo pusiera público porque se emocionó mucho al verlo y, a partir de ahí, comenzó a compartirse muy rápido. Yo no lo subí para sacar nada a cambio", apostilla.

Con todo esto, Ismael Fernández ha aprendido que las cosas más improbables también pueden acabar pasando en la vida. El fenómeno de Baldomera le ha enseñado que cuando se quiere algo en la vida, hay que arriesgarse y hacerlo todo sin pensar en lo que piense la gente.

Ismael con unos pequeños y el cuento. Cedida

"Siempre quise vivir en el campo y, como solo tenía trabajo en Málaga, nunca quería dar el paso. Al final, toda esta locura me ha hecho cumplir mi sueño aunque fuese surrealista". Así, está apostando en diferentes proyectos porque cree que ya no tiene techo. "Creo que he conseguido cosas tan difíciles que me estoy embarcando en muchísimas cosas más, me estoy metiendo en todos los charcos".

¿Y los haters?

El amor que tiene Ismael a Baldomera es innegable. Habla de ella como quien habla de su mejor amiga. "Baldo es muy celosa. Como nuestra familia animal ha ido creciendo, ya que hemos adoptado a un chihuahua y unas cuantas gallinas, si sacamos de paseo a alguno de ellos, quiere nuestra atención solo para ella", cuenta entre risas alegando que los burros son animales cabezotas pero muy cariñosos. De hecho, en cuanto un niño se acerca a ella, se pone mucho más delicada inmediatamente. "Es algo que me sorprende muchísimo", reconoce Fernández.

Sin embargo, hace unas semanas recibió algunos comentarios en Tik Tok donde le acusaban de maltrato animal, algo que no pudo dolerle más como amante de los animales que es. Pese a que se llevaba librando del mundo hater desde hace más de un año y aún no había pensado como los afrontaría, decidió responder con toda la artillería. "Creo que las nuevas generaciones se creen capaces de comentar todo sin conocer nada. Que alguien que no ha visto un equino en su vida se crea con el derecho de criticar lo que hace un desconocido es alucinante", explica indignado.

Toda la polémica se desató con un vídeo en el que Baldomera sale corriendo hacia la puerta de casa. Los haters dicen que es porque está deseosa de huir. Sin embargo, lo que no saben es que adora comer uvas y a la entrada de casa Ismael tiene grandes viñas.

Además, la gota que colmó el vaso fue que en el vídeo, Fernández lleva una caña que utiliza para guiar a Baldo. Para muchos, era un palo con el que le atizaba. "No puedo permitir que alguien diga que yo maltrato a mi burra, porque lo ha visto que en un vídeo. Tiene 3.000 metros cuadrados solo para ella. Vive mejor incluso que muchos de nosotros", concluye.

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