El verano pasado, tuve la oportunidad de participar en la Biotonomy Academy en Austria, una experiencia que transformó mi perspectiva sobre la sostenibilidad y me permitió descubrir una nueva pasión: la carpintería. 

Durante cuatro semanas intensivas, me uní a un grupo diverso de estudiantes provenientes de todo el mundo en la construcción de un Centro Educativo de Permacultura. Este edificio autónomo, diseñado para ser autosuficiente en términos de calefacción, refrigeración, agua, electricidad, gestión de aguas residuales y producción de alimentos, se erigió como un testimonio de lo que la colaboración y la innovación pueden lograr. 

La academia combinaba clases teóricas con prácticas, brindándonos conocimientos sobre soluciones basadas en la naturaleza y técnicas de construcción sostenible. Sin embargo, fue en las sesiones prácticas donde descubrí mi afinidad por la carpintería. Desde el manejo de herramientas hasta la creación de estructuras con materiales naturales y reciclados, cada tarea me conectaba más profundamente con el proceso de construcción y el entorno que nos rodeaba.

Trabajar codo a codo con compañeros de diferentes culturas y antecedentes enriqueció aún más la experiencia. Compartimos conocimientos, historias y tradiciones, creando una comunidad unida por el objetivo común de aprender y promover prácticas sostenibles. Las noches se llenaban de conversaciones sobre permacultura, diseño ecológico y sueños de un futuro más verde.

Esta inmersión no solo me proporcionó habilidades prácticas en construcción sostenible y carpintería, sino que también me inspiró a adoptar un estilo de vida más responsable y consciente. Aprendí que la sostenibilidad no es solo una práctica, sino una forma de ser, una mentalidad que busca armonizar nuestras necesidades con las del planeta.

Al finalizar el programa, no solo habíamos levantado una estructura física, sino también una red de individuos comprometidos con la regeneración y la sostenibilidad. Esta experiencia me reafirmó la importancia de la educación práctica y la colaboración internacional para abordar los desafíos ambientales que enfrentamos.

Hoy, miro hacia atrás con gratitud por las lecciones aprendidas y las conexiones formadas. La Biotonomy Academy no solo me enseñó sobre construcción autónoma y permacultura, sino que también me mostró el poder de la comunidad y la capacidad de cada individuo para marcar la diferencia.

Para aquellos interesados en profundizar en prácticas sostenibles y descubrir nuevas habilidades, recomiendo explorar oportunidades como esta. La combinación de aprendizaje práctico, teoría y conexión humana ofrece una base sólida para cualquier persona comprometida con la creación de un futuro más sostenible.

Mi agradecimiento a Moein Nodehi.