En Sevilla está la sede de la JRC. Lleva allí, con gran acierto, desde 1994. Ha ido ampliando su equipo y sus instalaciones y hace poco anunciaron que los daneses de BIG han ganado el concurso para su nueva sede en Cartuja donde invertirán 39 millones de euros.
Ya sabemos que no eres una institución importante si no tienes unos edificios impactantes. El nuevo edificio debe estar listo en 2027. Ya pueden correr. Sorprendente en la era digital, pero es así. Siendo, de facto, el mayor think tank, generador de documentos que sustentan decisiones estratégicas de toda Europa, una bola de cristal en la que intuir el futuro, no entiendo cómo no los aprovechamos mucho más en toda España y en particular en Andalucía. Si vives al lado del oráculo de Delfos, te puedes asomar con frecuencia a ver por dónde va a andar el futuro, ¿no?
No es la única sede, hay otras en Bruselas, la primera y en la que se sienta Stephen Quest como director general, Geel en Bélgica también, se encarga de nuevos métodos herramientas para la armonización científica de la UE. En Ispra, en la costa del Lago Maggiore, en el límite de la Lombardía y el Piamonte, lugar histórico de veraneo de las élites de la zona, tienen uno de los centros de investigación más grandes de Europa. En Karlsruhe (Alemania), la capital del Gran Ducado de Baden en el límite entre Badden- Wurtemberg y Renania- Palatinado, junto al limes que fue el Rin, se ocupan de la Seguridad Nuclear. En Peten (antigua Holanda) investigan en energía, transporte y clima.
Viendo las ubicaciones, le daría un Toisón de Oro a cada director, sacro imperio 4.0. Desde el viejo Ducado de Borgoña y Condado de Flandes se sigue orquestando una red que ya se había empezado a construir desde los merovingios. Y van más de 1.000 años.
Las bases culturales, las pone Grecia, Roma y el Mediterráneo. Lo toman los bárbaros (extranjeros) germanos, godos, vándalos, alanos, eslavos, a los que habían subcontratado la defensa del limes (como ahora hacemos con los EE. UU.). Los empujan desde las estepas de Asia los hunos. Lo amenaza el islam, primero los Omeyas, unos sirios recuerden. Luego, otra vez desde el Este, Batú Kan, Subotai y Kadan, en el siglo XIII ponen a los mongoles en Polonia, Hungría, Rumanía, destrozan el origen de Rusia y Ucrania, el Rus de Kiev, ¿les suena?
Mientras hay amenaza externa, potente, devastadora, capaz de implantar una nueva civilización y cultura, como pasó desde el 717 a 1492 en Al Ándalus, hay alianza, cruzada, cierta unión. Pero en cuanto se puede, los del norte del Rin, los frugales, quieren pagar poco y ganar mucho, estado pequeño, individualismo y alcanzar la prosperidad común a partir de las obras individuales, que consagraría siglos después en la mano invisible del mercado Adam Smith.
Pronto tendrían un cuerpo intelectual y religioso al servicio de esta mentalidad ideológica que potencia el capitalismo. La herejía inventa la propaganda, la imprenta en su momento construye libelos y panfletos, bulos y mentiras que justifican una acción política, había desde arriba que convencer a los súbditos católicos de que la Iglesia, y los príncipes fieles a ella eran malos, malísimos.
Si se perseguían judíos, se les llamaba pogromos, si luego se persiguen católicos, como en Inglaterra y Holanda durante siglos, esto no se le pone nombre. Si se entraba en las iglesias para quemar, robar y matar curas, se le llamaba iconoclastia. Si se roba a las órdenes religiosas monasterios e inmensos terrenos, lo acaban llamando desamortización. Hoy, con llamar terroristas a los que quieres liquidar es suficiente, aunque lo hagas como sucede en Oriente Medio a miles.
Pero la fragmentación y balcanización de Europa no paraba, y entre las 95 tesis (no había mucha capacidad de síntesis) de 1517 y la Dieta de Worms de 1521 (recuerdo que fue juzgado y condenado por aquellos “salvajes” que no lo mataron) otra amenaza emerge desde el Este, los turcos, con su pie en Europa, buena parte del imperio de Oriente en sus manos miran al Oeste.
La defensa es el Sacro Imperio y los Habsburgo de Austria que prestan buen servicio, aunque no impiden que en 1529 pongan sitio a Viena. Esto une a muchos, de nuevo. Polacos, lituanos, ejército imperial, con financiación de la corona hispana, Baviera, Suabia, Franconia, Sajonia, reúnen a más de 80.000 infantes y caballería con la inferioridad en armas ya que los cañones turcos eran superiores (la superioridad tecnológica y la soberanía estratégica siempre van juntas). Las orejas al lobo, bien cerquita.
Aun así, Francia, pensando más en eludir la pinza de los Habsburgo, era aliado histórico de los otomanos. Imagino que ya habría pepitos grillo en el germen de Europa diciendo que las armas turcas eran superiores (como la IA americana, las comunicaciones cuánticas chinas o los misiles supersónicos rusos hoy). La tecnología y el conocimiento es siempre la clave, pero no sólo la segunda, porque no se desarrollan las naciones con ejércitos de sabios sino de ingenieros, convertir la ciencia en tecnología y ella en barcos, en caminos, puentes, máquinas, fábricas y herramientas que otorguen ventaja estratégica en la guerra (no sólo armas y no solo para el ataque, también para la intendencia, la logística, la inteligencia y la defensa).
El conocimiento cuesta mucho desarrollarlo, pero viaja rápido. El Sultán Otomano se sirvió de expertos europeos en metalurgia y artillería para perfeccionar sus cañones. Con ciencia, dinero y un propósito, sucede la industria y la tecnología, en este caso para la guerra. Los venecianos, cegados por el corto plazo les vendieron los primeros cañones en el siglo XV. Un siglo después estaba acorralado por su cliente.
El dominio de la metalurgia y la aleación, las técnicas de fundición, los moldes, la metrología y la precisión eran clave para el alcance de los cañones y para que el recalentamiento no los reventara ni quebrara.
¿Cuánta ciencia, tecnología y conocimiento han transferido los nuevos venecianos a China desde 1990? Alcatel les hizo teléfonos, Nokia y Ericsson redes, Volkswagen coches, Alstom trenes… ¿Nadie sabía Historia? ¿Nadie sabia que eso eran los cañones de 1400 que Murat perfeccionó y su hijo Mehmet en 1422 ya usó para asediar Constantinopla? Cuando perfeccionaba la técnica destrozó la muralla de Hexamilion en 1460, volvió a la carga. Los últimos presidentes de la Comisión Europea me recuerdan a Constantino XI.
Paradojas de la Historia, un experto en tecnología de cañones húngaro llamado Urban, se puso a disposición del emperador, pero este no le financió. Al lado en Erdine, la antigua Adrianópolis estaba el Deng Xiaoping de la época, Mehmet. El pedido fue muy claro, compra pública de tecnología innovadora: una batería de cañones lo suficientemente potente para derribar las murallas de Constantinopla. Hoy, las de Europa, están al caer. Optimista, como soy, aún puede haber un Lepanto.
Draghi, Leta, y todos estos sabios de la JRC saben lo que hay que hacer. Eurasia es un continente, no dos. Tiene dos polos industriales que investigan, desarrollan conocimiento y comercian, tienen materias primas, y energía más que suficiente y aún no han sacrificado totalmente la igualdad en el altar de la libertad y el capitalismo.
La inmensa inversión de la UE en ciencia no ha dado el mismo rendimiento en productividad, en creación en empresas en transferencia que en EE. UU, o en China, e términos proporcionales.
Los EE. UU. tienen un Departamento de Defensa que es el mayor inversor público en I+D+I del mundo. Para sorpresa de neoliberales, que defienden que el estado sea pequeño y no intervenga en la economía, el DARPA hace lo que el Sultán hizo para conquistar Constantinopla, compra pública de tecnología innovadora. Les da pedidos a sus empresas, por supuesto nacionales. Los chinos, copian lo que les conviene, lo mejoran sin renunciar a su modelo y cultura (la comunidad por encima del individuo) y les funciona como un reloj suizo.
Aquí no tenemos a los turcos a las puertas, ni a los rusos. Todos los que quieren exprimirnos, ya están dentro. La clave es digital, y conceptual, los libelos ahora fluyen por las redes, nos hemos dejado.
Aún así, tenemos un modelo que hay que proteger y preservar, no queremos ser ellos, queremos ser nosotros. En una de las listas de países más saludables del mundo, basada en calidad y esperanza de vida, horas de sol etc., España es el primero, y 17 de los 20 primeros son europeos. En la lista del Global innovation index los países europeos ocupan la mayoría de las primeras posiciones.
La mayor concentración de democracias plenas, el espacio con menor tasa de crímenes violentos, mayores niveles de inclusión, de tolerancia, de acogimiento e integración de inmigrantes, de esperanza de vida, de prestaciones sanitarias, donación de órganos, acceso a la educación superior, de alfabetización, posiciones en el informe Pisa, los mayores niveles de participación electoral, de solidaridad… Es cierto que hay que mejorar, que la competencia es fuerte, que hay países empujando y que en algunos campos estamos perdiendo comba preocupantemente como en PISA. Pero seguimos arriba, en la cabeza de la carrera.
Es una pena que al contrario de EE. UU la mayor empresa francesa sea Total, la italiana ENI, la polaca PKN Orlen, a estas les pesa el “legacy”.
Pero tenemos Novo Nordisk, Merk, Sap, Inditex, Ikea, Lego, Ericsson, Maersk, MSC, BASF, ASML, Vestas, NXP, ABB, Infineon, Airbus…. La lista de empresas europeas líderes mundiales es mucho más larga si además metemos los miles de líderes mundiales de nicho, tan abundantes entre las empresas medianas (el mittlestand).
No nos vamos a hundir porque venga una nueva administración americana. Hay que pensar en el interés y el bien común. No digo Make Europe Great Again, pero sí Europe First. Hay que administrar mejor el dinero público y los recursos, es evidente. No hay una guerra arancelaria, hay un ciclo proteccionista después de un librecambista y Europa debe decidir cuáles son sus murallas y que servicios (digitales que son los que más compra y en los que lideran otros) tasa para ayudar a que su industria desarrolle competitividad y masa crítica suficiente.
No puede haber una guerra tecnológica y de acceso a capacidades de semiconductores que necesita, sí o sí de tierras raras, mientras Groenlandia sea un parque natural vacío, porque si no los ponemos en valor otros vendrán a por ello. Recuerden el Oeste Americano Hispano desde California a Alaska hasta la segunda mitad del XIX.
La explotación y la navegación del Ártico serán clave. Todos se posicionan. ¿Y Europa? ¿Lo hará sin una presencia, una doctrina sustentada por leyes fuertes, unos convenios internacionales justos, defendidos con los colmillos si hace falta, sin dientes y sin una Armada potente?
Lepanto no sucederá en el Mediterráneo, lo hará en ciber espacio, en las divisas, la deuda pública, en los aranceles, el estrecho de Malacca, el de Formosa, Groenlandia, el Ártico… En este Peloponeso 2.0, les va el dominio del mundo en ello. Conectar el gas de Qatar con Turquía y Europa ya ha costado casi dos décadas de guerra, camuflada, como en los tiempos de lo libelos y la imprenta, de otras cosas, como el combate del terrorismo y la defensa de la libertad mientras se liquidaba la libertad de prensa. ¿Recuerdan aquello de Jefferson y los periódicos sin gobierno antes que los gobiernos sin periódicos? Pues se lo han cargado hace años.
Hay que conseguir las ratios de nuestros competidores, que no se nos vayan los artilleros al enemigo, ni se nos quede la energía -nuclear incluida, energía abundante y barata que reduce nuestra subordinación-, ni los recursos – tierras raras incluidas- en el subsuelo por motivos ideológicos, que la compra pública, los incentivos fiscales, y la inversión sea traccionada por la industria y por la demanda.
¿Depender de Rusia energéticamente un 60% más barato o depender de EE. UU, Qatar y Rusia blanqueada un 60% más caro? ¿Y si nos apañamos nosotros? Formar artilleros que se pasen al adversario, vender cañones al adversario, solo derivará en un Lepanto 4.0. Hay que acotar quién puede usar y acceder al fruto de la investigación científica y tecnológica europea, financiada con dinero del contribuyente europeo, que lleva décadas perdiendo poder adquisitivo, sacrificado en el altar de un progreso que solo llega a unos cuantos y una desigualdad creciente.
Si la mayoría de la clase media sucumbe al descontento, y la melancolía, compran el discurso de que todo va mal, conseguiremos un nacionalismo melancólico y antieuropeo, otra balcanización. Pronto veremos alguien clavando las 95 tesis 2.0 en contra de la UE, del aparato, la burocracia, la ineficacia, la lentitud y la injusticia que se visibiliza en el sector primario pero que se consigue cuando las grandes masas populares, las clases medias descontentas lo apoya mayoritariamente. Pasó en Wurtemberg, en la revolución francesa, oportunamente financiada por la banca inglesa, en la americana apoyada por españoles y franceses y en la rusa, convenientemente apoyada por Prusia e Inglaterra, que apoyaba a los mencheviques mientras ponía sus ojos en el petróleo y los minerales y en la más reciente y milagrosa, la siria oportunamente regada por los que explotarán finalmente sus riquezas.
No estamos tan mal, lideramos en muchos campos y debemos mejorar en otros, mucho y urgente. A largo plazo, la productividad es todo y la pócima mágica debe ser secreta como en la aldea gala.