Hemos pasado tres días en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander en las jornadas de la Economía Digital y las Telecomunicaciones que desde hace 36 años organiza la patronal del sector Ametic. Allí estaban los directivos de las principales compañías tecnológicas de España y del mundo con protagonismo este año para Samsung cuyo consejero delegado mundial vino de Corea del Sur y se reunió con el presidente del Gobierno para hablar de Semiconductores. Los famosos chips. Allí estuvieron la Ministra de Industria, participaron la Vicepresidenta Calviño, el Secretario de Estado de Telecomunicaciones, el Secretario General de Industria, Directores Generales de varios ministerios y hasta la Directora General de Justicia del Gobierno de Aragón en una interesante mesa sobre la imprescindible digitalización de la justicia. No decepcionó el Presidente de Microsoft y su concepto de Perseverancia digital, tampoco lo hizo el de Repsol con una propuesta absolutamente audaz hacia las 0 emisiones netas con un “mix” (sic) de generación verde y fijación de CO2. El coorganizador, el Banco de Santander también estuvo muy bien y José Juan Perez Tabernero, que antes de ser directivo del banco había sido consejero de Economía en la Junta de Castilla y León, nos dio una lección magistral en su discurso de clausura

El ”clúster“ malagueño estaba representado por Francisco de la Torre en persona un año más, Felipe Romera, director del Malaga Tech Park y APTE participó en calidad de miembro del Think Tank de Ametic, el grupo de Reflexión que conecta Tecnología, Empresa y una sociedad mejor. Tampoco faltó Fycma con Ana Belén Martos ni el Instituto Ricardo Valle de Innovación con su vicepresidenta Natalia Pérez, su CTO Mario Nemirovsky y su flamante director de Operaciones Oscar Chabrera. No hay duda de que después de Madrid y Barcelona, Málaga fue el polo mejor representado.

El interesantísimo debate entre dos eminentes alumnos del gran maestro de economistas de la UB, Fabián Estapé, uno liberal, catalán, ex ministro de Exteriores e industria, Josep Piqué y el otro, socialdemócrata, gallego, ex presidente del Círculo de Economía y presidente del Consejo Económico Social no tuvo desperdicio. Para los interesados está en la sesión completa en la web.

Este caldo de cultivo produjo durante todas las sesiones un intenso debate entre los que por allí andábamos. Mi colega en el Comité Ejecutivo de Ametic, consejero de Seresco, Eada, ex presidente de la Cámara Hispano-Británica y divulgador del Humanismo Digital, Luis Pardo me interpeló y nos retamos a escribir sobre lo que va a pasar en 10 años cuando el meridiano del centro del mundo pase por el estrecho de Malaca en Malasia.

Luis defiende que China será la primera potencia en esos 10 años, yo digo que ya lo es en muchísimos aspectos: demografía, economía en paridad de compra, ciencia, educación superior, y tecnologías de gran impacto estratégico como la computación cuántica y la inteligencia artificial. También, que tras llevar 22 años trabajando, diseñando, fabricando y vendiendo en China tecnología a los chinos, he aprendido que la armonía es un valor superior que prima sobre otros como la transparencia o la sinceridad, valores estos últimos que sí incorpora su cultura pero que se subordinan al primero.

A pesar de las muchas etnias que hay en China una inmensa mayoría es Han y Zhong-guo (China en chino) significa algo así como el reino central. Los Han están asentados en los grandes valles fértiles de los grandes ríos que beben del Himalaya y el 90% de la población, durante siglos ha ocupado estos valles que son el 30% del territorio. Nunca han desarrollado su comercio de manera agresiva. No fueron ellos los que entraron a cañonazos obligando al comercio como en las guerras del Opio. El comercio Este-Oeste en Eurasia ha configurado el mundo desde hace dos milenios y los grandes pueblos comerciantes de Oriente Medio fueron puente en el intercambio de manufacturas, especias …

El etnocentrismo occidental no comprende que en Taiwán hay Han y que la inmensa mayoría de los chinos entiende que es parte de China y por supuesto los Taiwaneses son Han y chinos, aunque no comunistas. Tienen su autonomía desde el fin de la Guerra Civil en que Chiang Kai Shek se refugia allí con los restos de su ejército y su partido nacionalista el Kuomintang. No son solo los chinos, también otras culturas de extremo oriente piensan a muy largo plazo y en China se espera que Taiwán acabe cayendo como fruta madura sin disparar un tiro, con armonía.

El ejército chino no es aún tecnológica ni militarmente superior al de EEUU, pero ese es ya uno de los pocos campos de superioridad que le queda a EEUU. La alianza AUKUS de los Sajones de aquel barrio para arrinconar a China es percibida como agresiva. El sacrosanto Libre Comercio que defendían los anglosajones ya no es tan defendido cuando la ventaja comercial se desvanece. Durante siglos los ingleses exigían poder comercial con los puertos españoles de América mientras limitaban a sus 13 colonias norteamericanas y a la India el comercio. Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago.

Veremos un cambio civilizatorio y esperamos que sea incruento y a mejor y, sin duda, a España no se la ha perdido nada tomando parte, y mucho menos con los perdedores. La neutralidad de las últimas dos grandes confrontaciones es imprescindible que se repita. Sobre esto escribiremos Luis y yo cada uno su visión. Yo defendiendo la eficacia de las autocracias en sus planificaciones y ejecuciones a largo plazo y propongo reformas en las constituciones de las Democracias liberales para poder proteger las decisiones de gran impacto en el bien común, energía, medioambiente, educación, capacidades estratégicas que requieren sean sacadas de la batalla cainita por ganar las siguientes elecciones de partidos sin Hombres de Estado en sus cúpulas.

Pero la conclusión más importante de estos tres días es que el mundo no se hundirá. Nos pintan el invierno tenebroso, la inflación, el fin de la abundancia que ha acuñado Macron, que un día apoya el gasoducto y al día siguiente cuando le cierran el grifo en Moscú lo cuestiona.

Coincidieron Piqué y Costas en recordarnos que su profesor Estapé les decía que para ser un buen economista solo se requerían tres cosas: Entender las Estadísticas, Historia y un buen olfato.

A este último me refiero. La gente estaba animada, las empresas tienen liquidez y están invirtiendo y contratando, los bancos están bien preparados. Hay ahorro, expansión fiscal. La inflación en Europa no se parece en sus causas a las de EEUU. Allí tienen una economía recalentada, aquí tenemos una economía desequilibrada, demasiado dependiente del dopping ruso y la fabricación China. Estos desequilibrios se van a corregir a lo largo de los próximos años y eso significa que la inversión pública y privada para reequilibrar las capacidades industriales y el energéticas en Europa auguran años de crecimiento, si sabemos abrir la inmigración e incentivar la natalidad.

La inflación es coyuntural, la globalización se revierte parcialmente y Europa se reindustrializa, el Euro débil impulsará las exportaciones y Alemania, con su enorme margen fiscal tendrá que tirar de reservas y de Europa abandonando el cortoplacismo austericida. En España, ya sabemos lo que es vivir en un país seco, una isla energética, criticamos los pantanos y las nucleares de los 60, pero menos mal que los tenemos y ya sabemos aprovechar, y aun lo haremos más, cada gota de agua.

Somos el segundo país del mundo en tecnologías del agua detrás de Israel. Las desalinizadoras ahora costaran 50 millones de euros más porque incorporaran sus paneles solares y sus buenos aerogeneradores de 15 megavatios como los que acaba de sacar la danesa Vestas. Haremos agua dulce y verde cuando haga sol y viento. El vector de almacenamiento no solo será el Hidrógeno, será el agua. No tenemos el Rin que te lleva en barco desde Frankfurt a Rotterdam, pero hace siglos que llevamos cantimplora. Usaremos el agua para lo que más conviene, mejor hortalizas, mangos y aguacates que arroz o forrajes.

Ahora sí, en lugar de machacar a las empresas a impuestos extras (disuasión fiscal), incentivémoslas a que inviertan en el bien común (incentivo fiscal) a largo plazo. Dotemos de infraestructuras de futuro (los pantanos de los 60). Y mejor que el Rin, es un corredor eléctrico ferroviario mediterráneo que una el tráfico del canal de Suez y desde África con Europa a través de nuestros polos industriales y tecnológicos desde Algeciras, Málaga, Almería, Murcia, Alicante, Valencia , Tarragona , Barcelona y Gerona. Un Rin ferroviario que seque Rotterdam. Un país sostenible y próspero de ciudadanos bien formados. Por ahí, desde hace muchos, años van los tiros.

Ezequiel Navarro es CEO de Grupo Premo y presidente del Instituto Ricardo Valle de Innovación (Innova IRV)