El lunes del malagueño

empieza a ser previsible

con Unicaja perdiendo,

con un Málaga imposible,



y el sol clavado en el cielo

sin lluvias que nadie espera.

Poca gracia tiene el cuento

de la otoñal primavera



en la que busca y encuentra

el ungido Juan Espadas

una campaña que empieza

con Sánchez dándole alas



al desconocido prócer

del PSOE sevillano

al que aclamarán las voces

de sus correligionarios



para que pongamos cara

y voz el electorado

al relevo de Susana,

que huele a guiso quemado.



Y María Jesús Montero

hizo lo que prometió:

el lunes dejó resuelto

el asunto del jurdó



para que los municipios

rellenen las alcancías

a las que el TC hizo cisco

con lo de la plusvalía.



El martes, impuesto nuevo,

la eficacia por bandera.

La misma eficacia quiero

para las listas de espera,



o el precio de un alquiler,

para el paro, la vivienda,

que están lejos de estar bien

y que nadie los remedia.



No se sabe aún muy bien

si es que falta presupuesto,

si es que ellos no van en tren

(los que deciden en esto),



si es que ya no hay maquinistas

o es que las cuentas no salen.

Lo que sé es que el Cercanías

no está para lo que vale.

Transportes, movilidad

y agenda urbana” se llama

el ilustre Ministerio

que ha de ponerse con esto

sin esperar a mañana.

Que la alta velocidad



es un avance imponente,

da valor y ecología;

no menos que el Cercanías,

el tren que coge la gente.



Nuestra Alcazaba morisca

sigue guardando secretos.

Y en el semblante discreto

de un chico de los Maristas



se adivinan el talento,

la excelencia y la virtud

de la mejor juventud

que del mérito hace empeño.



José Núñez, bien por ti,

por el Kaftrio y su creador

por quienes hacen mejor,

esta vaina de vivir



cuando alguna enfermedad

o un problema sin receta,

por desgracia o por fortuna,

hacen al hombre avanzar.

Aplaudamos a la ciencia

y PONERSE las vacunas.