La mujer hallada sin vida y con evidentes signos de violencia en un descampado de Palma-Palmilla el pasado domingo se llamaba Cata y tenía 27 años. Según han confirmado fuentes cercanas al caso, la joven era de nacionalidad española y raíces ucranianas y había figurado en el Sistema Viogén como víctima de violencia de género, aunque su caso estaba inactivo en estos momentos.
Un extremo que han confirmado fuentes cercana a la chica, que ha confesado que su vida estuvo atravesada desde muy joven por la violencia de género y la falta de referentes familiares. Al parecer, llegó a España adoptada, pero su familia acabó rechazándola, lo que la llevó a una situación de calle muy joven.
Una vida difícil que terminó de la forma más trágica este domingo en Málaga. Su cuerpo fue hallado sin vida a primera hora de la mañana del domingo en un banco de un descampado justo a la espalda de la comisaría de la zona norte de la ciudad con aparentes signos de violencia.
Concretamente, Cata presentaba dos puñaladas en una pierna y otras más en el abdomen y el tórax. Los alertantes que la localizaron hacia las 6.30 horas explicaron al 112 que se encontraba inconsciente y que presentaba heridas.
A su llegada, nada pudieron hacer los servicios sanitarios por salvar su vida. Había muerto y la principal hipótesis es que fue asesinada, aunque de momento no constan detenciones ni que el caso esté relacionado con la violencia de género. El Grupo de Homicidios de la Comisaría Provincial de Málaga ha asumido la investigación para descartar hipótesis.
Mientras la investigación avanza, el dolor se ha extendido entre quienes la conocieron y la acompañaron en su intento de reconstruir una vida que nunca fue sencilla. La plataforma Málaga Acoge ha confirmado su asesinato en redes sociales en un mensaje cargado de emoción, en el que recuerdan a Cata como una joven “alegre, dulce, tremendamente presumida y generosa”, con un deseo firme de salir adelante y alcanzar lo que ella llamaba una “buena vida”.
Cata formó parte durante dos años del proyecto Thesan, un programa de acompañamiento a jóvenes sin referentes familiares. Allí encontró apoyo, afecto y estabilidad. “Tuvimos la suerte de conocerla y hacerla nuestra”, señalan desde la entidad, que destaca el papel de sus referentes educativos y sociales y de su mentora en un proceso que estuvo lleno de avances, pero también de momentos de preocupación.
Durante un tiempo, sus sueños parecieron al alcance de la mano. Logró un empleo, hizo amigos y emprendió una vida autónoma. En ese camino, Málaga Acoge agradece de forma expresa la implicación de otras entidades y recursos públicos y educativos que formaron parte de su itinerario, como Proyecto Hombre, el IES Vicente Espinel, Puerta Única y el Centro de Acogida Municipal. “Allí también la hicieron suya”, subrayan.
Sin embargo, pese a los esfuerzos personales y al acompañamiento profesional, su historia quedó marcada por un pasado de violencia que nunca terminó de cerrarse. “Le han arrebatado la vida”, lamentan desde la plataforma.
Desde Málaga Acoge aseguran que su memoria no se perderá. “La vamos a recordar cada día, en cada chico y chica que atendamos. El dolor que sentimos hoy lo vamos a transformar en energía y entusiasmo para acompañar a otras personas jóvenes, para que ellas sí puedan cumplir sus sueños”.
Mientras tanto, Málaga suma una nueva mujer asesinada a la espera de conocer si se trata o no de un asesinato por violencia de género y llega la detención del supuesto autor material de la muerte de Cata.
