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Las claves

Patos en el Guadalmedina. Ver para creer. Pero así es. Esta es la imagen que a primera hora de este miércoles han podido ver los peatones que cruzaban sobre el puente de la Esperanza.

Una estampa de lo más natural que invita a pensar que la tan demandada renaturalización del río ya ha comenzado. Desde luego, contrasta con el cemento que viene marcando el encauzamiento urbano del Guadalmedina en las últimas décadas.

Junto a esta familia de patos, numerosas palomas y alguna gaviota, que se acercaban al río aprovechando la existencia de una especie de riachuelo de agua.

Más allá de la presencia animal sorprende, al menos en esta parte del cauce, la presencia vegetal, que ha ido ganando espacio en los últimos tiempos.

El Guadalmedina es desde hace siglos una de las grandes asignaturas históricas de Málaga. Durante largo tiempo ha sido considerado una especie de cicatriz que partía la urbe en dos mitades.

Y pese a los numerosos intentos, ninguno ha alcanzado el objetivo perseguido de lograr su integración en la ciudad, generando espacios de disfrute ciudadano.

La última propuesta ya está sobre la mesa del Ayuntamiento, que pretende aprovechar la ocasión para, dependiendo de los fondos disponibles, intervenir de manera rotunda sobre buena parte del río.

Atendiendo al diseño elaborado por la empresa Esteyco, ganadora del concurso para redactar el anteproyecto, la primera fase de la operación se extiende entre los puentes de la Aurora y El Perchel, con unos 73,5 millones de euros de inversión estimada.

Uno de los protagonistas de la actuación es el gran corredor verde de 1,4 kilómetros y más de 76.000 metros cuadrados que se quiere delimitar. Elemento al que sumar la creación de zonas de estancia a modo de plazas-puente que conecten ambas márgenes.