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Nueve meses después de pisar Málaga para, simplemente, enseñar la patita de la gran torre de 144 metros que aspira a cambiar para siempre el horizonte de la capital de la Costa del Sol, David Chipperfield regresa.

Y lo hace para mostrar a la vista de todos los detalles definitivos de su obra. Por fin, los muchos detractores de la operación urbanística y aquellos que la defienden como un salto de calidad en la oferta turística de la ciudad, tendrán la oportunidad de ver el diseño del rascacielos.

El arquitecto británico, prestigiado por haber sido galardonado con el Premio Pritzker de Arquitectura en el año 2023, fue el creador elegido por Al Alfia y Hesperia para transformar por completo la propuesta de intervención.

Ni el peso de su firma parece haber disuadido a quienes se vienen oponiendo desde hace años a la urbanización de los suelos del dique de Levante.

A la espera de conocer todas las infografías del inmueble, ya se han podido visualizar algunas de una propuesta que, si sale adelante, será el hotel más lujoso de la capital, con cerca de 382 habitaciones.

Como ya adelantó el propio urbanista en su primera visita, la operación a la que ha dado forma arranca en la plaza de La Farola para finalizar en la torre. En medio, pretende una mejora sustancial de todo el espacio urbano.

En concreto, incorpora un sistema de itinerarios que prioriza la movilidad sostenible, rebajando el peso del tráfico de coches y autobuses y dibujando carriles bici y zonas peatonales a diferentes alturas. Para ello, elimina carriles de circulación y bolsas de aparcamiento, con el fin de ampliar el paseo central y las zonas verdes.

Hotel de lujo y centro de convenciones

No obstante, la pieza fundamental es el edificio de 144 metros, distribuidos en PB+34 plantas (hay tres niveles bajo tierra para 428 plazas de aparcamiento). A las 382 habitaciones del hotel de lujo, hay que sumar 3.500 metros cuadrados para un centro de convenciones, unos 1.600 metros de espacio comercial y un fitness center de más de 3.000 metros cuadrados.

Una de las particularidades del edificio es que prioriza el uso público. Muestra de ello es que la planta baja será un espacio abierto.

El hotel incluirá varios espacios gastronómicos y de ocio. Así, según ha podido saber este periódico, en la planta 33 habrá un restaurante que será dirigido por un chef de reconocido prestigio. Tendrá vistas al mar y contará con bar y piscina infinity.

Más cerca del nivel de calle habrá otro restaurante abierto todo el día con propuestas mediterráneas, japonesas y variadas. Y en la planta 2, un beach club con bar, lounge, restaurante y piscina.

El proyecto se plantea como una concesión a 50 años, con ingresos estimados para el puerto de 2 millones de euros anuales.

Un espacio abierto y accesible

Chipperfield ya avanzó que se había inspirado en "la luz blanca de Málaga" y sus cielos vaporosos. A ojos del arquitecto, esto permitirá que la torre se integre mejor en el horizonte de la ciudad.

Más allá de la visión del arquitecto, es de destacar la de una de las piezas empresariales clave en el desarrollo del proyecto. El CEO de Grupo Inversor Hesperia, Jordi Ferrer, ya afirmó en su día que su construcción será capaz “de transformar este espacio y proyectar la ciudad hacia una nueva dimensión y a una nueva liga internacional”.

El establecimiento que ocupará la Torre Chipperfield tendrá categoría 5 estrellas Gran Lujo. Y para lograr este reto, Hesperia ya mantenía conversaciones con una de las grandes cadenas internacionales. Un paso clave para "proyectar la ciudad más allá de Europa, a EE. UU. y Asia, para llegar a ese cliente de alto poder adquisitivo, de negocios y de convenciones", añadió.

Todo lo que este lunes quedará al descubierto, tras el enorme secretismo generado, queda condicionado, eso sí, a que, primero los tribunales y, después, el Consejo de Ministros, den luz verde.

En el caso judicial, siguen vivos los recursos formulados por la Academia de Bellas Artes de San Telmo y la Plataforma Defendamos Nuestro Horizonte, contrarios a la modificación del Plan Especial del Puerto, en vigor desde principios de 2024 y esencial para hacer posible la construcción del hotel.

Es el ajuste del planeamiento el que asigna a la parcela elegida en el dique de Levante un techo edificable máximo de 45.000 metros cuadrados (multiplica por 8 el parámetro previo al cambio, cuando solo se permitían 6.000 metros de techo), con una altura potencial de hasta 150 metros.

Hasta que no haya un pronunciamiento claro por parte del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Puertos del Estado, al que la Autoridad Portuaria remitió el expediente ya validado por sus técnicos, no dará el paso definitivo de trasladar el proyecto al Consejo de Ministros.

Será el órgano Ejecutivo, integrado por el PSOE y Unidas Podemos, cuya posición a nivel provincial es contraria a la construcción de la torre, el que tendrá la última palabra sobre la operación.

¿Por qué? Porque corresponde a este ente levantar el veto al uso hotelero que pesa sobre el suelo portuario. De no autorizar el uso pretendido por los promotores privados y por el Puerto de Málaga, la Torre Chipperfield, a la que se ha ido dando forma desde hace una década, quedará en nada.