Las claves
nuevo
Generado con IA
Durante apenas 11 días, el silencio se había apoderado de la tetería Kinyeti, en la calle Mauricio Moro. Tras 25 años de historia, Jaime Jiménez, su propietario, abogó por cerrar el local y aquello parecía el fin de una era. Pero, como ocurre con los buenos lugares, los que no solo sirven té, sino esos en los que las paredes cuentan historias, todo no podía acabar ahí.
Apenas diez días después de aquel cierre definitivo, la tetería Kinyeti ha anunciado su regreso. Este miércoles, 12 de noviembre, volverá a abrir sus puertas con nuevo propietario, aunque con el mismo equipo y la misma esencia que la convirtieron en un refugio del barrio. “Mañana abriremos nuestra puerta de nuevo… porque Kinyeti tiene más sorpresas guardadas”, publicaban este lunes en Instagram junto a un mensaje lleno de luz: “Lo dulce, lo cálido y lo mágico siempre encuentra su camino de vuelta”.
El pasado 1 de noviembre, Jaime Jiménez, fundador del local junto a su madre en 2001, comunicaba el cierre con palabras cargadas de emoción: “Ha sido una decisión difícil, pero toca mirar al futuro”. En su mensaje, agradecía a los clientes, vecinos y trabajadores por “25 años maravillosos, de risas, de momentos inolvidables”. También dejaba una puerta entreabierta: “Si alguien quiere seguir con la andadura, estaremos encantados de traspasar el negocio”.
Ese alguien ha llegado. Un nuevo propietario, cuyo nombre aún no se ha hecho público, ha decidido apostar por mantener viva la historia de Kinyeti. Lo hará con el mismo equipo de trabajadores, los mismos sabores y el mismo espíritu acogedor que convirtieron la tetería en un pequeño símbolo de resistencia del barrio, mientras que veían cómo el resto de teterías de Málaga cerraba. La siguiente, la tetería de San Agustín, el próximo 31 de diciembre.
"Por aquí han pasado generaciones: los padres, los hijos y hasta los nietos”, contaba Jaime hace unos meses a EL ESPAÑOL de Málaga. “En los barrios tienes clientes fijos, y eso lo es todo. Aquí nos conocemos todos”. Por eso, su cierre supuso un pequeño duelo para muchos malagueños. Las redes se llenaron de mensajes de gratitud y recuerdos: la chica que acudía cada tarde tras las clases de la universidad; el joven que tuvo su primera cita allí y hoy va con sus hijos o la pareja que celebraba cada aniversario con un té moruno.
"Vuestros mensajes nos han inspirado muchísimo y Kinyeti merece seguir adelante", han compartido en un bonito vídeo. La reapertura es de lo más valiente en un contexto en el que muchas teterías han dicho adiós tras el boom dosmilero. "Si os queremos tanto , por algo será... mañana empezamos", escribía una fiel seguidora en el post donde se anuncia la vuelta del local. Lo que está claro es que no todos los días un negocio clásico se reabre, una noticia que a juicio de los clientes de la tetería "es para celebrar".
