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Las nubes llevan décadas siendo sus compañeras de trabajo y en un mes tendrá que despedirse de ellas porque llega su más que merecida jubilación. Durante 38 años, el cielo de Málaga ha sido su oficina y su refugio, su helicóptero, testigo de rescates imposibles y de emergencias complicadas. Sus intervenciones favoritas, dice, "las humanitarias".

No hay nada que guste más al inspector Pedro Luis Bardón que ayudar a los demás. Se le empañan los ojos hablando de ello. Recuerda con emoción rescates durante las riadas de finales de los 80 en Málaga, sobre todo la del 89, y en la Costa de Almería. También intervino en las inundaciones de 2016 en Málaga... "Recuerdo muy bien cómo recogimos una vez a once personas mayores, un bebé de once meses y hasta un perrillo que su dueño por nada del mundo iba a soltar", recuerda con una sonrisa entrañable.

A un mes de colgar el uniforme, Bardón asegura que no teme al vacío de la jubilación. “Yo tuve un accidente de moto y estuve cuatro meses sin volar. No lo eché de menos, porque no llegué al helicóptero simplemente por volar, sino para ser policía y ayudar desde el aire. Además, he cambiado el tema aeronáutico por el náutico: pasaré del aire al agua, me gusta mucho eso”, explica.

Este viernes, el inspector Pedro Luis Bardón García ha recibido, por sorpresa, la Cruz al Mérito Policial con Distintivo Blanco en el Día del Patrón de la Policía Nacional. Su familia lo llevó engañado. No se lo esperaba nada. Y menos aún que el emotivo texto que acompañó la condecoración fuese a estar redactado por su propio hijo, también policía, donde exponía con orgullo que su padre es el único policía nacional que acumula 10.000 horas de vuelo en un helicóptero.

Con 43 años de servicio en la Policía Nacional —desde 1982 hasta 2025—, Bardón se despide tras una trayectoria marcada por la especialidad aérea, a la que ha dedicado casi cuatro décadas en Málaga. "Soy madrileño, pero malagueño adoptivo. Los cinco primeros años estuve en Bilbao, en Estupefacientes.. Y luego me he tirado 38 años en Málaga. Por eso me conoce tanta gente, cuando estás en el helicóptero trabajas con todas las unidades, oficialidades y plantillas", sostiene.

A la hora de hacer balance de sus 10.000 horas de vuelo, que celebró con amigos y familia, lo tiene claro: “Con lo que me quedo es con los compañeros, con la gente. Nuestros clientes son la sociedad, pero también los compañeros. Eso es lo que te marca”, expresa este policía nacional, que se ha llevado una gran ovación en el acto, lo que confirma que con su labor, ha dejado huella.

Antes de ingresar en el cuerpo, cursaba Ingeniería Aeronáutica. Y aunque no la terminó, el destino le llevó a los helicópteros policiales, donde encontró un lugar “que engancha muchísimo”.

Su hijo le mira en la distancia con ojos de orgullo mientras da la entrevista. “Cuando me dijo que iba a seguir mis pasos me dio mucha alegría. Me gustó mucho porque sé que aquí se trabaja feliz”, recuerda emocionado, consciente de que la saga Bardón aún tiene mucho que regalar a Málaga.