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Casi tres años después de que se pusiera sobre la mesa la obligación de cobrar a los vecinos de Málaga una tasa específica de basura, el Ayuntamiento sigue sin concretar los términos del futuro recibo.

Los interrogantes existentes en relación con esta prestación económica son numerosos. ¿Cuánto tendrán que pagar los malagueños? ¿Cuándo se empezará a aplicar?

Muestra de la incertidumbre existente quedó de manifiesto en la comparecencia que este jueves protagonizó el concejal de Economía y Hacienda, Carlos Conde, a petición del grupo municipal del PSOE.

Pese a las evidentes dudas, Conde sí confirmó que la intención del equipo de gobierno es la de poner en marcha esta nueva tasa a lo largo de 2026. El momento exacto queda pendiente de que se concluyan los trabajos de aprobación de las tres ordenanzas que pesarán sobre la misma.

Dos de ellas fiscales y una tercera, administrativa. Es justamente esta última, que corresponde a Servicios Operativos y Limasam, la "clave" para que queden contestadas las preguntas.

Entre otras razones porque incluirá un estudio económico-financiero en el que se detallarán los costes reales del servicio que habrán de ser trasladados a los vecinos de la ciudad.

A este primer apunte hay que sumar la advertencia que lanza el edil de cara a la aplicación del tributo, tanto para las viviendas como para las actividades económicas. "Supondrá el cobro de una cantidad importante", aseguró.

En este punto, el concejal criticó la contundencia de la ley estatal, que es la que obliga a los ayuntamientos a trasladar a los ciudadanos el coste de servicios como la recogida de basura, sin plantear posibles rebajas.

Conde insistió en que la voluntad del equipo de gobierno es la de buscar posibles fórmulas para minimizar el impacto de la tasa a través del IBI. Y, sin embargo, fue categórico al asegurar que incluso con esas potenciales minoraciones el revés económico será grande.

La intervención del responsable de Hacienda en la Casona del Parque permitió, además, conocer la existencia de un giro evidente en la estrategia analizada en estos años para establecer el pago de la tasa.

Cambio de criterio

Si tiempo atrás se trató de relacionar la cuota de la basura con el consumo de agua de los hogares, ahora se ha optado por otra vía. "No se va a hacer depender del consumo del agua", avanzó, apuntando que se emplearán otras variables como el valor catastral del inmueble y las personas que hay empadronadas en el mismo. Eso en el caso de las casas.

Con los estudios inicialmente manejados, desde la Casona del Parque se llegó a manejar una tarifa por vivienda con una parte fija de 93,61 euros/año (sin IVA) y una parte variable, conectada con el consumo de agua. Incluso, se aseguró que ninguna vivienda iba a pagar más de 224 euros (sin IVA) al año en total.

El edil justificó el tiempo transcurrido en la elaboración de las ordenanzas, insistiendo en la complejidad de aplicar la ley estatal. "La litigiosidad y la dificultad de aplicación son de tal magnitud que los servicios municipales tratan de acertar en la redacción", defendió.