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Uno de los secretos mejor guardados del urbanismo de Málaga en los últimos años queda desvelado.

Las propuestas de los tres grupos empresariales que pugnan por hacerse con los terrenos de El Bulto acaban de ser publicadas por la Gerencia de Urbanismo.

Los detalles conocidos de las mismas ponen de relieve la envergadura de una operación inmobiliaria que está llamada a marcar un hito arquitectónico en la capital de la Costa del Sol.

Superados los primeros pasos en el proceso de agente urbanizador impulsado por el Ayuntamiento para liberar el desarrollo de este sector, anclado en el tiempo durante años, se abre de par en par la puerta para conocer en profundidad cada una de las intervenciones que van adelante.

La parcela, claramente condicionada por la presencia de antiguos residentes y por el centro Cottolengo, dispone de 47.000 metros cuadrados, sobre los que el planeamiento permite 179 viviendas de renta libre y 82 VPO, que serán usadas, en su mayoría, para realojo de los vecinos de la zona.

La pelea empresarial tiene actualmente a tres protagonistas: Sierra Blanca Estates, que fue la primera que dio el paso y pidió poner en marcha la operación y que cuenta con el aval del estudio Zaha Hadid; la unión integrada por Urbania y la constructora Guamar, que cuentan con los diseños de Morph y la participación de CAI, y una tercera propuesta del arquitecto José Seguí.

Sierra Blanca Estates

La apuesta de la promotora marbellí, vinculada tradicionalmente a proyectos residenciales de lujo, pasa por levantar una torre de planta baja mas 22 alturas que acogerá 153 viviendas de renta libre diseñadas por el estudio de Zaha Hadid.

De acuerdo con el contenido de la iniciativa, la edificación en altura se situaría donde actualmente está Cottolengo, que sería trasladado a una nueva construcción.

Con la nueva ordenación se da forma a una gran manzana dotacional interior de 21.055 metros cuadrados, donde el Ayuntamiento dispondría de dos parcelas.

En cuanto a las VPO, estarán localizadas en dos edificios de planta baja más nueve alturas. Entre las afectaciones más claras está el desmantelamiento del campo de fútbol situado junto al colegio, que daría paso a un aparcamiento soterrado con plazas de uso público y privado. Sobre el mismo se realizaría un nuevo campo de fútbol.

Urbania-Guamar

Lejos del modelo de Sierra Blanca, esta propuesta apuesta por alturas más moderadas en las edificaciones. Bautizada con el nombre de Invisible genera un menor impacto visual sobre el entorno.

En su caso, Cottolengo se mantendría en su actual localización. Se prevén tres edificios, con aparcamientos bajo rasante.

Una de ellas alcanzaría las 10 plantas, con forma circular. Llama la atención el diseño, en el que las terrazas de las diferentes plantas van decreciendo para generar un efecto de espiral. El inmueble daría cabida a viviendas libres y VPO.

Hay otro inmueble de baja más 10 plantas para viviendas libres, un tercer bloque de planta baja más ocho para equipamiento dotacional, en la que la Fundación Unicaja tendría un especial protagonismo.

En esta tercera construcción, se destaca en la documentación, se plantea un proyecto de viviendas protegidas bautizado como Salta.

En el mismo se ofrecería a los usuarios unos pisos amplios dotados con zonas comunes de trabajo compartido, piscina, huerto, lavandería, zona deportiva e incluso área de mascotas… En total, prevé habilitar unas 180 viviendas de renta libre y 140 de protección oficial.

José Seguí

El modelo de José Seguí para El Bulto es el más ambicioso en cuanto a alturas. En concreto, plantea una torre de 27 plantas dedicada a un hotel. La cota de este inmueble alcanzaría los 102,9 metros y se levantaría donde ahora está Cottolengo.

El establecimiento de lujo proyectado tendría 300 habitaciones y estaría conectado con una pasarela peatonal sobre el paseo de Antonio Machado con los edificios comerciales del futuro puerto deportivo previsto en la plataforma portuaria de San Andrés.

Hay que recordar que es el propio Seguí el arquitecto responsable de ese proyecto, que impulsa un fondo de inversión de Catar.

Según la documentación, el hotel daría cabida a salones de congresos y un restaurante de doble altura en sus últimas plantas. Asimismo, contaría con unos 4.440 metros cuadrados construidos para oficinas y un helipuerto en su cubierta para que los clientes puedan desplazarse al aeropuerto.

El desarrollo de este proyecto necesitaría la modificación del planeamiento, ya que se sale del uso residencial actualmente permitido sobre el terreno. No obstante, propone un edificio de planta baja más seis para las 84 VPO establecidas.