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Antonio Guevara ha sido durante casi una década decano de la Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga. Un puesto que le ha permitido conocer hasta el mínimo detalle todo el engranaje de la institución académica. Y palpar a diario las verdaderas necesidades que tiene la UMA.

El suyo es un punto de vista experto, capaz de profundizar mediante los datos estadísticos en la realidad presente y futura de la estrategia turística de la capital de la Costa del Sol.

Es un hombre hecho a sí mismo. Su padre murió cuando apenas tenía 12 años. Aquello le obligó a cambiar sus prioridades y a tener que compatibilizar los estudios con el trabajo. Durante un tiempo fue repartidor de periódicos.

El mantra desde hace años es que el gran problema que tienen las universidades es la financiación.

Es bastante problemático, porque de la disposición de financiación depende, por ejemplo, que se puedan impulsar determinados estudios, que requieren, en algunos casos, de profesorado especializado. Si no hay una financiación específica… Se seguirá dando una docencia de calidad, pero con los recursos que se tienen.

¿Dónde nació usted?

Yo soy malagueño. Nací en 1960. Soy perchelero y estudié en el Instituto Martiricos. Fue uno de esos sitios que me marcó muchísimo. Hablo de un tiempo en que Málaga había tres institutos. El Gaona, el de Ciudad Jardín y el de Martiricos.

Mi idea inicial era estudiar arquitectura. Pero mi padre murió cuando yo tenía 12 años y eso me obligó a tener que combinar mi trabajo con los estudios. Al final, estudié Ciencias Empresariales.

Cuando terminé la carrera, entré a trabajar en una empresa para llevar contabilidad. Eso no me gustaba. Y fue entonces cuando se creó Informática. Había una empresa que buscaba a biólogos, físicos, economistas, me presenté y me eligieron. Me mandaron a Barcelona y allí estuve año y medio. Estudié Informática, Lenguaje de Programación…

Decía que cuando murió su padre se vio obligado a compatibilizar trabajo y estudios…

Sí, era repartidor de periódicos. Repartía el Sol de España todas las mañanas. Quiero recordar a muchos compañeros que me ayudaban cuando cogíamos los apuntes. No había ni fotocopias.

Antonio Guevara, en el exterior de la Facultad de Turismo. Álvaro Cabrera

¿Cómo recuerda aquella Málaga?

Recuerdo aquella Málaga como una ciudad muy antigua, muy deteriorada. El Centro histórico lo recuerdo muy mal. Todo lleno de vehículos por todos sitios. Lo que sí recuerdo de manera positiva es un comercio más tradicional, más cercano. Pero era una Málaga bastante abandonada.

Yo he vivido con mucha pena la destrucción de mi barrio, El Perchel. Se podían haber hecho otras actuaciones y haber mantenido un barrio con sus características. Si te fijas en la iglesia de San Pedro, no está en línea recta ni con la Avenida de la Aurora.

¿Por qué? Porque estaba en línea recta con la plazuela de San Pedro, que era muy bonita y a la que se entraba por los callejones del Perchel.

Pero siempre ha sido una ciudad muy abierta y con mucha tradición. Creo que el paso del tiempo ha hecho que los planes de diseño de la ciudad cambien. Creo que estaban pensados para el ciudadano y la peatonalización. La ciudad se diseñó para vivir el espacio público.

Lo que creo es que no se ha producido una planificación adecuada para hacer posible la convivencia del ciudadano y el visitante.

Ahora es cuando se empiezan a tomar medidas. Y eso que desde la Universidad ya veníamos diciendo desde hace tiempo que esto iba a pasar y ha pasado. Ha llegado un momento en que parte de la ciudad, sobre todo parte del Centro histórico, no se ha controlado.

La palabra planificación, a veces, no le gusta mucho a las personas de un determinado ámbito político, pero al mercado, en ocasiones, hay que ayudarlo. Todo se planifica. Si se planifica la recogida de basura, las líneas de autobuses, también hay que planificar el espacio público. Tenemos una ciudad muy bonita, preciosa, pero el malagueño empieza a decir que no se siente identificado con ella.

Eso es una pena para los malagueños y para el turismo. Al final el turismo de calidad deja de venir porque el que viene es de más baja calidad.

¿Está Málaga ya en ese punto preocupante?

Creo que todavía no estamos en ese punto. No hemos llegado al nivel de destinos como Magaluf… Estamos en el momento en que se han empezado a tomar medidas; hay que ser más rigurosos, igual que se ha hecho en Barcelona.

Esa es mi idea, aunque hay otros que piensan que no hay que hacerlo. Si queremos una ciudad donde convivan, como hasta ahora, los ciudadanos y los visitantes tenemos que hacer que puedan vivir conjuntamente. Estamos a tiempo. El fenómeno más complicado hasta ahora es la eclosión de las viviendas turísticas.

A diferencia de los hoteles, que están acotados, la vivienda turística se dispersa por el territorio sin ningún tipo de control. Eso hace que paguen justos por pecadores.

"No creo que el incremento del precio de la vivienda sea solo y exclusivamente por la vivienda turística. Es un factor que no se puede olvidar. Pero hay más"

Muchos vinculan la vivienda turística con el precio de la vivienda.

No creo que el incremento del precio de la vivienda sea solo y exclusivamente por la vivienda turística. Es un factor que no se puede olvidar. Pero hay más, como no haber liberado el suelo para hacer viviendas, no hacer VPO, la falta de financiación…

Cuando terminé la carrera con 22 años me compré una vivienda de protección oficial. No tenía nada y el banco me dio el préstamo. En aquellos años había una política de vivienda adecuada y ahora se ha mezclado esto con la explosión, con el descontrol. Por eso es tan importante la palabra planificar.

¿Llegamos tarde?

La planificación ha llegado tarde. Cuando se toma la decisión de planificar, se llega tarde. Pero creo que no es del todo tarde. Hay que ser más valientes. Por ejemplo, Barcelona ha sido más valiente con el tema de las viviendas turísticas. Aquí actuamos pero sin retroactividad, con lo que mantenemos lo que tenemos

¿Cree que Málaga debería ser más agresiva?

Un poquito más, un poquito más. Yo estoy en muchos foros, he escuchado a mucha gente… Es cierto que no todos los propietarios de viviendas turísticas son fondos de inversión. Hay muchos particulares y quizás por eso el Ayuntamiento ha valorado hacer una norma no tan drástica, más flexible.

Guevara, durante la entrevista. Álvaro Cabrera

¿Le da miedo la corriente de turismofobia que se ha generado en los últimos años?

Sí, porque la gente no entiende la importancia que tiene el turismo en Andalucía y en Málaga. Mientras no hagamos inversiones en otros sectores, muchas familias dependen del turismo. Hay muchos que creen que no dependen de esa actividad, pero sí lo hacen aunque sea de manera indirecta.

Me da pena porque se ha demonizado ser turista. Cuando uno viaja y pernocta ya es un turista. Y si vas a un sitio donde hay muchísima gente, eres uno más que contribuye a que haya sobrecarga. Nadie quiere ser turista cuando hace turismo. Pero es turista, no hay más remedio.

Generar movimientos muy potentes contra el turismo perjudica. Porque nadie quiere llegar a un territorio y encontrarse a gente que te diga, “¡eh, qué haces aquí!”

comparto que el turismo hay que planificarlo de otra manera. No se puede estar todo el día tratando de incrementar la llegada de turistas. Lo que hay que hacer es trabajar en otros perfiles y mantener lo que tenemos.

¿Málaga tiene un problema a día de hoy con la cantidad de turistas y con el tipo de turistas que viene?

En términos generales diría que no. Pero es muy difícil hacer un diagnóstico global. Málaga sí tiene determinados lugares con sobrecarga de turistas. Hablo de la 'almendra' del Centro, del itinerario oficial, con la calle Larios, Granada, Calderería, la Plaza del Siglo, la Plaza Uncibay…

Ese recorrido está sobrecargado de turistas. Pero si sales de ese itinerario y vas por Comedias, Nosquera, Carretería, no hay esa masa.

Antonio Guevara posa en una de las escaleras de la Facultad de Turismo. Álvaro Cabrera

Esto obliga a hacer micro actuaciones en determinados puntos para controlar, como que no se abran nuevos establecimientos o que se distribuyan en otros lugares.

Ahora mismo Málaga no es una ciudad que esté sobrecargada. Las personas que viajamos siempre vamos a los centros históricos, que es donde están los monumentos y eso hace que se genere colapso. Pero si sales a pasear por los paseos marítimo no encuentras ese colapso.

"Málaga sí tiene determinados lugares con sobrecarga de turistas. Hablo de la ‘almendra’ del Centro, del itinerario oficial, con la calle Larios, Granada, Calderería, la Plaza del Siglo, la Plaza Uncibay…"

Esa parece que es la apuesta del Ayuntamiento, la de distribuir a los turistas.

Hay que distribuir. Lo que tiene que pasar en Málaga es lo que ocurre en todas las grandes ciudades. Por ejemplo, en Londres tienes la posibilidad de moverte media hora o una hora para ver otras cosas. Eso es algo que hay que hacer aquí. Hay que crear otros recursos. Como se hizo con Tabacalera, aunque es elevado el esfuerzo para trasladar a la gente y moverla. O Pedregalejo.

Lo que pasa es que la gente de los otros barrios también puede decir que no quiere que le manden a la gente. Diversificar y descentralizar es algo correcto.

¿Y sobre el perfil del turista que viene a Málaga?

El Ayuntamiento está trabajando adecuadamente para atraer a un tipo de turista de mayor nivel. Pero hay que tener mucho cuidado porque el turismo también debe ser universal, la gente que tenga menos recursos también debe poder viajar.

Se puede trabajar con un turismo de calidad que venga a una ciudad a pernoctar en un sitio adecuado que busque un restaurante, que no tiene porqué ser un Estrella Michelin. Puede ser un restaurante de cocina malagueña tradicional, pero esos los podemos contar con los dedos de la mano.

Hay que recordar que el turismo gastronómico trae gente de calidad. Hay que trabajar por evitar ese turismo de baja calidad, de despedidas de solteros, que cada vez se va más por el Centro. Pero esos no vienen a hoteles, vienen a viviendas de uso turístico. Si trabajas en reducir esa oferta de alojamiento, habrá una especie de expulsión de ese turismo de bajo nivel.

¿Cree que hay riesgo de que Málaga se convierta en un destino como Magaluf?

Ahora mismo no lo veo, pero si no se toman medidas… Hasta el alcalde está a favor de incorporar la tasa turística. Puede ser importante que la sociedad vea que el turismo llega y paga un impuesto. La tasa turística no evita que venga gente. La prueba es Venecia, donde la gente paga y sigue llena de gente. Los ingresos de esa tasa pueden repercutir, por ejemplo, en los barrios, como en el Centro, donde hay mucha tensión.

Si se ponen las medidas no creo que tengamos un Magaluf. Pero si no se ponen puedo garantizar que seguirán viniendo estos señores y señoras que están de moda con las despedidas o excursiones de muy bajo nivel, que lo que hacen es deteriorar el espacio público. Si no se toman medidas ese riesgo existe.

"Si no se ponen medidas puedo garantizar que seguirán viniendo estos señores y señoras que están de moda con las despedidas o excursiones de muy bajo nivel, que lo que hacen es deteriorar el espacio público. Si no se toman medidas ese riesgo existe"

Decía usted antes que la planta hotelera de Málaga era adecuada. El Ayuntamiento sigue apostando por traer 5 estrellas.

Ahora mismo no tengo datos, pero creo que Málaga tiene que hacer un análisis de lo que va a quitar de viviendas turísticas y la capacidad hasta la que quiere llegar para tener un turismo de calidad.

No creo que necesite una moratoria hotelera. Si se decide disminuir la capacidad de viviendas turísticas habrá que determinar cuántos hoteles o plazas queremos más y de qué nivel.

Otra imagen de Antonio Guevara. Álvaro Cabrera

Pero hay que tener en cuenta que cuando viene un turista de 5 estrellas hay que tener una ciudad de 5 estrellas. Y esto implica que cuando llegue al hotel no se encuentre todo lleno de franquicias de fritangas.

Tiene que encontrarse restaurantes de una gama media, de calidad, que da imagen de calidad y es asequible para ese turismo. Curiosamente, en el itinerario turístico oficial te encuentras franquicias. Y, curiosamente, cuando cae una, nace otra.

¿Ve a Málaga preparada para recibir a las grandes cadenas hoteleras de 5 estrellas gran lujo?

Hay que trabajar todavía un poquito. Tenemos que incorporar algunos recursos de nivel medio-alto para que la gente que venga encuentre un espacio apropiado y Málaga lo puede tener.

Uno de los grandes proyectos hoteleros es el de la Torre del Puerto. Quienes la defienden alegan que permitirá dar un salto en la calidad de turismo.

Yo no estoy a favor de la Torre del Puerto y aquí me posiciono un poco como malagueño. Uno de los valores que tiene el turismo es el paisaje y creo que la Torre del Puerto va a romper ese paisaje. También creo que ese tipo de hotel no va a generar tantos puestos de trabajo. No estoy en contra de que hagan un hotel o una torre, pero ya que las están levantando en la zona de Huelin, apuesto por su traslado a otra zona, que sea el centro de la bahía.

Siempre me ponen el ejemplo del Hotel Vela de Barcelona, pero ese hotel no se encuentra delante de la estatua de Colón, o la Torre Pelli, que es verdad que se ve, pero no se encuentra detrás de la Giralda. El gran patrimonio de Málaga es su bahía, la Farola.

Puede ser contraproducente. Si te vas a hacer la foto desde el puerto mirando a la ciudad, no verás la Torre. Pero si te vas a la zona de El Palo, Pedregalejo, Carretera Cádiz… Llama la atención. Es como lo que pasa con la torre de la cementera de La Araña.

"Lo que tiene Málaga diferencial y que hace que la gente quiera venir es la calidad del malagueño y la malagueña, la calidad de acogimiento, de interacción. Eso no se puede perder"

Desde mi punto de vista, es una aberración que se hizo hace muchos años. Hubo un momento en que la cadena propuso desmochar dos plantas… Es una muestra de mala planificación. Es lo mismo que decía de El Perchel, que se ha echado abajo. Se podría haber rehabilitado un recurso turístico muy interesante.

En Málaga se han hecho malas planificaciones. No hagamos algo de lo que después nos podamos arrepentir en el futuro.

Es coincidente la visión de muchos sobre la pérdida de identidad de la ciudad.

Es que lo que tiene Málaga diferencial y que hace que la gente quiera venir es la calidad del malagueño y la malagueña, la calidad de acogimiento, de interacción. Eso no se puede perder. En Málaga es rarísimo encontrar a alguien que no sea de Málaga que no esté integrado. Esa identidad del malagueño que acoge no se puede perder.

El turismo no son sólo monumentos, hay una parte del turismo que tiene que ver con sus anfitriones y el paisaje. Puedes llegar a una ciudad muy patrimonial, pero si llegas y no te atiende nadie, te desangelas, ves el monumento y te vas. En Málaga eso no ocurre, la gente quiere quedarse y hay que aprovecharlo.