El edificio de Correos de Málaga vuelve a ser okupado. Cerrado a cal y canto desde hace ahora casi 15 años, el popular inmueble sigue a la espera de volver a la vida convertido en un hotel de lujo. Un destino trazado a principios de 2000, cuando un grupo inversor de origen israelí se hizo con su propiedad tras pagar a la Junta de Andalucía 23,5 millones de euros.
A la espera de que la larga y ardua tramitación administrativa impulsada por este grupo promotor concluya, la estampa actual que presenta la construcción es de abandono y olvido. La fotografía presente se adorna ahora con la presencia de una especie de campamento improvisado en el exterior del edificio, pero dentro del perímetro vallado del mismo.
Es el mismo emplazamiento techado que ya sirvió para dar cobijo a otros okupas a finales de 2021 y 2022. Cajas de cartón, paneles de madera… Todo sirve para dar forma a una especie de refugio improvisado. A pocos metros del vallado de acceso por uno de los laterales sorprende ver una especie de cartel, presuntamente elaborado por los inquilinos de Correos en el que se pide a los viandantes que no dejen comida para los gatos.
"Por favor, no pongan comida aquí. El gato: tenemos comida. No pongan basura aquí. Problemas: ratas, hormigas. ‘Gracias: El Gato’", refleja el mensaje escrito con rotulador. El mismo finaliza con lo que parece ser una petición: "Yo. Ayuntamiento. Limpieza, cada día aquí".
Esta realidad contrasta con el deseo de la propiedad y del Ayuntamiento de allanar definitivamente el camino que permita transformar el inmueble en un alojamiento de primer nivel, con capacidad para unas 200 habitaciones.
Hay que recordar que la que fuera sede principal de Correos en la provincia de Málaga fue símbolo de la deuda histórica que había contraído el Gobierno de España con Andalucía. De hecho, entregó esta construcción a la Administración autonómica como parte del pago. En aquel entonces, a mediados de 2010, fue valorado en 30 millones de euros, cuantía muy lejos de lo finalmente pagado por un privado.
Detalle del cartel que hay dentro.
La iniciativa sigue a la espera de los últimos informes para que sea aprobado definitivamente el proyecto de ordenación planteado y que pretende recuperar un edificio "tan singular arquitectónicamente y con tanta importancia en la imagen de la ciudad en su Alameda Principal". Muestra de la envergadura de la iniciativa es que se apunta que la inversión puede rondar los 50 millones de euros.
Al tiempo, se habla de manera concreta de que el futuro establecimiento dará cabida a varios restaurantes y salones de reuniones, con el objetivo de asegurar su plena integración en las actividades sociales y empresariales de la ciudad. La propuesta privada recoge también la construcción de dos plantas de sótano para un total de 93 plazas de aparcamiento.
Para el desarrollo de la rehabilitación y ampliación del edificio se propone una etapa de cuatro años, iniciándose su cómputo con la aprobación definitiva del Estudio de Ordenación que ahora se encuentra en tramitación.
Para alcanzar el reto de convertir Correos en un hotel de lujo, se plantea el incremento del techo edificable actualmente permitido en el edificio. En concreto, la misma subirá en 3.866,65 metros cuadrados, aunque "haciendo uso de la volumetría actual del edificio, alcanzando una edificabilidad total de 17.480,45 metros".