Francisco de la Torre cumple este 4 de mayo 25 años al frente de la Alcaldía de Málaga. Cualquier análisis sobre este largo periodo de gestión centra el punto de vista sobre los logros del mandatario, sobre su enorme dedicación al cargo. Pero ¿y si modificamos la perspectiva? ¿Y si optamos por mirar este cuarto de siglo desde los ojos de quien lo acompaña desde hace más de medio siglo?
Rosa Francia es el contrapeso de De la Torre, el alma gemela a quien conoció en la puerta de la Clínica Gálvez, justo antes de ir a un guateque. EL ESPAÑOL de Málaga ha querido conocer su visión de estos 25 años de mandato, lo que significan para la esposa del veterano mandatario estas ‘bodas de plata’ con la ciudad.
Y la respuesta es una declaración intimísima, cargada de sinceridad, marcada por la herida que deja la entrega absoluta con la que su marido entiende la relación con su otro gran amor, Málaga. “Lo peor, estar muy sola. Eso limita mucho la vida”, reflexiona al final del mensaje que transmite a este periódico.
Palabras cargadas de emoción que vienen a resumir su manera de entender la Alcaldía de De la Torre. Por más que siente enorme orgullo por la labor de su esposo como gestor y político, no puede ocultar sus sensaciones como mujer y compañera.
"De aquel 4 de mayo recuerdo los sentimientos encontrados: por un lado, la alegría por su éxito y su enorme ilusión; por otro, el disgusto y la preocupación por lo que se le venía encima", explica cuando se le pregunta sobre el día en que, por vez primera, De la Torre recibía la vara de mando en el Salón de Plenos de la Casona del Parque.
En el momento en que eso ocurría, Francia era consciente del impacto que eso iba a tener. “La actividad política es muy exigente: es vocacional y no te obliga nadie, así que, o te entregas a tope o te marchas; además tiene una responsabilidad gravísima y una proyección implacable, siempre puesta bajo los focos”, sentencia.
Un ‘estar bajo los focos’ que se extiende ya más de 9.125 días, que son los que transcurren desde que Málaga entregó sus riendas a Francisco de la Torre Prados, marido de Rosa Francia, padre de cuatro hijos e hijo de Francisco de la Torre Acosta y María Victoria Prados.
El deseo de Rosa Francia
Son numerosas las ocasiones en las que Francia ha expresado su deseo de que De la Torre no se presentase a las elecciones. Aunque son más conocidas en las últimas convocatorias, la realidad es que ya en 1977, como recogen las crónicas de la época de Sur. “He hecho todo lo posible para que no se presente, mi campaña ha sido dura", expresaba.
Muy a su pesar, no logró el objetivo pretendido. Ahora, 48 años después sigue sin ocultar su deseo. “No quiero insistir en mi deseo de que Paco deje el Ayuntamiento. Es harto sabido”, expone, tratando de argumentar los motivos: "No es tanto porque me hubiera gustado llevar una vida más normal (eso que ahora se llama conciliación y que es simplemente convivencia equilibrada) porque hay muchas parejas con dificultades parecidas, cuanto porque Paco pudiera hacer una vida más saludable y cómoda, más libre... O sea, lo que él no parece querer", añade resignada
Rosa profundiza en lo que han supuesto para ella estos 25 años en los que su marido ha estado y está al frente del gobierno municipal. "Ha habido muchas cosas gratas. Por ejemplo, la satisfacción de comprobar cada día su entrega y respeto a los demás, su tolerancia, capacidad de trabajo… Otra cosa ha sido poder conocer personas magníficas; no me refiero sólo a brillantes intelectuales, políticos o empresarios (que también), sino, además, a personas anónimas que se vuelcan en ayudar y mejorar la vida de los demás. Hay muchísimas en esta Málaga y conocerlas y tratarlas es un orgullo muy grande", dice con emoción.
Pero no excluye esas cosas "durillas", vinculadas, muchas de ellas, a la dedicación con la que su Paco entiende el oficio de alcalde. "Trabaja todo el día; me ha tocado ser secretaria (sin la pericia de la auténtica), pasar o revisar textos, buscar bibliografía… Recuerdo que en un período electoral llevé el blog del candidato. He sido consultora y asesora de imagen…", apostilla.
La suya es la historia de una mujer enamorada de su marido y resignada al matrimonio que ‘su’ también alcalde tiene con Málaga. Quedan dos años para saber si, como viene ocurriendo desde hace décadas, De la Torre cumple el deseo de su esposa y, por fin, da un paso al lado. Ella será la primera en celebrarlo.