Otro negocio tradicional cierra en el Centro de Málaga. Este sábado será el último día de apertura de Telas San Julián en la calle Cinco Bolas tras 12 años abiertos junto a la Iglesia de San Juan. Su propietario, Francisco Javier Vilaplana apunta que en su lugar abrirá en unos días un supermercado liderado por un equipo de Bangladesh.
Sobre los motivos del cierre, Vilaplana explica que "la realidad es que la tendencia de ventas de este establecimiento iba a la baja", lo contrario a sus otros dos locales en Fuengirola o Guadalmar. Cuando se le preguntan por los motivos, reconoce que el Centro de Málaga ha cambiado mucho, tanto como el estilo de vida del público.
"Cada vez se tiende a vender menos los productos que ofrecemos, que son textiles para el hogar y objetos de decoración. El cambio de tendencia en el mercado es claro", señala Vilaplana. Con la disminución de la demanda y la posibilidad de trasladar su stock a sus otras tiendas más grandes, la empresa ha optado por cerrar este establecimiento y reubicar a su empleada, Laura, en otra de sus sedes.
Además, confiesa que no le da miedo a decir como empresario que en el sector laboral hay un claro problema de "falta de trabajadores" con la formación necesaria. "Nos ha sido imposible encontrar empleados que se adapten a las condiciones del trabajo. No es solo vender una tela, sino asesorar al cliente, calcular los metros necesarios y entender del tema", explica.
A pesar de haber publicado ofertas de empleo en organismos como el Instituto Municipal para la Formación y el Empleo de Málaga (IMFE), no lograron encontrar personal adecuado para este local en dos ocasiones. Ahora trasladarán a su trabajadora del Centro, con más de veinte años de experiencia, a la tienda de San Julián.
Vilaplana menciona que la transformación del centro de Málaga también ha influido en la decisión, pues encuentra que este está a la deriva. "Sin ir más lejos, las ofertas que me han llegado para alquilar el local son todas relacionadas con el enfoque turístico, todas las ideas estaban ligados a lo mismo", detalla.
Una imagen del local.
El local no permanecerá vacío por mucho tiempo: en pocos días abrirá en su lugar un supermercado, cree que para Semana Santa. "Los nuevos inquilinos son emprendedores de Bangladesh que ven una oportunidad de negocio aquí. Estarán abiertos hasta la madrugada, para aprovechar las horas de cierre de las grandes superficies. Son personas que vienen con muchas ganas de trabajar", comenta Vilaplana.
Este cierre no supone el fin de la empresa, sino una reestructuración para adaptarse a la realidad del mercado. "Uno no puede ir a contracorriente. Por mucho que lo intentes, si no renta, no renta; así que seguiremos con nuestras otras dos tiendas [en San Julián y Fuengirola] y ya está", concluye el empresario, dejando entrever el reto que enfrentan muchos comercios tradicionales en un centro histórico cada vez más orientado al turismo.
Una imagen de los carteles que anuncian el cierre.
Sobre Telas San Julián
Telas San Julián nació hace 15 años de la mano del cordobés Francisco Javier Vilaplana, nacido en Montilla, y su mujer, quienes decidieron emprender en el sector textil tras su experiencia trabajando en este mundo.
En el año 2010, en plena crisis económica, ambos se embarcaron en el mayor de los retos de nuestra vida profesional y es así como echa a rodar Telas San Julián, en el barrio malagueño por el que recibió el nombre. Poco a poco, fue ganando clientela y se pudo ir expandiendo por la provincia.
"Con el deseo de ampliar nuevos horizontes, llegamos a abrir tiendas en Sevilla (“El kilo” en el centro de Sevilla en la calle Feria) y Madrid (en la calle Esparteros n º13, entre la Puerta del Sol y la Plaza Mayor), pero a pesar de contar con un valioso público con el que nos sentíamos muy orgullosos, circunstancias personales nos llevaron a cerrar", comentan desde el negocio.