Bajo la superficie ahora abandonada y repleta de maleza de los antiguos cines Astoria y Victoria duermen hasta 20 siglos de historia de Málaga. Un lienzo privilegiado que ha sabido de las experiencias de la Malaka fenicia, de la Malaca romana, de la Málaga musulmana; que ha servido de camposanto de varios cientos de cristianos y árabes muertos en la toma de los Reyes Católicos.
Singularidades que convierten este solar, localizado en el lateral este de la Plaza de la Merced, a escasos metros de La Alcazaba, en un espacio único en la capital de la Costa del Sol. Y, pese a esa riqueza extraordinaria, su presente está marcado por la ausencia.
A finales del pasado año se cumplieron 14 años del momento en que el alcalde, Francisco de la Torre, plasmó su firma en el acuerdo de compra de la finca, hasta ese momento en manos de una promotora de origen vasco. A cambio de su titularidad, las arcas municipales desembolsaron 21 millones de euros (buena parte de ese dinero en aprovechamientos urbanísticos en otros puntos de la ciudad).
Y catorce años después, el viaje imaginado por De la Torre sigue lejos de completarse. El Astoria, que tanto sabe de cine, es ejemplo fiel de una producción sin guión claro, en el que la improvisación de los protagonistas está a la orden del día y en el que, por muchos pasos adelante que se den, siempre son más los que se dan hacia atrás.
A lo largo de este periplo, el Ayuntamiento ha pasado, en origen, de pretender ir en solitario con la construcción de un gran equipamiento cultural, solución abandonada ante la incapacidad económica de la operación, a ponerse en manos de la iniciativa privada. En una de las ocasiones, fallida, como casi todo lo que se ha planteado hasta la fecha, la propuesta llegó a tener a Antonio Banderas como referente.
Vuelta de guion
Asumido el callejón sin salida en el que se encontraba la recuperación de la parcela, en buena medida por el impacto cierto de los restos arqueológicos existentes en el subsuelo, el alcalde tomó la determinación de volver a la casilla de salida, recuperando la fórmula de un proyecto 100% público.
Ese fue justamente el punto de partida con el que el regidor afrontó el presente mandato municipal. "Avanzaremos en el proyecto para la construcción de un centro de danza y uso complementario al Teatro Cervantes, así como usos congresuales", reza el programa con el que De la Torre se presentó a los comicios de mayo de 2023.
Documento en el que se agrega: "Será un nuevo equipamiento en consonancia con los edificios del entorno de la Plaza de la Merced, en el que respetaremos los hallazgos arqueológicos realizados".
Este fue el principio sobre el que, a principios de 2023, la Gerencia de Urbanismo fijó las bases del concurso con el que adjudicar la redacción del anteproyecto del futuro centro cultural. Hubo que esperar a septiembre del año pasado para que se formalizase el contrato con el reconocido estudio de arquitectura Barozzi y Veiga.
Un hito en toda regla con el que allanar el camino a esta compleja operación urbanística. Sin embargo, el guión diseñado por De la Torre ha vuelto a transformar por completo el desenlace de los acontecimientos. Y lo hace con una vieja conocida de la mano, la Fundación Unicaja.
Una de las principales entidades culturales de la provincia, que desde hace décadas se viene vinculando con un gran equipamiento que, hasta la fecha, no ha visto la luz. La referencia a Unicaja ya formó parte del discurso del alcalde cuando hablaba sobre el desarrollo del suelo del Astoria.
Y no fue el único emplazamiento con el que se le relacionó, ya que también su nombre estuvo muy presente antes de que el regidor lograse la llegada del Centro Pompidou a la esquina de oro del puerto de la ciudad.
Casi 15 años después de aquellas primeras líneas escritas, la historia trae de nuevo a la Fundación Unicaja a la escena del Astoria. A la espera de que se concreten los detalles, el alcalde da por seguro que en "pocos meses" deberán firmarse el acuerdo mediante el que, de manera directa y a cambio de un canon económico aún por fijar, Málaga ceda a la Fundación Unicaja el espacio para la construcción de un centro cultural.
"En pocos meses perfilaremos el acuerdo definitivo", afirmaba este lunes De la Torre al ser preguntado por el asunto, admitiendo que, pese a los movimientos municipales en relación con la propuesta arquitectónica de Barozzi Veiga, desembolsado que no ha sido abonado aún por el Consistorio, la entidad cultural tendrá "la libertad de ver qué usan del proyecto que se ha hecho o no, o hacer un concurso nuevo".