El ambicioso proyecto de construcción de una marina deportiva para medio millar de atraques en Málaga capital, a poco más de dos horas de Madrid, se topa con una inesperada piedra en el camino. Un obstáculo menor pero que, previsiblemente, retrasará varios meses la obtención de la esperada licencia de obras.
Según ha podido conocer EL ESPAÑOL de Málaga de varias fuentes relacionadas con el proyecto, que fija una inversión de unos 44 millones de euros, desde la Gerencia de Urbanismo han reclamado a la Autoridad Portuaria, como propietaria del espacio sobre el que se plantea la infraestructura, que se justifique "la conexión con la parcela del Auditorio", lo que puede requerir la redacción de un estudio de detalle parcial.
Este equipamiento cultural viene siendo reclamado desde hace décadas por el alcalde, Francisco de la Torre. Sin embargo, no existe garantía alguna de que llegue a ejecutarse. De hecho, el suelo sobre el que en su día se planificó está actualmente explotado como zona de acopio de mercancías.
Según las fuentes consultadas, el instrumento urbanístico planteado puede requerir de entre dos y tres meses de tramitación y aprobación. De acuerdo con las estimaciones manejadas, no parece descartable que, tras esta exigencia de última hora, la concesión del permiso de obras se dilate más de lo esperado.
Y esto sucede después de que a finales del pasado mes de septiembre, la empresa concesionaria del proyecto, a la cabeza de la cual se encuentra el fondo inversor catarí Al Alfia (el mismo que promueve la torre hotelera de 27 plantas en el dique de Levante) entregase el proyecto básico, con el objeto de que fuese analizado y validado antes de ser remitido a Urbanismo para activar la petición de licencia.
Detalles del puerto deportivo
El puerto deportivo proyectado integrará 506 puntos de atraque destinados a embarcaciones de entre 8 y 50 metros de eslora, a lo que se suma una amplía oferta comercial y hostelera de "alta gama".
El modelo diseñado para esta iniciativa empresarial, que cuenta también con la colaboración de Island Global Yachting (IGY) y Ocean Capital Partners (OCP), contempla disponer en la zona comercial de "primeras firmas nacionales e internacionales", entre las que se citan de manera directa a Prada, Louis Vuitton o Gucci. La oferta se quiere ampliar con "firmas de prestigio gastronómico".
Entre las piezas esenciales del complejo destaca el llamado Complejo Náutico, con 1.820 metros cuadrados, que se convertirá en "hito referencial de la actividad social" de la ciudad. Se piensa en él como punto de atracción para reuniones, comidas, celebraciones, estancias... La planta baja contará con tienda náutica, gimnasio‐spa, guardería‐espacio infantil, salón de belleza‐peluquería, oficinas, cocinas y cafetería‐restaurante. Y en la planta superior, un restaurante "más selecto con comedores VIP y amplias terrazas descubiertas".
A ello hay que agregar una zona de ocio con el Embarcadero Turístico, desde donde se podrían realizar "paseos turísticos en barco con otras zonas portuarias o incluso con la terminal de cruceros". Una de las innovaciones principales pasa por recuperar la noria-mirador que fue desmontada hace varios años en la zona de Muelle Heredia.
En la memoria se habla de una instalación desmontable a modo de mirador turístico o noria de 45 metros de altura que se levantaría en la plaza urbana contemplada en la unión de los muelles oeste y sur.
Para dar respuesta a las necesidades de los futuros clientes del puerto deportivo de San Andrés, se plantean 439 plazas de aparcamiento, 305 de ellas en superficie y 134 en un sótano previsto bajo los edificios comerciales.
Málaga Marina San dispone ya de la concesión por un periodo de 50 años. A cambio de las inversiones comprometidas y del pago de un canon de actividad de casi 1,5 millones de euros anuales, tendrá derecho a la explotación de 51.475 metros cuadrados de zona de tierra, donde habrá espacio para una escuela de vela, y 63.000 de lámina de agua.