La posibilidad de que la futura explotación comercial del conocido restaurante de los Baños del Carmen se decida mediante un concurso público empieza a tomar fuerza. El reciente tirón de orejas dado por la Unión Europea al Gobierno de España en relación con el procedimiento que se viene siguiendo para otorgar las autorizaciones administrativas a chiringuitos y restaurantes de playa ha activado la alerta en la Junta de Andalucía, competente en la materia.

El nivel de aviso es tal que, según fuentes de la Administración regional consultadas por EL ESPAÑOL de Málaga, se empieza a sopesar la idea de abrir procesos de libre concurrencia para que cualquier empresario interesado pueda presentar sus ofertas para gestionar emplazamientos tan singulares como el de los Baños del Carmen o el restaurante Antonio Martín.

"El tirón de orejas de la Unión Europea abre un escenario completamente distinto", admiten las fuentes consultadas, que consideran que la opción del concurso abierto es el ideal para "dar la máxima estabilidad al concesionario, con el objeto de que pueda afrontar cuantas inversiones considere con toda la seguridad".

Si bien la incidencia puede ser general sobre todos los chiringuitos cuyas concesiones hayan vencido ya o estén a punto de hacerlo, el impacto adquiere una dimensión superior en el caso concreto de Baños del Carmen y de Antonio Martín. Este último marcado en los últimos años por la amenaza incluso de la demolición

La opción del concurso para el restaurante de los Baños del Carmen ya fue analizado y sopesado por el Gobierno andaluz en 2018, una vez que se dio por caducada la concesión original, otorgada por un periodo de 100 años. Sin embargo, el amago no llegó a fructificar y desde la Junta se han ido otorgando autorizaciones temporales hasta el momento actual.

Se da la circunstancia que el último de estos permisos fue concedido por un año a mediados de 2021. El efecto de la misma queda diluido el próximo mes de agosto. Esta circunstancia otorga mayor relevancia al movimiento que pueda adoptar la Junta. 

Las fuentes consultadas han admitido que es un asunto que debe ser objeto de conversación con los servicios jurídicos de la Administración regional, con el fin de fijar la hoja de ruta a seguir. "Es necesario plantear jurídicamente lo que puede pasar y establecer la forma de actuar porque lo que está diciendo Europa es que no se está actuando como se debe", indican. Lo que parece evidente es que en el supuesto de que se optase por una convocatoria abierta, el grado de interés sería máximo.

Hay que recordar que, según las fuentes, en los meses previos a que se adoptara la decisión de ampliar la autorización un año más a los empresarios que están al frente de la gestión del restaurante, ya hubo varios grupos que mostraron su interés en optar a la concesión. Entre ellos, el propio Antonio Banderas, que en pocos meses pondrá en marcha su nuevo restaurante en el Real Club Mediterráneo, y Grupo Trocadero, que ultima la rehabilitación de la Casa de Botes, en el puerto de Málaga.

Sea como fuere, no es descartable que la Junta tenga que avalar una nueva autorización temporal a los actuales gestores de los Baños del Carmen, dado que la puesta en marcha de un concurso abierto requerirá de un plazo de varios meses.

En el caso de Antonio Martín, la situación es parecida. Aunque existe un proceso abierto de nueva concesión, al que sólo se presentaron los actuales responsables del negocio, la realidad es que ese mecanismo quedó alterado por los informes de la Dirección General de Costas, que ordenó la demolición de la construcción.

Paralizados los efectos de la resolución, a día de hoy se mantiene abierta la posibilidad de respetar el inmueble, aunque con la duda sobre la superficie final. En su último pronunciamiento del organismo estatal se avala la continuidad del negocio, pero adaptando su dimensión a la superficie autorizable de unos 300 metros (frente a los alrededor de 1.500 que hay construidos).

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