Málaga

El impacto que tiene el sistema de videovigilancia sobre el esclarecimiento de delitos en Málaga capital es medible. Más de un centenar de actos son resueltos cada año gracias a la utilización de las imágenes grabadas con los dispositivos instalados en la capital de la Costa del Sol. Una media que, a buen seguro, irá aumentando en los próximos ejercicios tras las últimas extensiones del sistema impulsadas por el Ayuntamiento de la capital.

El dato, según fuentes consultadas por EL ESPAÑOL de Málaga, permite validar la apuesta que desde hace años viene haciendo la ciudad por mejorar la lucha contra la delincuencia con el empleo de cámaras que permiten identificar en tiempo real lo que está ocurriendo en determinados puntos de la urbe. Todo ello controlado y monitorizado desde el centro de control.

"Cada día la Policía Nacional nos puede estar pidiendo imágenes por sucesos que ocurren en determinadas zonas", explican las fuentes consultadas, que ponen en valor el hecho de que el grado de éxito que tiene el uso de las grabaciones, que tienen un tiempo limitado, es cada vez mayor.

Hace ahora un año, por ejemplo, desde la Policía Local se elevaba este porcentaje a un 60%. Ahora, añaden las fuentes, "cuando nos piden las imágenes tenemos muy seguro que algo vamos a pillar; ese porcentaje crece".

Imágenes de una de las cámaras ya en funcionamiento en el barrio del Soho.

Y eso es todo un aviso a navegantes para delincuentes que aprovechan, por ejemplo, la presencia masiva de turismo en el Centro histórico, para hacer de las suyas. O enfrentamientos que concluyen en agresiones físicas, por ejemplo.

Sea como fuere, el efecto de la videovigilancia en la capital de la Costa del Sol se ha visto hasta la fecha mucho más limitado de lo previsto por los responsables municipales. Hay que recordar que la primera fase del sistema, con unas 22 cámaras, quedó activado en el año 2014. 

No obstante, la experiencia previa en la ciudad con este mecanismo de seguridad se remonta a 2006, cuando quedaron instaladas cámaras en las calles Larios, Strachan, Especerías, Cisneros, Granada, Calderería y Méndez Núñez, además de en las plazas de la Constitución, del Carbón y Uncibay.

Ha habido que esperar ocho años para que el Consistorio haya podido dar un paso más en su apuesta por extender el sistema a todo el casco antiguo y su entorno directo. Y lo ha hecho para llegar hasta el barrio del Soho.

Esta especie de extensión del Centro histórico, pegada a la Alameda Principal, cuenta desde este miércoles con 15 cámaras (en nueve localizaciones) que vigilan todo cuando sucede en las calles Tomás Heredia, Duquesa de Parcent, Vendeja, Somera, Trinidad Grund, Córdoba, parte de la Alameda Principal, Torregorda, Atarazanas y la Avenida Comandante Benítez.

Una decena de vías objeto en los últimos años de un importante proceso de transformación urbanística y económica. Muestra de ello son los numerosos negocios hosteleros y hoteleros que han abierto sus puertas en tiempo reciente. En este mismo barrio se localiza el Teatro Soho CaixaBank, gestionado por Antonio Banderas.

Siguiente etapa, septiembre

A este movimiento, que se ha demorado años, hay que añadir la apuesta municipal por, a más tardar en septiembre, poner en funcionamiento una fase más de la videovigilancia, llegando Carretería, la Plaza de la Merced, la calle Álamos, la Plaza de la Aduana, la Plaza de la Marina, la calle Císter, la calle Nueva y la Plaza de los Mártires. Una maniobra con la que el área de Seguridad podrá tener control sobre la mayor parte del recorrido turístico de la capital.

En el momento en que tenga lugar este hito, desde la sala de control de la videovigilancia, situada en el Centro de Emergencias Municipal se controlarán las imágenes captadas por 87 cámaras. A las del Centro histórico, en sus dos fases, y el Soho, hay que sumar las instaladas en varios de los polígonos industriales de la ciudad, en funcionamiento desde hace casi un año.

¿Hay más ampliaciones previstas? De momento no, más allá de la posibilidad de realizar renovaciones de los dispositivos más antiguos y posibles cambios de ubicaciones de algunos de ellos. En lo que sí trabaja Málaga es en el deseo del alcalde, Francisco de la Torre, por contar con cámaras que permitan vigilar al momento lo que ocurre con algunos de los grandes monumentos culturales de la ciudad. 

Por el momento, lo que trasciende es que hay un listado inicial de 21 inmuebles y fuentes que podrían incluirse en esta iniciativa. Aunque habrá que esperar a que se licite la obra necesaria para que queden concretados.

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