Málaga

Paredes descarnadas, pilares carcomidos por el paso del tiempo, hierros oxidados por efecto del salitre... A simple vista resulta imposible pensar que a finales de año o principios de 2023, la antigua Casa de Botes abrirá sus puertas transformada en una de las más esperadas referencias gastronómicas de Málaga capital: Trocadero Casa de Botes.

Pese a las apariencias, el calendario manejado por Grupo Trocadero, concesionario del inmueble portuario, es ese. Y a ello dedica los esfuerzos de una intervención que, según los números originales, va a suponer una inversión de 6 millones de euros. 

El ESPAÑOL de Málaga ha entrado en las "tripas" del emblemático edificio y lo ha hecho de la mano de quien asume las riendas de un complejo proyecto de rehabilitación, Fernando Hernández. Es uno de los hermanos que está al frente de Grupo Trocadero.

"Hemos ido de abajo arriba; primero con la cimentación, después con los pilares y ahora estamos con los forjados", comenta mientras más de una veintena de obreros se afana en las diferentes fases de la intervención. El enfoscado de las fachadas, la imperbeabilización de las terrazas… 

Vistas desde el interior de la Casa de Botes. Amparo García

Hernández hace hincapié en la importancia que ha tenido hasta el momento el refuerzo estructural del edificio, debido al mal estado que presentaba. Un deterioro que no tiene tanto que ver con su antigüedad (data de 1953), como por el impacto que sobre el mismo tiene su cercanía al mar. "Nos hemos encontrado todas las armaduras con muchas patologías", señala, lo que ha obligado a realizar una actuación muy manual.

De hecho, reconoce que aunque se tenía conocimiento del estado general de Casa de Botes, la toma de contacto definitiva es la que ha permitido descubrir que "estaba algo peor" de lo imaginado. "Sabíamos a lo que veníamos pero hasta que no te pones a picar no descubres los problemas", enfatiza. 

"El edificio tiene mucho carácter, no es una joya de la arquitectura, pero tiene personalidad y un encanto especial, todo el mundo tiene un recuerdo de este edificio"

Jorge Hernández, arquitecto

"Están las tripas abiertas, pero esto permite ver muy bien la configuración del edificio", subraya, destacando que la intención de la empresa es justamente respetar al máximo la organización del inmueble, con sus salas y áreas. 

La antigua Casa de Botes tiene una superficie construida de 1.078 metros cuadrados, distribuidos en planta baja (unos 735 metros) y primera planta (343 metros). A esto hay que agregar el espacio de terraza que, según los planes de la empresa, será explotada como zona de copas.

Queda acoplar los espacios del futuro restaurante y hacer compatible los trabajos actuales de recuperación con los de diseño interior. La intención es que esa etapa decisiva, que es la que va a dar personalidad definitiva al negocio, pueda iniciarse a finales del presente mes.

La intervención, además de la construcción pura y dura, va a prestar especial atención al entorno directo. Para ello, se quiere realizar una especie de plaza-mirador que pondrá fin a un paseo peatonal que tendrá su inicio en la entrada principal del puerto. 

Ahora, como reconoce el arquitecto, el proyecto se encuentra "en la parte más lenta, la menos lúcida, pero es la que nos permite dar vida al edificio y fuerza en la estructura". Hernández valora "el mimo y el cariño" con el que se está ejecutando la intervención sobre una construcción que se levanta en un enclave estratégico de la ciudad. 

"El edificio tiene mucho carácter, no es una joya de la arquitectura, pero tiene personalidad y un encanto especial, todo el mundo tiene un recuerdo de este edificio", remarca. Desde la terraza superior, las vistas a este y oeste son espectaculares, dotando de un valor añadido al futuro restaurante.

Concesión por 25 años

El proyecto de Grupo Trocadero fue el ganador del concurso impulsado hace ahora algo más de dos años por la Autoridad Portuaria para recuperar este edificio. Y ello le hace tener derecho de explotación sobre el mismo por un periodo de 25 años

Pero ¿qué va a ofrecer este restaurante? La idea de los promotores es mantener la estructura de carta que ya es conocida en todos los negocios del grupo, con una apuesta clara por las carnes, el pescado y las ensaladas. Pero a estos elementos comunes se quiere añadir una zona con carta ecológica y vegana.

A la espera de comprobar la aceptación del nuevo negocio, sirvan como referencia los datos recogidos en la memoria económica que incluía la oferta de Trocadero en el concurso del Puerto.

Una de las terrazas de la Casa de Botes. Amparo García

En la misma se señalaba que a lo largo de los 25 años de concesión los ingresos totales podrían superar los 165 millones, mientras que los gastos, incluyendo el canon a abonar al Puerto, así como la tasa de actividad, podrían alcanzar los 143,2 millones. Con todo, según sus estimaciones, una vez finalizado el periodo de explotación, el resultado estaría próximo a los 16,5 millones, siendo positivo desde la primera anualidad.

Para alcanzar este valor, la empresa llegaba a considerar que el tique medio de los clientes será de unos 52 euros por el día, aumentando a los 58 por las noches. En el caso de los eventos, el cubierto medio sube a unos 60 euros. Y en cuanto a la ocupación, parte de unas estimaciones que cree "conservadoras", siendo del 28% en el periodo de octubre a mayo; del 52% en junio y septiembre, y del 100% en julio y agosto.

Las instalaciones tendrán capacidad para 290 comensales, a los agregar otro centenar en la zona de terraza. Y en cuanto a la repercusión laboral que tendrá el nuevo establecimiento, la empresa maneja una contratación media de entre 65 y 75 personas en los primeros ejercicios de la explotación. Los picos, con 120-140 personas, se producirán en julio y agosto, reduciéndose la plantilla a 85-95 en junio y septiembre y a 45-50 el resto del año.

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