Málaga

El último movimiento inmobiliario protagonizado por AQ Acentor en Málaga, con la recepción del permiso para empezar a levantar un edificio de 23 plantas (74 metros de altura) y otros dos de unas 14 plantas (46 metros), permite de nuevo poner el foco sobre la arquitectura proyectada en la capital de la Costa del Sol. 

Aunque con una dimensión alejada de la ejecutada en otras grandes urbes españolas, la apuesta por elevar la cota de las nuevas edificaciones supone un cambio de rumbo evidente en el modelo de la ciudad.

Una renovación del guion que toma como punto de partida el actual Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), que data de mediados de 2011, pero que empieza ahora a hacerse realidad.

Las operaciones dibujadas hace ahora una década abrían la puerta a una quincena de torres sobre la geografía municipal. Sin embargo, no todas estas iniciativas empresariales alcanzan aún el punto de maduración suficiente como para entrar en fase de desarrollo. Pero sí hay al menos ocho, repartidas en tres localizaciones, que toman forma sobre el terreno.

Por su dimensión, son los dos inmuebles que el brazo inmobiliario del gestor de fondos Aquila construye ya en la parcela del antiguo rastro de Martiricos, en las proximidades del estadio de La Rosaleda y junto al río Guadalmedina, los que marcarán el nuevo skyline de la capital. Las 30 plantas programadas situarán el punto vertical en los 126 metros de altura (frente a los cerca de 90 metros de la torre de la Catedral).

Los obreros tomaron posiciones sobre la pastilla en octubre del año pasado. La previsión de la promotora es que el complejo esté completado a lo largo de 2023. Una de las particularidades de esta iniciativa es su mezcla de usos. 

Si bien una de las torres, la sur, sí es de uso enteramente residencial, con 252 viviendas en régimen de venta; la segunda torre, la norte, incluirá un establecimiento hotelero desde la planta baja hasta la 13, mientras que el resto de niveles están reservados para 198 viviendas en alquiler (nueve de ellas adaptadas a la normativa de accesibilidad). La inversión estimada ronda los 175 millones de euros (incluyendo gastos de construcción, compra de suelos y gestión, entre otros detalles).

Los tres edificios diseñados por Carlos Lamela.

Bastante por debajo de esta cota se sitúan las tres torres diseñadas por el arquitecto Carlos Lamela por encargo de Metrovacesa (dos de ellas) y Sierra Blanca. Todas ellas tienen una dimensión de 21 plantas, que albergarán 213 viviendas. 

Su emplazamiento, en una de las últimas parcelas del paseo marítimo de poniente, conocida como Torre del Río, la convierten en una de las joyas inmobiliarias de la capital. Muestra de ello es el valor de algunos de los pisos, que podrían superar los 4 millones de euros.

Estas son las torres que ya están en proceso de ejecución o a punto de estarlo. Pero las previsiones a medio plazo permiten prever un escenario en el que nacerán nuevas torres y, algunas de ellas, de mayor dimensión aún.

El proyecto más significativo es el de los antiguos suelos de Repsol, donde se plantean cuatro edificios de b+28, b+30, b+32 y b+35. De todos ellos, los aprovechamientos que hacen posible la construcción de tres son de titularidad municipal, quedando los otros en manos de la Sareb. Muestra del peso de la operación es el interés que ha generado hasta la fecha en casi una veintena de fondos de inversión, dispuestos a pujar por ellos.

El avanzado estado de la tramitación urbanística del sector, donde se contempla un gran parque de unos 60.000 metros cuadrados, hace que el futuro de los inmuebles no se vea afectado por las nuevas limitaciones fijadas por el aeropuerto de Málaga. 

Las que previsiblemente sí se verán alteradas, hasta el punto de tener que rebajar las alturas previstas, son las dos torres situadas en el sector Nereo, localizado junto a Torre del Río. Las mismas quedaron fijadas en el PGOU con hasta 27 plantas, límite que podría menguar por las servidumbres aeronáuticas.

Torre del puerto de Málaga.

Otra de las localizaciones donde los redactores del planeamiento urbanístico de Málaga plantearon construcciones en altura es en parte de los suelos del polígono San Rafael. En concreto, en las cercanías de Repsol, se proponen dos, también de 27 plantas y también mermadas por los condicionantes del aeródromo. 

Algo semejante le ha ocurrido al proyecto residencial que se va a materializar sobre la parcela ocupada en Carretera de Cádiz por Flex. Inicialmente, los promotores plantearon dos bloques de 15 plantas cada uno, pero el impacto de las servidumbres obligó a reducir a un máximo de 11 plantas (más cuatro bajo rasante).

Y en una dimensión distinta, también por su uso hotelero, se sitúa la torre del puerto. Un proyecto que sigue a la espera de completar un procedimiento administrativo que se alarga ya desde hace casi cinco años.

Las dudas expresadas recientemente por el Gobierno central, por medio del Ministerio de Cultura, siembran de incertidumbre el futuro de la operación. El edificio, diseñado por José Seguí, eleva la cota a unos 116 metros (según los datos de los promotores).

Noticias relacionadas