El 31 de mayo de este año cambió la historia del crimen organizado escocés y Fuengirola fue protagonista de ello. Ross Monaghan y Eddie Lyons Jr fueron asesinados por un sicario del clan Daniels en el Pub Monaghans en el paseo marítimo, un local que era propiedad de Ross y que ya tiene otro aspecto porque ha cambiado de nombre tras el atentado.
Todos los participantes eran de Glasgow, pero sus acciones también han tenido repercusión en la capital escocesa. En Edimburgo la guerra de los Daniels y los Lyons se ha librado en los mismos términos entre clanes distintos, pero aliados de los chicos de Glasgow.
Tras ser entregados los cuerpos de los gánsteres, el funeral se realizó el viernes 4 de julio en Bishopbriggs, al norte de Glasgow. Acudieron unas 600 personas que se desplazaron en casi un centenar de coches, fue la muestra de poder del Clan Lyons y la forma de unirse en un momento duro.
Todos los asistentes estaban amenazados si acudían y se les consideró objetivos legítimos de una guerra sin piedad por controlar un negocio ilícito que no deja de saltarse los límites.
Ordenando ejecuciones desde Dubái
En esa batalla por el tráfico de drogas hay muchos intereses en juego y también actores. Tantos que esa doble ejecución de Fuengirola se sigue con detenimiento desde Dubái, refugio habitual de los capos de la droga europeos.
Desde allí Ross McGill, excapo ultra del Rangers, según medios escoceses como Scottish Sun está ordenando atentados contra traficantes rivales aliados del capo Mark Richardson y lo hace desde Emiratos Árabes Unidos porque lleva huyendo desde 2022 de la justicia escocesa, que lo busca para juzgarlo por delitos vinculados con el crimen organizado.
McGill está aliado con el clan Lyons y los hombres de Richardson con la gente del Clan Daniels. Se supone que a finales del año 2024 la gente de McGill perdió un alijo de cocaína que fue robado por los de Richardson. Algo imperdonable en el crimen organizado y que suele provocar hechos como los vividos en Fuengirola.
Antes del funeral de Ross Monaghan y Eddie Lyons la gente de Mark Richardson lanzó en redes sociales un mensaje contra los asistentes, por eso que acudiesen tantas personas a ese acto fue la forma de ofrecer una imagen de unión de toda una organización.
Algo muy importante cuando se está inmerso en un conflicto dentro del crimen organizado en el que las traiciones están a la orden del día.
Entre el doble asesinato y el funeral han ocurrido bastantes cosas. El 13 de junio miembros de la banda de Ross McGill lanzaron bombas incendiarias contra una vivienda en Tranent, al este de Edimburgo.
Ese mismo día otra casa fue alcanzada por disparos en la avenida Walter Scott de Edimburgo, la intimidación se dirigía contra otro miembro aliado de Mark Richardson. Fue una acción coordinada. También casas vinculadas a los Lyons han sido objeto de intimidaciones en días posteriores.
Desde inicios de año se han detenido a 54 personas en Escocia vinculadas a las organizaciones criminales mencionadas antes de los Lyons-McGill y los Daniels-Richardson, todos están acusados de ataques incendiarios, agresiones físicas, intentos de asesinato con arma blanca, y atentados contra viviendas y empresas.
En estos momentos hay una calma tensa hasta que algunos de los implicados muevan de nuevo ficha. A la Costa del Sol han llegado algunos criminales de estos clanes, otros han huido hacia Emiratos Árabes Unidos, y al menos una docena se ha repartido por Europa.
El siguiente ajuste de cuentas podrá ocurrir en cualquier parte del mundo, y aparte del doble crimen de Fuengirola hay otro ejemplo reciente de la globalización del conflicto. En este año un miembro del Clan Daniels fue apuñalado en una ciudad tailandesa por gente de McGill.
