Según el diario The Scottish Sun, la cabeza de Ross Monaghan tenía un precio de 250.000 euros. Hoy en día, esa cifra no parece tan desorbitada si la comparamos con el coste de un piso de tres habitaciones en el barrio malagueño de El Molinillo.
Hace apenas dos semanas, el sábado 31 de mayo, ese encargo se ejecutó: un sicario lo asesinó a tiros frente al pub Monaghan’s, ubicado en el paseo marítimo de Fuengirola. El local, propiedad del propio Ross Monaghan, no destacaba precisamente por su originalidad en el nombre.
Desde entonces, su muerte —junto con la de Eddie Lyons Jr., la segunda víctima en este doble crimen— ha acaparado gran atención mediática en Escocia. Este nuevo episodio de violencia en la Costa del Sol ha vuelto a poner sobre la mesa la presencia de poderosas organizaciones criminales británicas asentadas en España.
Tanto Monaghan como Lyons Jr. eran escoceses, pero no meros turistas: ambos pertenecían al Clan Lyons de Glasgow, un grupo criminal dedicado al narcotráfico, enfrentado desde hace dos décadas al clan rival, los Daniels.
Lo cierto es que, cuando las víctimas no son españolas, el interés informativo en medios nacionales suele diluirse rápidamente, como si se tratara de conflictos importados o anecdóticos. Sin embargo, la realidad dista mucho de eso. Monaghan no era un visitante ocasional, sino un actor clave en una guerra criminal que lleva años exportando sus consecuencias más allá del Reino Unido.
A Ross Monaghan casi se lo cepilla un sicario el 16 de enero de 2017 en los alrededores de la escuela St George's de Penilee, un suburbio al suroeste de Glasgow, cuando pretendía dejar a su hijo en el colegio.
El asesino que pretendía liquidarlo iba con un carrito de bebé, una escena muy peliculera. En aquella ocasión Ross tuvo fortuna porque el sicario que lo quería matar solo le dio una bala en el hombro, y llevaba un chaleco antibalas. Todo dentro de la normalidad de alguien que iba creciendo en el crimen organizado británico.
Su influencia no solo se iba circunscribiendo a Escocia, tras su acercamiento al Clan Kinahan irlandés todo hacía indicar que Ross Monaghan era el verdadero capo del Clan Lyons al que pertenecía.
Pocos meses después de casi perder la vida en 2017, Monaghan decidió poner tierra de por medio y emprender en España y no le fue mal aparentemente, restaurantes, pubs, empresas de reparto de comida e inmobiliarias. Antes de ser empresario en la Costa del Sol estuvo acusado del asesinato en 2012 de un sicario del clan rival, los Daniels, a quienes ahora señalan por este doble asesinato en la Costa del Sol.
Pero se han dado mensajes contradictorios sobre esto, desde Escocia la policía filtra que el asesinato en Fuengirola no lo ordenó ningún grupo criminal de allí y que todo ha sido orquestado desde España. Esto sería bastante extraño cuando han sucedido ataques incendiarios y directos contra negocios de los dos clanes de narcotráfico de Escocia durante todo este año: entre los Lyons y los Daniels, y sus aliados.
Este mismo lunes han incendiado en Edimburgo un vehículo de un socio de Mark Richardson, un narcotraficante que estuvo acusado del intento de asesinato de Monaghan en 2017, así que su guerra por las calles va a seguir.
Ford Transit incendidada esta semana en Edimburgo.
En ese conflicto en Escocia están involucrados por un lado los Lyons que están aliados al clan TAMO JUNTO (TMJ) dirigido desde Emiratos Árabes Unidos por el excapo de los Ultras del Rangers, según la prensa escocesa toda esta nueva ola de violencia es producto de un robo de 500.000 € en cocaína que achacan a aliados de los Daniels.
Los narcos escoceses desde Dubái querían vengarse de ese asalto al que señalan a los hombres de Mark Richardson vinculados al clan Daniels. Gracias a las informaciones de los hombres del clan Lyons, los TMJ han podido atacar a miembros de estas organizaciones criminales en su país.
Han sucedido ataques contra viviendas, negocios, vehículos e incluso una persona ha quedado marcada con la risa del Joker. Ahora queda ver la siguiente venganza que cometerá el clan de los Lyons, por ahora sus negocios en la Costa del Sol siguen operativos.