A Alberto López Malax le gustaría estar ahora como reportero en Ucrania. Sabe que no debe a estas alturas estar a pie de guerra, pero al ver el trabajo de compañeros periodistas se le ponen "los dientes largos". "La vena periodística me sigue saliendo y con la parte internacional no puedo evitarlo. Pero con tres niños y la responsabilidad de la empresa... pues te aguantas las ganas", cuenta el fundador y gerente de Ideanto, una agencia especializada en comunicación y tecnología.

Su caso es uno de los más llamativos de la reconversión laboral que ha llevado a cabo la propia Málaga. En su caso, de las guerras en Kosovo y el golpe de Estado de Chávez en Venezuela a un nuevo frente: la digitalización y creación de entornos virtuales en un ecosistema emergente. "¿Es curioso el cambio? Pues sí", reconoce en una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga. Esta es su historia.

La guerra

Cuando López Malax (Madrid, 1976) se licenció de Periodismo en EADE, con 22 años, buscó "donde había follón". En aquel momento, era la guerra de Kosovo; así que le propuso a un amigo empresaria que fuera con él para compartir gastos. Le dijo que sí, y pasaron un par de semanas en el conflicto del hoy país balcánico. "Como primera experiencia, fue bastante curiosa", relata.

Como el gusanillo de la aventura seguía, sus siguientes expediciones fueron al Sáhara argelino y a Siria coincidiendo con la muerte del dictador Háfez al-Ásad; para finalmente al Líbano, donde varios medios nacionales mostraron interés en contar con él como colaborador. "Publiqué un Testigo Directo en El Mundo, mi objetivo en la vida", recuerda. Aguantó algo menos de un año en ese país de Oriente Medio, en el que tuvo que buscarse la vida —dando clases de español, por ejemplo— porque "era carísimo".

"Cogí y me fui con 500 dólares a ver si conseguía entrar a Chechenia [en guerra entre 1999 y 2009]. No me salió bien: llegué a estar allí y hablar con un general checheno, pero me dijo que una vez cruzásemos la frontera no se entendían de mí. Sin protección de los milicianos y en invierno, decidí que ni de broma", narra Alberto López Malax.

La siguiente parada supuso un cambio de continente. La radio Onda Cero necesitaba un corresponsal en Colombia, donde vivió entre 2001 y 2004. Uno de los momentos más destacados de su estadía fue su cobertura desde el propio Palacio de Miraflores del golpe de Estado de Hugo Chávez en Venezuela. "Fue estar en el epicentro de la noticia, de verdad de la buena, retransmitiéndola y con acceso a las fuentes", cuenta.

El año 2004 fue el de la vuelta a España; concretamente, a la redacción en Málaga del diario gratuito Qué!. "Los periódico gratis empezaron a ir para arriba, luego fueron para abajo", valora López Malax. De la Costa del Sol fue a Madrid, donde fueron pioneros en el desarrollo de social media para aquel periódico. Se había abierto un nuevo camino en su vida: el de la confluencia entre comunicación y tecnología.

La Málaga tecnológica

En 2011, creó junto con varios socios Ideanto, una empresa de comunicación a la que rápidamente sumaron el valor añadido de la vertiente tecnológica. "Desde ese minuto 1, convivimos con las dos cosas. A muchas cosas de comunicación, le puedes meter cositas de desarrollos tecnológicos", argumenta. Decidió dejar el Qué! al poco tiempo de comenzar con la nueva compañía, que se hizo experta —justamente— en social media

"Lo principal es que podemos virtualizar entornos o crearlos en 3D y hacerlos dinámicos y cambiar los contenidos; además de integrarlos con base de Wordpress u otras fuentes. También integrar y entrenar chatbots autónomos que trabajan con la información y el entorno. Ahora además estamos haciendo I+D y montándolo sobre motor de videojuegos para moverte libremente por los entornos e interactuar", explica el fundador y gerente de Ideanto.

La suya es una pyme cuyo equipo ha fluctuado entre las 6 y 10 personas, "en función de las distintas épocas" y de las que desde hace casi dos años es el único socio. Su producto base de virtualización, "del que parte todo y llevamos años desarrollando", es la Real Web, una creación propia que hibrida una visita virtual interactiva 360 con un motor de WordPress.

Es sobre ese modelo sobre el que hacen creado la Oficina de Turismo Virtual, la Oficina Virtual de Atención a la Mujer o, la más reciente de todas, la incubadora virtual de Promálaga; pero no se quedan ahí. También han hecho desarrollos de QR Marketing, sistemas de fidelización o campañas de publicidad. Su siguientes objetivos es desarrollar el producto en sectores como los deportes, los esports o el transmedia. Serán próximas batallas.

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