Víctor Luque es desde hace un año el director general de Trops, una cooperativa malagueña líder en Europa en la producción y comercialización de productos subtropicales como el aguacate y el mango.
Luque tiene las ideas muy claras gracias a su continua formación, a su internacionalización y a haber trabajado durante muchos años en una consultora internacional como PwC auditando a empresas de enorme tamaño en Andalucía.
Tiene ante sí un nuevo e importante reto y nos lo explica en esta entrevista dentro de la sección Málaga se mueve que hace EL ESPAÑOL de Málaga en colaboración el Grupo Vértice.
Usted estuvo muchos años trabajando en PwC. ¿Cómo fueron esos inicios profesionales?
Soy de Montilla (Córdoba) e inicié mi carrera académica en Loyola donde obtuve la licenciatura en Administración y Dirección de Empresas. Esa carrera me permitió hacer mi Erasmus en Holanda y eso hizo que una de las grandes consultoras a nivel mundial como PwC se fijara en mí. En 2005 me incorporé en Málaga como auditor y fue una etapa fantástica del 2005 hasta el 2010, pasando por las diferentes etapas que se pasan en este tipo de compañías multinacionales.
¿Y cómo fue que dio el salto a Estados Unidos?
En 2010 se dio la oportunidad porque Barack Obama entró en la administración americana y quiso implantar el Obamacare, la sanidad pública en Estados Unidos. En aquel entonces yo estaba especializado en auditar el sistema sanitario, tanto público como privado, y Estados Unidos pidió llevarnos a unos cuantos que estábamos especializados en Europa en ese sector. Fuimos a varias ciudades para ayudarles a gestionar desde un punto de vista financiero y de auditoría cómo iba a ser esa interacción entre la administración y la sanidad privada, que es un lobby muy, muy potente.
Me fui para allá a hacer las Américas como se dice. Una etapa fantástica en una ciudad como Los Ángeles, que con Nueva York y ahora con las ciudades asiáticas, es donde se mueve absolutamente todo y donde te permite competir con gente de las mejores universidades del mundo y ver que realmente no estamos por debajo de ninguno de ellos.
¿Hay que salir fuera para perder complejos de inferioridad?
Yo nunca me he sentido por debajo y el salir fuera, ya sea Holanda, Inglaterra, donde también he estudiado, o trabajar en Estados Unidos, me permitió ver primero que estamos en un mundo hipercompetitivo, global, y segundo, que no nos tenemos que minusvalorar. Tenemos que mirar alto. En España hay mucho talento, muchísima creatividad, mucha capacidad de trabajo. A mí me enorgullecía estar en un mundo hipercompetitivo como es el americano y en una de sus principales ciudades como Los Ángeles, y poder trabajar de tú a tú con cualquiera de las mejores universidades. Fue una etapa magnífica que duró hasta 2013. Regresé a España. En algún momento pasó por mi cabeza quedarme allí en Estados Unidos.
"Estamos en un mundo hipercompetitivo y global pero los españoles no nos tenemos que minusvalorar. Tenemos que mirar alto. En España hay mucho talento, muchísima creatividad, mucha capacidad de trabajo"
Los Ángeles tira mucho.
Los Ángeles tira mucho. Y no solamente es que tire Los Ángeles, sino su capacidad de poder desarrollarte profesionalmente unido a que, económicamente, evidentemente son mercados que valoran a las profesiones como la auditoría, abogado, consultor... Allí se valoran. Aquí en España los servicios profesionales de cualquiera de estas ramas están minusvalorados. Como profesional te sientes mucho más valorado en esos mercados que aquí.
Pero al final se vino.
Sí. Cuestiones personales hicieron que me viniera a España temporalmente, porque mi idea era saltar a Asia, ir a Singapur o Hong Kong porque el hervidero mundial está allí. Pero bueno, regresé y seguí desarrollando mi carrera en PwC ya como gerente, después como director y responsable de la oficina de Málaga. Otra etapa maravillosa de 18 años de aprendizaje, de conocimiento multi sectorial, porque inicié en la parte de sanidad, pero en Andalucía tenemos turismo y agroalimentario, con lo cual poco a poco me fui especializando en agroalimentario. Era el auditor de grandes compañías como Dcoop, Covap o González Byass.
Y eso genera que hace poco más de un año le llamen de Trops para ser director general. ¿Por qué decidió dar ese salto?
No tenía la experiencia de conocer el sector del aguacate y del mango ni, por supuesto, de liderar un proyecto y un barco de la envergadura de Trops. Me animaron muchas cosas. Primero, salir de tu zona de confort. Yo siempre me he descubierto a mí mismo, mi mejor versión, cuando he salido de mi zona de confort. Me fui a estudiar a Holanda, la primera vez que salí de España, un 22 de agosto del año 2002, con mis padres en el apartamento de Torremolinos a 40 grados bañándose, y yo llegué a Holanda lloviendo, con frío, sin conocer a nadie. Lloré y me preguntaba qué hacía yo allí. Sin mi novia de entonces, sin mis padres, pensaba que no necesitaba eso. Pero eso es lo que te hace mejorar.
En PwC estaba muy bien valorado, muy contento con mis equipos, con lo que hacía, a nivel retributivo… No tenía ninguna razón por la que moverme o por la que complicarme la vida. Pero este era un proyecto apasionante por muchos motivos. Porque Trops es líder en Europa, porque tiene marca, porque apuesta por la calidad y porque yo iba a ser parte de algo que se construye. No es lo mismo construir que revisar, que es lo que hacía principalmente en PWC.
Es un proyecto complicado también porque son muchos cooperativistas. Es un tipo distinto de empresa.
Lo más complicado era sustituir a Enrique Colilles, que llevaba 26 años en Trops. Sustituirle era un reto y es un reto. Es el alma mater de Trops y es el que ha contribuido no solamente a que Trops sea lo que es hoy en día, sino a que el sector del aguacate y del mango haya pasado de consumir 72 millones de kilos en 2003 a consumir casi 900 millones de kilos en 2023. Es un reto sustituir a Enrique porque las comparaciones son siempre odiosas.
Hablando de retos, otro es sustituir a Francisco de la Torre en Málaga…
No, no. La política no es lo mío (se ríe).
"Siempre he descubierto mi mejor versión cuando he salido de mi zona de confort. Me fui a estudiar a Holanda. Estaba lloviendo, con frío, sin conocer a nadie. Lloré y me preguntaba qué hacía yo allí. Pero eso te hace mejorar"
¿Cuáles son las principales oportunidades y amenazas para el sector agrícola en Málaga?
La agricultura y el sector agroalimentario en general tiene varios retos. El primero, alimentar a 8.000 millones de personas en el mundo. Europa habla de soberanía energética, de soberanía en defensa, pero también habla de soberanía agroalimentaria. Hemos vivido un COVID y hemos vivido una guerra en Ucrania donde los almacenes de cereal se han visto mermados. La Unión Europea, que tiene 350 millones de habitantes, o la gran Europa que tiene 700 millones de habitantes, tiene el reto de alimentar a esa población y de que los precios sean razonables. Y para que los precios razonables, por la ley de la oferta y la demanda, tiene que haber productos. Si queremos que la cesta de la compra se reduzca, tiene que haber aguacate o tiene que haber mango. Si no tenemos agua para producir, no habrá aguacate o no habrá aceituna o nada. Entonces, o hay producción o los precios suben.
El sector agroalimentario español se tiene que profesionalizar en toda su cadena de valor. Primero el agricultor. Tiene que saber que ha de pasar de una agricultura tradicional a una agricultura profesional, ser empresario y realmente invertir en sistemas de riego eficiente, en sistemas de riego que prevengan el principal riesgo, que es la temperatura. O sea, lo que estamos sufriendo ahora mismo con temperaturas que no son normales. Hace dos fines de semana hacía 27 grados y se estaba bañando la gente en el mar. Eso no es normal. Los árboles no saben si están en primavera, en invierno o en otoño. La única forma de prevenir eso es teniendo sistemas inteligentes que ayuden al agricultor y al campo a modelizar eso. El cambio climático evidentemente va a afectar. Y luego nos metemos con la disponibilidad de agua, con la disponibilidad de mano de obra, con el problema del relevo generacional…
En cualquier caso, lo que está claro es que la Unión Europea tiene que decidir si apuesta por la soberanía alimentaria o la externaliza a países como Marruecos, Turquía, Egipto o Latinoamérica. Y eso es una decisión estructural. Estamos en una fase geopolítica que estamos viendo lo que está pasando.
En la pandemia hemos aprendido que depender de terceros no es bueno precisamente.
Yo creo que no sería inteligente depender de algo tan básico como es la alimentación y el agua en manos de terceros.
En Trops están muy volcados con la innovación. ¿Qué están haciendo?
Cuando aterricé hace un año justo en Trops me reuní con varios departamentos y el primero curiosamente fue con el departamento de I+D y Sostenibilidad, que lo tenemos junto. Yo me quedé sorprendido al ver que había más de 110 proyectos de I+D que estaban abiertos, desde el campo a la mesa. Nosotros hablamos de que la innovación tiene que venir en toda la fase de la cadena de valor.
Nosotros queremos innovar en el campo, incrementando la calidad del producto, incrementando la productividad, siendo más sostenibles. Esos son los objetivos y para conseguir eso podemos hacerlo de muchas formas, pero hay factores que amenazan la calidad, la productividad o la sostenibilidad. Y es que la gente no quiere trabajar en el campo, la gente quiere trabajar creando contenido en redes sociales, viviendo de otras cosas, pero no quiere estar en el campo.
Eso es un problema y una amenaza porque los herederos de esas fincas que los padres han llevado durante los últimos 25, 30 ó 40 años tampoco quieren dedicarse los fines de semana a ir al campo, hacer labores de poda y revisar lo que tengan que revisar. Tenemos que apoyarnos en la tecnología y los robots, los drones o el blockchain nos tienen que ayudar. El blockchain, por ejemplo, para mejorar la trazabilidad del producto. Asegurar que si un aguacate yo digo que es de la finca X de Vélez-Málaga, algo acredite que realmente es eso, porque hay un problema en el sector generalizado, no solamente del aguacate, sino de frutas y hortalizas, con la credibilidad de si es ecológico o no es ecológico, de si es español o no… La tecnología nos tiene que ayudar ahí.
Por otra parte, hay que innovar en la planta de producción. Tenemos que ser competitivos con legislaciones como Marruecos o como Latinoamérica. En Europa los avances sociales están muy bien, están fenomenal, pero nos hacen ser menos competitivos. Tenemos que competir o con tecnología o con creatividad, con aportarle valor al producto, porque en coste está claro que no puedes competir. Es imposible.
Ahí tenemos que ver cómo la robotización y la automatización nos ayuda a ser más competitivos en el coste por kilo y en el tiempo por kilo. Y en la parte correspondiente al cliente tenemos que escucharle para ver qué es lo que quiere. Yo no conocí el aguacate hasta hace 10 ó 15 años. Es algo relativamente nuevo que ha ido avanzando en los últimos años.
Si un cliente de una tienda en Estocolmo nos dice que quiere un aguacate listo para consumir, tenemos que madurarlo lo justo contando los tres días de viaje, que esté en la estantería unos tres días y otros tres días en la casa del consumidor final. Eso te lo da la tecnología. O acertamos y le damos al consumidor una buena fruta o pierde la confianza y se va a otras frutas.
Las nuevas generaciones quieren comerse la fruta casi sin pensar. El mango es una fruta sabrosa. Hay mucha gente que no sabe pelar un mango, no se quiere comer una pieza sola, no se quiere manchar o cualquier otro motivo. Hemos sondeado, hemos hecho encuestas y hemos visto que hay gente que sí compra un mango si se lo das ya cortado de forma que solo tiene que abrirlo, ponerse su serie de Netflix y comérselo. Hay que adaptarse a las nuevas formas de consumo, a la fruta cortada, al guacamole.
¿Qué le diría a aquellas personas que denuncian que el aguacate y el mango consumen mucha agua y están castigando a la Axarquía?
El aguacate o el mango consumen el mismo agua que cualquier otro cultivo, es decir, en la zona que plantes en la Axarquía, en el Valle del Guadalhorce, en Cádiz, en Valencia, en Huelva, tienes una dotación de agua asignada, independientemente de que plantes cítricos, fruta de hueso, aguacates o mangos. Dicho eso, el aguacate consume muy poco. Puedes medir el consumo de agua por kilo que te da la planta o bien por calorías que te aporta.
Una persona consume al día entre 2.000 y 2.500 calorías. ¿Alguna vez has medido tu huella hídrica como persona? Lo que comes, la ropa que llevas, el reloj, el móvil… Volviendo al tema de las calorías, el aguacate, en función de las calorías que aporta respecto al agua que consume, es de los productos que menos agua consume. Esa es la realidad. El consumo de agua no se puede medir por kilos. Si te comes un kilo de naranjas te aporta muy pocas calorías. Sin embargo, si te comes medio aguacate de 100 gramos te aporta muchas más calorías, mucha más fibra y muchas más propiedades que cualquier otra fruta, hortaliza o carne.
"En Europa los avances sociales están muy bien, están fenomenal, pero nos hacen ser menos competitivos con Marruecos o Latinoamérica. Tenemos que competir o con tecnología o con creatividad, con aportarle valor al producto, porque en coste está claro que no puedes competir"
Al margen de eso, cada vez estamos invirtiendo más en sistemas de riego inteligente y eficientes. Le cambiamos al agricultor la anterior percepción de regar a manta, es decir, abrir los grifos y que se invada todo de agua. El aguacate es una planta que tiene raíces muy superficiales. Son 60 centímetros aproximadamente y necesita poca agua porque si no se encharca la raíz y se muere.
¿Por qué cree que se está demonizando al sector entonces?
Hay una teoría fácil de chascarrillo. En el aguacate el 50% de la palabra es agua y el otro 50% cate. El pistacho y el almendro son frutos secos, por ejemplo, y consumen más agua que el aguacate. Pero como se llaman frutos secos nadie los identifica como consumidores de agua. El aguacate se ha puesto de moda. Es un cultivo que en los últimos 20 años ha subido un 1.700%, un 16% sostenido todos los años. Hay pocos productos, ni tecnológicos, que suban un 16% sostenido en los últimos 20 años.
Tuve una reunión en Vélez Málaga con representantes de la Organización Mundial del Aguacate y les preguntaba si había alguien detrás de estos ataques al aguacate por el consumo de agua. Han investigado en medios europeos y la realidad es que no hay nada detrás, sino que al ser un cultivo que está tan de moda entre los jóvenes y ser una fruta para Instagram a los periodistas les da publicidad atacar algo que ahora mismo está de moda. Si un periodista dice que el aguacate tiene propiedades le leen poco. Pero si dice que el aguacate genera mucha contaminación o que consume mucha agua genera atracción. Son noticias gancho, pero no hay nada de cierto en eso.
Por alusiones al sector periodístico, sí hay muchos artículos hablando de las bondades nutritivas de los aguacates y de otros aspectos relacionados con la alimentación con estos productos. Noticias positivas que, además, tienen muchos lectores.
Creo que parte del éxito es porque la fruta lo vale, realmente tiene propiedades y si la incorporas en tu dieta te sacia mucho más, te regula los niveles en sangre y te ayuda realmente a tener una vida mucho más sana. Al final lo que tenemos que pretender como sociedad en Europa, que se supone que somos una sociedad avanzada, es tener un equilibrio entre comer sano y hacer una vida saludable, porque esos son las dos únicas herramientas que tenemos reales para liberar la presión sanitaria.
El problema que hay con la sanidad en Europa y en el mundo es porque comemos mal. Nos hartamos de azúcar, de glutamato y comemos muy mal, tremendamente mal. Fumamos, bebemos. Eso es lo que está matando al sistema sanitario. Si comiéramos mejor frutas y hortalizas en general, carne, pescado, una dieta equilibrada, la dieta mediterránea que se habla, e hiciéramos una vida saludable aliviaríamos tremendamente el sistema sanitario.
La Junta Andalucía se gasta 35.000 millones de euros en la sanidad. Cada año le mete más dinero a la sanidad y nunca estamos contentos. La ciudadanía no está contenta, los sanitarios no están contentos y cada año hay más dinero ¿Cómo se explica eso? Hay que hacer medicina preventiva y la mejor medicina es deporte y comer sano.
Trops es uno de los líderes en Europa en su sector. ¿Qué perspectivas tiene de aquí a diez años?
El futuro es muy bueno por varios motivos. Primero, porque la calidad por la que apostamos en nuestras frutas está ahí. Nosotros queremos ser la fruta de confianza de nuestros consumidores, que cuando alguien corte un aguacate o un mango de Trops tenga la seguridad de que siempre va a estar bueno, va a estar en su punto. Eso es lo que nos hace tener marca en Europa.
Seguimos trabajando por eficientar nuestros procesos y por pagarle al agricultor el máximo precio. Los 4.000 agricultores que tenemos socios de Trops, desde Portugal hasta Castellón, confían en Trops porque le pagamos mejor que la competencia porque nuestros clientes nos pagan un poco más y porque somos muy eficientes en el proceso. Y al ser una cooperativa no tenemos margen empresarial.
En España y Portugal se está reconvirtiendo mucho cultivo cítrico, naranja y limón, al aguacate. La naranja y el limón están siendo inundados por Egipto y por Argentina. En este sentido, en los próximos años viene un tsunami de aguacate. Marruecos también está plantando muchísimo aguacate y nuestro reto es seguir haciendo promoción en el punto de venta, en los canales online y offline para que el consumo del aguacate se acerque un poco a lo que tiene Estados Unidos.
¿Tanto consumen en EEUU?
Estados Unidos consume cinco kilos de aguacate por persona y año. En Europa se consume un kilo y medio por persona y año. Yo como unos 20 kilos al año. En Europa estamos lejos de EEUU, pero acercarnos a su consumo no es descabellado. Este domingo por la noche es la Superbowl, la final de fútbol americano en Estados Unidos. El año pasado se consumieron ese día, solo ese día, 137 millones de kilos, el doble de lo que produjo España en un año.
¿Por qué? Porque ellos tienen un organismo que hace promoción, maneja 80 millones de dólares para promocionar, para gastarse 6 millones de euros en un anuncio de la Superbowl en 45 segundos... Nosotros estamos lejos de eso. Estamos trabajando y llegará. Va a haber más producción en España y Trops va a seguir creciendo, pero tenemos que intentar que el precio no se erosione, no baje, y eso lo hacemos empujando la demanda.
"El aguacate o el mango consumen el mismo agua que cualquier otro cultivo. Y menos si se mide por calorías generadas, pero se le ataca porque está de moda"
La oferta se va a duplicar seguro y tenemos que conseguir que se duplique la demanda. Italia, por ejemplo, apenas consume aguacates pese a tener dieta mediterránea. Tenemos que intentar ir a Italia, a sus cocineros, a la gente que genera influencia, para que el aguacate se incorpore en un mercado de 60 millones de habitantes.
Cambiando de asunto, en líneas generales, ¿en qué momento ve a la provincia de Málaga?
Bueno, yo como malagueño adoptado, que vine aquí en 2005, he visto una evolución sin igual en toda España y te diría que en toda Europa. Yo creo que estamos en un momento magnífico, un momento dulce, donde el turismo está siendo un motor único, con nuevas aperturas de hoteles, con reforma de hoteles que están dando una capacidad y una calidad hotelera magnífica.
Las comunicaciones han mejorado muchísimo, tanto por avión como por tren y por carretera. En el sector tecnológico ha habido una eclosión en la parte de datos, de ciberseguridad y lo que viene ahora es disruptivo con los microchips y el Imec. El COVID ayudó además a que los nómadas digitales se implementaran también aquí en Málaga.
En el mundo agroalimentario tenemos a un líder mundial como es de Dcoop. Es un orgullo tener una empresa que está en 1.300 millones de euros de facturación y otras muchas empresas que tenemos. En el sector subptropical somos muy potentes. ¿Por qué no liderar desde Málaga lo que están haciendo otros desde Holanda o desde otras partes? Yo creo que tenemos que aspirar a ello.
Estamos, por tanto, en un momento dulce en turismo, tecnología y agroalimentario. Ahora bien, hay que solventar retos que tenemos como ciudad y como provincia. La vivienda es fundamental. El talento se paga cada vez más caro para ser competitivo. Y los otros dos retos son la movilidad y el agua. Si tenemos equilibrio entre esos tres, vivienda, agua y movilidad, podremos seguir avanzando como ciudad y como provincia.
Yo ya veo Málaga desde Estepona hasta Nerja con Antequera.
La Málaga metropolitana.
Ese triángulo para mí es la Málaga Metropolitana y ahí tenemos que trabajar. Antequera con el bloque logístico. Yo creo que Málaga está ahora mismo en una posición privilegiada para poder convertirse en un motor económico en los próximos 20 ó 25 años. Pero hay que hacer muchas cosas.