Es "algo totalmente novedoso en España", en palabras de su impulsor. El Uppery Club, a medio camino entre el centro de negocios y el club social, abrió a inicios de este mes en la zona de Guadalmar -entre Málaga capital y Torremolinos-, pero ha sido este martes cuando la prensa ha podido acceder a su interior para ver con sus propios ojos la amplitud del proyecto.

Situada en una zona residencial, la impulsora de empresas emergentes Innventuur -promotora principal de la sede- ha transformado un antiguo (gran) chalet en un ambicioso inmueble. Más de 1.300 metros cuadrados, 700 metros de terrazas, sala de juegos, sala de fumadores, bodeguita con más de 180 vinos o minigolf en la azotea son algunos de los atractivos de la sede de este lobby. "Aunque la palabra esté muy estigmatizada, la realidad es esa", ha afirmado el presidente de Uppery Club y CEO de Innventuur, Francisco Espinosa, en la visita guiada a las dependencias.

Esa oferta lúdica se complementa con los espacios dedicados al ámbito puramente empresarial: desde sala de juntas de hasta 22 personas a un gran sala de exposiciones con una enorme pantalla LED (ojo ahí, startups de Málaga, que el ambiente olía a pitch) o espacios de trabajo a reservar. En total, una inversión de más de 3 millones de euros en un proyecto que solo tiene parangón en Madrid, pero con clubes de menor tamaño.

La apuesta ha llamado la atención más allá de Málaga y es ahí, justamente, donde Uppery Club tiene puesto uno de sus focos. Actualmente son unos cien socios, cuentan con otro centenar largo de solicitudes, y calculan que llegarán a los 350 asociados en mayo o junio. Para ese momento, su expectativa es que más de la mitad de los inscritos residan fuera de Málaga, que encontrarían en la turística Costa del Sol un lujoso lugar de conexión con el ecosistema local empresarial y tecnológico.

"Es una puerta de entrada para la inversión", ha defendido Espinosa, reconocido "ángel inversor" o business angel del ecosistema y un firme defensor de la necesidad de capital riesgo en Málaga; porque, si no, "no vamos a ningún lado". Así, otra de las iniciativas hijas del Uppery Club será su club de inversión y su fundación, que -además de cenas o torneos benéficos- se centrará en la mentorización de proyectos locales prometedores.

Ya trabajan en un encuentro con directivos de Colombia y este mismo jueves el ministro de Economía y Presidencia de Andorra, Jordi Gallardo, tendrá un encuentro con los socios para tratar de "proyectos únicos e innovadoras" como "el primer plan estratégico de esports del mundo o la colaboración con el Parque Tecnológico de Andalucía".

La cuota mensual para los socios residentes en Málaga es de 150 euros al mes, que aseguran que ya quedaría compensado con apenas unas horas de uso de las dependencias del centro de negocios; mientras que para los asociados que vivan a más de 150 kilómetros de la ciudad, el precio será de 75 € mensuales. Dado el interés que han despertado y las propuestas hasta de imitar el proyecto en otras ciudades, Francisco Espinosa calcula que Uppery Club alcanzará el umbral de rentabilidad en dos o tres meses.

Y no quieren quedarse solo en esta generación: ya planean hasta un programa de formación empresarial para hijos de socios, y ofrecen un ambiente mucho más familiar durante los fines de semana. Negocios entre bautizos y paellas.

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