Las claves
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Es la imagen de cada Jueves Santo en Málaga. El imponente Cristo de la Buena Muerte enfila calle Larios con las voces de miles de legionarios que van abriéndole el camino cantando El novio de la muerte. Las imágenes dan la vuelta al mundo y se han convertido en un auténtico icono de la Semana Santa de Málaga. Tanto es así, que esta Navidad, en un rincón de Andalucía se va a poder ver de nuevo como nunca antes: han construido la escena, legionarios incluidos, en chocolate.
Como leen. Con 3.000 kilos de chocolate. En Estepa (Sevilla), la fábrica de mantecados La Estepeña ha recreado la Semana Santa andaluza en una monumental exposición hecha íntegramente de chocolate, en la que Málaga y Sevilla comparten protagonismo por primera vez.
Bajo el título La ciudad de chocolate, la empresa ha convertido su museo en un homenaje dulce a las dos capitales más icónicas de la Pasión en Andalucía. Casi tres toneladas de chocolate de distintos tipos dan forma a una auténtica procesión: la Catedral de Málaga, la calle Larios y el Cristo de Mena procesionan junto a la Esperanza Macarena y el Cristo de la Sentencia, en un guiño a las dos maneras de vivir la Semana Santa en Andalucía.
“Hemos querido representar esas dos sensibilidades distintas, pero unidas por un mismo sentimiento”, explicaba Marcos Galván, director de fábrica y portavoz de La Estepeña, a la Agencia EFE. “En Sevilla es La Macarena la hermandad más representativa, y en Málaga, el Cristo de Mena, con la Legión. Son dos formas diferentes de sentir, pero igual de profundas”.
Diez meses de trabajo y toneladas de cacao
La recreación forma parte de una iniciativa que la empresa lleva desarrollando desde hace 18 años y que cada Navidad sorprende con una nueva “ciudad de chocolate”. Este año, el reto ha sido especialmente ambicioso: casi un año entero de trabajo para diseñar moldes, ensamblar las piezas y levantar monumentos como la Catedral de Málaga, pieza central de este microuniverso malagueño junto al trono del Cristo de Mena y la calle Larios.
La exposición se ha convertido en una visita obligada para los amantes de la repostería y la Semana Santa. Miles de personas se acercan cada año al museo de La Estepeña, fundado en 1858, donde aún se mantiene viva la saga de maestros confiteros iniciada por Rafael Galván Gómez.dad.
