Había que ganar como fuera. Y el Málaga CF lo hizo con poco pero con merecimiento frente al Tenerife por 1-0 en La Rosaleda gracias a un gol desde la pizarra ejecutado por Dani Sánchez, que le sirve para sumar la segunda victoria consecutiva después de la sequía de triunfos en el arranque de 2025 y acercarse al objetivo de los 50 puntos. Ahora son 38. 

Fue un duelo en el que el Málaga intentó mandar, trabado por momentos, con pocas ocasiones de los locales y con Dani Sánchez estrenándose con la camiseta blanquiazul. Varios compañeros corrían a buscarle tras el pitido final. Es uno de los jugadores más carismáticos del vestuario.

Pellicer tocó varias piezas del once devolviendo a Nelson y a Puga a la defensa, a Ramón al centro del campo, a Kevin al extremo y a Baturina a la punta. 

Tras el homenaje al Unicaja, representado por Ibon Navarro, y a Salva Reina, que protagonizó el saque de honor con el arte que le caracteriza, dándole con el Goya a la pelota, la puesta en escena del Málaga fue la esperada, intentando ir arriba, pero el Tenerife lo mantuvo a raya durante muchos minutos, buscando transiciones rápidas en algunos momentos. Hasta que en el minuto 24 el Málaga estuvo a punto de cantar bingo en dos ocasiones seguidas. Primero Dani Sánchez rematando de cabeza en el segundo palo un centro de Puga, que tuvo la pausa de pararse y ponerla donde debía. Edgar Badía mandó a córner el remate picado del lateral malagueño y el saque de esquina cayó en las botas de Izan Merino que esperaba detrás del barullo. El canterano se sacó un zapatazo que se fue rozando el poste.  

Pero los de Álvaro Cervera bajaron las las revoluciones que tenía el Málaga con algunas posesiones largas que alejaban a los blanquiazules del área. Pero volvieron a la carga con Kevin, activo. Tras un recorte y una pauta marca de la casa, el '11' puso un centro con mucho veneno que Baturina sólo pudo alcanzar con el flequillo. No era fácil. 

Kevin Medina durante el Málaga vs. Tenerife de Segunda División LaLiga

Al descanso se llegó con el Málaga reclamando dos penaltis, uno de Juande a Lobete, que deja dudas, y otro a Kevin que estaba loco por la música. Lax Franco encaró el túnel de vestuarios con una sonora pitada de La Rosaleda. 

Empezó mejor el Tenerife con dos llegadas peligrosas. Primero por la izquieda con un remate de David Rodríguez que Alfonso Herrero saca con los pies y después con un balón llovido que Enric Gallego cabezeó desviado. 

Gol de Dani Sánchez y penalti fallado por Baturina

Pero al Málaga le funcionó la pizarra. Porque la supieron ejecutar a la perfección Ramón y Dani Sánchez. El capitán sacó raso atrás desde la esquina izquierda para Dani Sánchez, que era el último hombre blanquiazul. Llegó para golpear y cruzar la pelota con la zurda. El esférico cruzó el área por la maraña de piernas y se coló con Edgar Badía haciendo la estatua. Golazo del lateral izquierdo, que se estrenó con la camiseta del Málaga. ¡Una gitana me echó las cartas! se echó a gritar La Rosaleda. 

Pellicer movió ficha para reforzar el centro del campo con tres hombres. Se fueron Ramón y Kevin por Manu Molina y Luismi, que se sumaron a Izan Merino en la medular. Lobete se fue a la izquierda. 

Intentó emujar después del gol el equipo de Álvaro Cervera,con el riesgo de que el Málaga lo puede coger a la espalda. En una de esas, Baturina bajó en el centro del campo un balón con el pecho. Manu Molina lanzó a la carrera a Lobete que esperó la llegada de Dani Sánchez. Este la puso dentro del área donde llegó Izan Merino, que la dejó atrás pero fue derribado. Penalti claro que Baturina lanzó flojo a la derecha de Edgar Badía, que se quedó con el balón. Fue lo último que hizo el croata antes de retirarse con el calor de La Rosaleda, que está por la labor de que el '9' sume para los suyos. 

A partir de ahí, el Tenerife siguió empujando sin mucho éxito, sin profundidad, aunque tuvo un remante peligroso dentro del área de Maikel Mesa, que le pegó muy centrada. Y el Málaga no supo ni quedarse con la pelota ni afinar en ninguna contra, pero nunca vio peligrar el marcador, el que le daba la segunda victoria consecutiva por la mínima, que también vale, y tanto que vale.