El Real Madrid Castilla tendió una trampa por todo el campo al Málaga CF en los primeros veinte minutos del partido de la que los blanquiazules no supieron escapar y después no reaccionaron para darle la vuelta a un partido en el que se encontró con el mejor rival que ha pasado por La Rosaleda en lo que va de curso. El empate a cero final provoca la primera fuga de puntos de Martiricos pero deja la portería a cero y al Málaga tercer clasificado antes de visitar El Maulí.
El Málaga no pudo amedrentar a su rival en los primeros minutos como ha hecho en otras citas de local esta temporada y después, cuando poco a poco se fue sacudiendo la presión no tuvo el desborde ni la profundidad de otras tardes. El Castilla tuvo dos muy claras para llevarse el gato al agua, fruto de todo el talento que tiene en ataque.
Para el once, afectado por las bajas, Pellicer apostó por experiencia en el centro del campo dándole la manija a Genaro y Manu Molina con un 1-4-4-2 muy definido. Alfonso Herrero tuvo lo esperado por delante, Gabilondo, Nelson, Einar y Dani Sánchez; Genaro y Molina en el doble pivote con Kevin y Larrubia pegados a las bandas y Dioni y Roberto en punta.
El Castilla salió con una presión por todo el campo de la que el Málaga no supo cómo deshacerse. Nada que ver con el ciclón que fue el equipo de Pellicer en el arranque de otros partidos. Y el filial blanco superaba líneas con facilidad. Kevin no se iba, los caminos a Dioni estaban cerrados y la pelea de Roberto arriba era infructuosa.
A la Rosaleda le dio por Sánchez Sánchez desde el arranque. Con o sin razón, Siempre barrió para el mismo lado en los primeros veinte minutos. El Castilla tuvo una clarísima a los 22 minutos que Galilea sacó prácticamente debajo de la portería. Nada de arrugarse los cadetes de Raúl. Estaban planteando un buen partido minimizando al Málaga, el más incapaz de todo el curso, especialmente en su estadio. Los pases se quedaban cortes, costaba conectar con Dioni y los extremos, faltaba un clic, porque el Castilla llegó con los deberes hechos en la presión. Ahogaba a los blanquiazules. Vinicius Tobias, proyecto de futuro blanco, no le ponía la alfombra roja a Kevin.
El clic llegó a la media hora. Un centro de lado a lado de Dani Sánchez lo recogió Genaro para poner en aprietos a Cañizares con un centrochut. El rechace del portero lo recogió Roberto como pudo y el metablanco la mandó a córner con la yema de los dedos. En el otro área, cada vez que llegaba el Castilla se palpaba el peligro. Lo hacía con mucho talento y muchos hombres. Sin nueve de referencia, sacando a los centrales malaguistas de sitio.
En el 42' la estrategia casi le funciona al Málaga. Manu Molina puso con córner por el suelo por detrás del punto de penalti, donde apareció Kevin para rematar de primeras. El punto de mira lo llevaba desajustado.
Con el público de uñas con el árbitro se llegó al descanso. El Málaga había igualado las fuerzas del incio, Dani Sanchez había tenido varias llegadas claras por la izquierda en el último cuarto de hora. Pero había cosas que ajustar en la caseta.
El Málaga salió mejor plantado en el campo en la segunda mitad. Ganó espacio y presencia, no dejó salir al Castilla en el primer cuarto de hora aunque sin provocar ocasiones muy claras. Pero el sus llegó en el minuto 60. Raúl tiró de fondo de armario para meter en el campo a Álvaro Rodríguez y Peter Federico. Lo primero que hizo el '9' fue una presión tímida para ganarse la reprimenda del técnico madridista. Lo siguiente, acto seguido, devolverle una pared de tacón a Theo Zidane que remató solo delante de Alfonso Herrero, que sacó una mano milagrosa. El rechazo lo mandó Álvaro Rodríguez al palo.
Se fue Genaro, con amarilla desde la primera mitad, y entró Dani Lorenzo para jugar por fin en su sitio. Tras un minuto en el campo vio amarilla por tirarse al suelo para intentar llegar a un balón. Desvistió Pellicer a santo para vestir a otro.
El choque se convirtió en un partido de momentos de uno y otro, el Málaga perdió el timón como en los primeros compases. El Castilla cerraba bien las líneas. El balón parado tampoco tenía efecto en los blanquiazules. El susto gordo llegó en el minuto 83, cuando una conducción de Nico Paz por la izquierda acabó con la pelota llegando a Álvaro Rodríguez en boca de gol sólo, para empujarla. Pero no la empujó.
A falta de cinco minutos, Pellicer tuvo que retirar a un Gabilondo agotado para hacer debutar a Bilal. Una apuesta arriesgada. Volvía también Juan Hernández tras su lesión.
En el descuento la tuvo Dioni con un tiro desde fuera del área pero la remachó Cañizares. Dani Lorenzo la recogió en el punto de penalti pero remató flojo a la media vuelta. También tuvo una contra de tres para uno el filial blanco que desperdició. Con el Málaga en el área del Castilla, sin saber concretar una ocasiones, se acabó un partido que vieron 25.561 malaguistas en las gradas de una Rosaleda que ve escapar los primeros puntos de la temporada. Espera el derbi malagueño contra el Antequera.