Por los precedentes, se intuía que Sergio Pellicer construiría un proyecto a corto plazo iniciado por los cimientos, con los que abrochar la portería y ser un equipo fiable. Y empezó a conseguirlo en su redebut en El Molinón en el banquillo del Málaga CF, donde sacó un punto tras un empate a cero donde los blanquiazules no sufrieron ante un equipo que está en fase experimental con el estilo de toque que quiere imponer Miguel Ángel Ramírez.

Pero a pesar de dejar la portería a cero, el punto es insuficiente para un Málaga que dio la sensación que pudo tener más si Rubén Castro y Febas hubieran tenido más minutos en el césped. Pero la primera decisión de Pellicer fue dejarlos en el banquillo.

El Málaga cierra la jornada sin ningún avance, porque la permanencia sigue a la misma distancia, y hay tres puntos menos en juego. 

Se iniciaba en El Molinón la era 2.0 de Sergio Pellicer en el Málaga CF. La 3.0 si se tiene en cuenta su etapa como jugador blanquiazul. Y lo primero que había que desvelar era cómo iba a respirar el once malaguista. Hasta seis cambios introdujo el de Nules, unos obligado y otros por decisión técnica. 

Hubo continuidad en la portería con Rubén Yáñez y se cumplió lo esperado en defensa a tenor de la convocatoria, pero con un cambio de posiciones. Bustinza y Javi Jiménez estuvieron en los laterales y Ramalho, en la banda derecha con Mel, y Esteban Burgos en el centro de la zaga. La revolución llegó en medio, donde sentó a Febas. N'Diaye, Luis Muñoz y Jozabed llevaron la manija. Y arriba otro sacrificio, el de Rubén Castro. Gallar y Lago Junior estuvieron en los extremos, y Fran Sol en punta. 

El Málaga salió a intentar ahogar al 'nuevo' Sporting, quede desde la llaga de Miguel Ángel Ramírez apuesta por el toque y toque. Pero pronto dejó espacios para que Pedro Díaz recibiera solo al borde del área para acomodársela y sacar un disparo seco que Yáñez tuvo dificultades para repeler a córner. 

Para defender, el Málaga se plantaba con un 1-4-1-4-1, y salvo ese desajuste inicial, cerró todos los carriles de los asturianos, que no eran capaces de avanzar líneas. Hasta que un error, otro más, de Bustinza, acabó con la pelota de nuevo en los pies de Pedro Díaz. El cañón del '8' mandó la pelota al poste. Iban veinte minutos y Bustinza ya había dado varias muestras de lo verde, a pesar de su veteranía, que está. 

Y en el 22. La primera en la frente, que después fue anulada por fuera de juego. En su presentación advirtió Pellicer de la importancia de las transiciones decisivas. Una falta mal sacada por Gallar, qué falta de tensión la suya, acabó con una contra de manual asturiana finalizada en gol. No hizo falta el VAR para anularla. Pero ahí estaba el aviso. 

En el 26' sí sacó bien la falta el Málaga. En este caso Jozabed la puso al segundo palo y Ramalho remató, le cayó el rechace a los pies y el disparo se fue a córner. 

Los ataques del Málaga eran algo atropellados, como el que llegó en el minuto 40 tras una buena combinación entre Gallar y Jozabed. El remate final de puntera de Luis Muñoz se fue desviado. Pero los de Pellicer seguían sin dar facilidades al rival y en ocasiones lo empujaban hasta cerca de su área. 

Y en el 42' llegó lo que se esperaba, porque es el pan malaguista de cada partido, la tarjeta a N'Diaye, que conlleva sanción para el parisino. Los creyentes en la brujería la celebran porque el Málaga solo gana cuando no está el '18'. En su favor, le tocó bailar con la más fea, un Pedro Díaz inspirado en la tarde del domingo. 

El poco fútbol que se pudo ver en los primeros 45 minutos se quedó en los vestuarios. A la vuelta se vio un partido muy trabado, bronco en algunas facetas en sus primeros diez minutos y con dos equipos muy desacertados incapaces de controlar la pelota. En medio el Sporting reclamó un penalti que cuando más se ve repetido más lo pareció. Pero el árbitro lo vio claro. 

En su presentación, Pellicer destacó, comparando la plantilla actual con la que manejó hace dos cursos con solo 18 fichas, que ahora podía sacar un buen equipo pero acabar con uno mejor. Eso parece que fue lo que buscó cuando metió en el campo a Febas y Rubén Castro por Fran Sol y Gallar. No tardaron en activarse dos de los jugadores más determinantes de este equipo. Rubén Castro tuvo la más clara, con un control y remate de primeras dentro del área que lo hizo todo en un ladrillo. Cuéllar voló para detener el remate y el juez de línea más tarde levantó el banderín no se sabe todavía porqué. 

Febas, cuando tenía la pelota, adelantaba varios metros a todo el equipo y el Málaga pasó a jugar en el campo del Sporting. Aunque en el 73 salió a relucir la pólvora del conjunto asturiano. Djuka, su goleador, sacó un tiro con veneno que se fue por poco a la izquierda de Yáñez. 

Pero el Sporting se hizo con el duelo en los últimos diez minutos. Un Málaga nervioso con la pelota no tuvo pausa para madurar alguna jugada, y los asturianos dieron un paso adelante para tener a los blanquiazules, en El Molinón de negro, lejos de su área. Pero tampoco inquietó el Sporting y el partido se fue muriendo con la pelota por el aire. Como por el aire se le van al Málaga los puntos que necesita para salvarse, que da un pasito insuficiente para cumplir el objetivo. 

El viernes, una final contra el Oviedo. 

Ficha técnica:



0.- Sporting: Cuéllar, Guille Rosas (Pol Valentín m.83), Insúa, Izquierdoz, Jordi Pola, Diego Sánchez, Pedro Díaz, Zarfino (Gragera m.75), Aitor García (Otero m.62), Queipo (Jony m. 75) y Campuzano (Djurdjevic m.62).



0- Málaga: Yáñez, Bustinza, Ramalho, Burgos, Jiménez, Álex Gallar (Febas m.58), N´diaye, Luis Muñoz (Cristian m.74), Lago Junior (Appiah m.89), Fran Sol (Rubén Castro m.58) y Jozabed (Ramón m.89).



Árbitro: Ávalos Barreira. Mostró tarjetas amarillas a Insúa (m.16), N´diaye (m.41), Zarfino (m.64), Burgos (m.82).



Incidencias: 17.237 espectadores.

Noticias relacionadas