El Málaga CF 2022-2023 es un equipo destinado a sufrir si no se le da la vuelta al calcetín de aquí hasta el final de temporada. El blanquiazul es un conjunto al que se le han bajado todos los plomillos y no tiene ninguna capacidad de inquietar a sus rivales, tampoco se revuelve ante ningún aguijonazo como los que viene recibiendo partido tras partido y es incapaz de volcar el campo ni delante de más 17.000 almas que empujan cada domingo en las gradas de La Rosaleda. Y así se explica una nueva derrota, la octava, 0-1 contra el Eibar que deja el conjunto entrenado por Pepe Mel colista de Segunda División después de trece jornadas. Una ruina. 

Un nuevo error individual condenó al Málaga CF. Pero la derrota no cayó por el fallo grosero del reincidente Escassi. Se produjo porque el Málaga es un equipo en el que el portero está vendido cuando le tiran a puerta; los centrales fallan todos los partidos; los laterales no aportan nada en ataque, no doblan a sus pares; el centro del campo no encuentra los pasillos para dar ninguna asistencia de gol; los extremos ponen globos en vez de centros con veneno; y Rubén Castro es un Robinson desesperado en esta isla desierta que es el equipo de La Rosaleda. El Eibar era uno de los peores visitantes de la categoría y nueve de los doce goles encajados los había recibido lejos de Ipurúa.

Pepe Mel, con el once, volvió a su idea primigenia con Gallar, Hervías y Villalba por detrás de Rubén Castro. Sin importarle la inactividad de los dos extremos. De hecho, Hervías se tuvo que retirar tocado en el minuto 56. El resto del equipo, el esperado con Juanfran y Javi Jiménez en los laterales, Escassi y Burgos en el centro de la defensa y N'Diaye y Ramón a los mandos en la medular. Febas, al rincón de pensar. 

Gaizka Garitano dispuso a nueve jugadores por detrás de la pelota: 1-5-4-1. El uno era uno de sus delanteros menos peligrosos, Quique González. Con eso le valió.

El Málaga CF era capaz de llevar la iniciativa después de unos primeros diez minutos de ida y vuelta. El Eibar, con malos números fuera de Ipurúa, no arriesgaba, aunque en el arranque los dos equipos buscaron la portería contraria desde el pitido inicial. Pero con el paso de los minutos el Málaga fue ganando terreno y aculando al Eibar, aunque si crear peligro. Pero cuando más se jugaba en el campo rival llego la reincidencia de Escassi. Una imprudencia suya le costó al Málaga el penalti y la derrota en Oviedo. 

Un error grosero contra el Eibar, cuando entregó la pelota sin mirar a lo que tenía a sus espaldas acabó costando otro gol. En el minuto 21, Manolo Reina la tenía en los pies y se la dio a Escassi, que sin mirar la sacó a la izquierda para Javi Jiménez. El lateral estaba lejísimos y el Troncho se le anticipó y metió en el área. La puso rasa y la pelota se paseó por todo el área malaguista hasta llegar al segundo palo. Allí, Quique González, que no marcaba desde agosto, la reventó a la red. 0-1. Otro error individual imperdonable le costaba un gol al Málaga, que no la derrota. Esta vino por la inoperancia del equipo en lo que quedaba de partido.

Noqueado el equipo, tardó en reaccionar y dar un paso adelante. A la media hora, N'Diaye se sacó un disparo peligroso para el que tuvo que esforzarse Luca Zidane, muy seguro toda la tarde. 

Cerca del descanso, un balón filtrado dentro del área lo controló y remató Rubén Castro. Lo desvió un rival, pero Zidane volvió a atajarlo. 

Tras el descanso, el Málaga salió con una modificación. Cristian entró por Álex Gallar, Desde la primera pelota que tocó el marbellí cumplió con la función que Mel le encomienda. Llevar la pelota al área lo más rápido posible. Hervías volvió a caer y se tuvo que retirar del campo dando entrada a Fran Sol

Los de Mel seguían intentándolo sin claridad, con el juego volcado a la izquierda. Eso quería decir que la responsabilidad del ataque malaguista pasaba por las botas de Cristian, que no se despegó de la cal. Todo lo contrario que Gallar. Por eso dejó entrever Mel que se quedó en la caseta el '11' malaguista. 

Intentó llevar la iniciativa el Málaga, pero nunca se le encendió la bombilla al equipo. Ni con hombres con mejor dominio del balón como Febas o Jozabed o el incisivo Issa Fomba. De hecho, fue Blanco Leschuk el que tuvo la más clara en la segunda mitad para firmar la sentencia. 

El choque murió con Manolo Reina en el área del Eibar rematando el último balón del partido. Un símbolo de la desesperación del colista de Segunda División, con 9 puntos de 39 posibles. Una losa demasiado pesada. 

Ficha técnica:



0 - Málaga CF: Manolo Reina; Juanfran Moreno, Esteban Burgos, Escassi, Javi Jiménez; Hervías (Fran Sol, m.57), Ndiaye (Issa Fomba, m.74), Ramón Enríquez (Jozabed, m.74), Álex Gallar (Cristian, m.46); Fran Villalba (Febas, m.65) y Rubén Castro.



1 - Eibar: Luca Zidane; Rober Correa, Nolaskoain (Aketxe, m.77), Venancio, Imanol; Tejero, Sergio Álvarez, Javi Muñoz, Stoichkov (Blanco Leschuk, m.46); Troncho (Corpas, m.62), Quique (Vadillo, m.89).



Gol: 0-1, M.21: Quique.



Árbitro: Cordero Vega (Comité Cántabro). Amonestó al local Esteban Burgos (m.70) y al visitante Rober Correa (m.87).



Incidencias: Partido correspondiente a la decimotercera jornada de LaLiga SmartBank disputado en el estadio La Rosaleda ante 17.093 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento de José María Martín Urbano, quien fue entrenador del Unicaja y del CD Málaga de baloncesto.

En el minuto 84. Con el Málaga intentándolo o amagando intentarlo, un susto en la grada detuvo el choque. 

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