El Málaga pondrá este sábado el epílogo a una de las peores temporadas que se recuerdan en La Rosaleda. Si no en números, sí en sensaciones. Y uno de los motivos que han llevado al equipo blanquiazul a meterse en unos problemas con los que no se contaba allá por el mes de agosto cuando arrancaba el campeonato, es que ha sido un equipo que no ha podido contar con una columna vertebral reconocible en torno a la cual formar un equipo lo más competitivo posible. 

Con dudas en la portería casi todo el año, sin Juande toda la segunda vuelta, con la caída de Luis  Muñoz en la jornada 7 y sin un 9 de referencia que sacara las castañas del fuego en alguna ocasión, han faltado capitanes generales en un equipo falto de liderazgo que en el tramo final del campeonato se ha complicado la vida en exceso y ha firmado una permanencia que ha dejado un mal sabor de boca en la parroquia malaguista. 

Dani Barrio empezó la temporada bajo los palos, pero varios errores llevaron a José Alberto a tomar la decisión que hubiese querido tomar desde el principio. Sustituirlo por Dani Martín, criado en la cantera del Sporting de Gijón, como el técnico asturiano. La forma en la que se llevó a cabo el cambio no convenció a La Rosaleda y parece que también pesó en el propio Dani Martín. 

El propio guardameta, inamovible desde la llegada de Pablo Guede y con grandes actuaciones como la de Tenerife, reconoció tras el partido del Heliodoro Rodríguez López que en el primer tramo de la temporada no había rendido a un buen nivel y que había cometido algunos errores, y que ahora habían cambiado cosas dentro de él. 

De hecho, con la llegada de Natxo González, Dani Martín se vio relegado al banquillo y no jugó ningún a las órdenes del vitoriano, que tuvo en Dani Barrio a su portero titular en los diez partidos que dirigió al Málaga. Barrio cometió algunos errores que le costaron puntos a los blanquiazules y no terminó de transmitir tranquilidad. 

Guede volvió a apostar por él desde que asumió el banquillo malaguista y, por fin, parece que el Málaga encontró estabilidad en un puesto clave, especialmente debido a las buenas actuaciones del meta cedido por el Betis. 

El Málaga había confiado el liderazgo de la zaga a Juande, que cumplió con creces durante la primera vuelta del campeonato, siendo uno de los mejores jugadores de la plantilla y de los pocos que se salvaban de actuaciones ridículas como las perpetradas por ejemplo en Ponferrada o Cartagena. 

El cordobés jugó con regularidad hasta la jornada 17, pero las lesiones lo apartaron de un equipo en el que se había convertido en imprescindible, máxime, cuando compañeros suyos en centro de la defensa, especialmente Peybernes, ha rendido muy por debajo de lo esperado cuando se le fichó. El francés ha formado pareja con Lombán en la mayoría de los partidos en los que Juande ha estado ausente hasta la llegada de Guede, que intentó solucionar el problema colocando como centra a uno de los líderes del equipo, Alberto Escassi. 

El Málaga era un equipo confeccionado en torno a la figura de Luis Muñoz, capitán y alma de un conjunto que vio muy pronto cómo se quedaba sin su líder. En la jornada 7, el de Nueva Málaga se rompía el cruzado de la rodilla izquierda y decía adiós a la temporada. 

Las irregulares actuaciones de Escassi y el bajo rendimiento de Genaro en algún tramo de la temporada han impedido suplir con garantías al ‘8’ malaguista en el centro del campo. El capitán ha sido titular en los dos últimos partidos del Málaga, en Tenerife y contra el Burgos, forzando su vuelta a los terrenos de juego, que estaba prevista en otras circunstancias. 

La guinda a la plantilla llegaba cedida desde Valladolid. Era Sekou Gassama, llamado a convertirse en el hombre gol del Málaga que había tenido muchos problemas de cara a portería la temporada anterior.

En la planificación, se esperaba acompañar a Sekou de Pablo Chavarría cuando el argentino se recuperara de otra lesión de cruzado que lo apartó de los terrenos de juego la temporada anterior cuando mejor estaba. Había muchas esperanzas puestas en el ’12’ después de que el Málaga lo fichara en propiedad. 

Pero Sekou llegó tarde y muy fuera de forma y Chavarría volvió en el mes de octubre para lesionarse de nuevo y estar otros dos meses fuera de circulación. El de Granollers no ha sido capaz de pelear por el puesto durante todo el campeonato y su aportación se ha reducido a tres goles, solo clave el segundo contra Las Palmas que dejó los tres puntos en La Rosaleda. 

Con los dos hombres fuertes del ataque fuera de las rotaciones, Brandon ha asumido el liderazgo goleador del equipo con nueve goles. Roberto, muy utilizado sobre todo por José Alberto, aportó mucha briega pero poco gol. 

Así, sin hombres fuertes en ninguno de los puestos claves del equipo, el Málaga se ha visto abocado al sufrimiento y ser despedido por su público de la peor de las maneras en una temporada de la que conviene pasar página cuanto antes, pero tomando nota de los errores en la planificación. 

Manolo Gaspar y Pablo Guede tienen faena por delante. 

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