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El triatleta paralímpico malagueño Eduardo Oliva completó el pasado 13 de diciembre un reto solidario de 14.000 metros a nado con el objetivo de recaudar fondos para financiar menús de Nochebuena destinados a personas en situación de vulnerabilidad atendidas por Los Ángeles de la Noche. La iniciativa, que une deporte y solidaridad, permanece abierta hasta el próximo 21 de diciembre para todos los que quieran ayudar y ya ha permitido reunir ya más de un centenar de menús.

El reto tuvo lugar en la piscina cubierta de Álora y se prolongó durante más de seis horas. Oliva comenzó a nadar a las ocho de la mañana, una hora antes de la apertura habitual de la instalación, gracias a la colaboración de un amigo que actuó como socorrista. “Llegué con el bañador puesto, me abrieron la puerta y empecé a nadar directamente, no perdí ni un minuto”, explica con una sonrisa, ya que poner en marcha el reto fue una odisea.

Inicialmente, la prueba estaba prevista en Torremolinos, en una piscina exterior de 50 metros, lo que le hubiera hecho un poco más fácil la prueba, pero un problema administrativo obligó a cambiar de ubicación a última hora. Finalmente, Álora se convirtió en el escenario del desafío de Oliva.

El deportista reconoce que los primeros kilómetros los completó a un ritmo muy elevado, quizá demasiado. “Hasta los 9.000 metros iba casi al ritmo de competición”, señala. Ese esfuerzo le pasó factura en el tramo final, especialmente durante una hora en la que nadó completamente solo y llegó a plantearse abandonar por el cansancio y el dolor en los brazos. La llegada de su entrenadora y varios compañeros de club fue clave para completar el reto. “Me dijeron de hacer bloques de 250 metros y sumar todo lo que pudiéramos. Gracias a eso conseguí nadar 3.000 metros más”.

La idea era nadar para visibilizar al máximo su recolecta de menús de Nochebuena. Pidió a empresas que le dieran un menú cada 1.000 metros recorridos; a los nadadores y triatletas, que se sumaran a nadar con él pagando 8 euros y regalándoles un gorro o una gorra, y al resto de malagueños que aportaran lo que pudieran por bizum o en efectivo para aportar a la iniciativa.

De la misma forma, explicó en redes sociales que quien lo deseara también podía donar a los Ángeles Malagueños de la Noche leche, aceite de girasol, mantequilla y embutidos, que eran muy necesarios, y que serán entregados con el cheque final.

El grupo.

A día de hoy, Oliva ha logrado reunir ya más de un centenar gracias a las empresas y anónimos solidarios que se han ofrecido a ayudarle en esta idea. Una cifra que cree que irá creciendo con el paso de los días, aunque su objetivo de base era un mínimo de cincuenta. Una empresa se ha comprometido a donar un menú por cada mil metros completados y la pizzería La Talega, en Pizarra, ha lanzado una pizza solidaria destinando parte de su precio a esta iniciativa.

Para el resto, las aportaciones pueden realizarse mediante Bizum o en efectivo. “La gente me envía lo que pueda, 2 4 o los ocho euros que vale un menú, indicando que es para el reto, y yo hago el ingreso completo a la asociación”, explica el triatleta, que entregará todo lo recaudado el próximo 22 de diciembre a los Ángeles Malagueños de la Noche. También ha organizado nuevas quedadas con su nuevo club de triatlón en Marbella para seguir sumando apoyos.

No es la primera vez que Oliva impulsa un reto solidario en Navidad. En años anteriores ha recogido juguetes para niños afectados por la guerra de Ucrania y para la Casa Ronald McDonald. El pasado año, tras colaborar como voluntario durante la DANA en Valencia y vivir de cerca los efectos de las inundaciones también en Álora, organizó la entrega de cestas navideñas a familias que lo habían perdido todo. “Después de aquello, tan duro, no tenía ni cuerpo ni ganas, pero nadando se me ocurrió unir el reto deportivo con los menús”, relata.

Edu.

La respuesta de Ángeles de la Noche ha sido inmediata. Aunque todavía no se conocen en persona, la asociación ha respaldado la iniciativa desde el primer momento y ha ayudado a darle difusión. Oliva quiere estar presente el día del reparto. “Quiero conocer a las personas que van a recibir los menús y ayudar ese día”, afirma.

Eduardo Oliva es campeón del mundo de triatlón de larga distancia en categoría paralímpica, pero no solo eso, ya que se ha alzado como campeón del mundo en cinco ocasiones en distintas disciplinas.

Su discapacidad surge como consecuencia de un error médico, en una operación sencilla, después de que le cortaran el tendón rotuliano y algún que otro nervio. Como consecuencia, aparte de la falta de movilidad en la pierna, sufre una atrofia muscular severa. A simple vista no siempre es perceptible, una circunstancia que, según reconoce, le ha generado incomprensión. “La gente piensa que estoy lesionado y no que soy paralímpico”, explica.

A sus 46 años y pese a su trayectoria deportiva, reconoce que es muy difícil darse a conocer al mundo. “Entreno lo mismo que cualquier deportista sin discapacidad y tengo los mismos gastos o más, pero el reconocimiento es cierto que es mínimo”, asegura. Aun así, mantiene su compromiso con este tipo de iniciativas solidarias y ya piensa en repetir el reto el próximo año.

Le han ayudado la pizzería La Talega Mediterránea de Pizarra, Rotistería Pizarra, la farmacia Aznar de Muelle 1 y AC Abogada, a los que está muy agradecido por su colaboración para hacer de la Nochebuena un día muy especial para los que más lo necesitan.