EFE
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El karateca Damián Quintero, el más laureado español en su deporte, tiene claro que su retirada está "más cerca que nunca" al tener previsto dejarlo después más de veinticinco años de trayectoria profesional.

En una entrevista, el karateca nacido en Buenos Aires en 1984 y afincado desde niño en la provincia de Málaga ha destacado que está "pegando los últimos coletazos" y que se plantea "la retirada en breve" porque lleva "unos años planeándolo, sobre todo tras los Juegos de París, donde el kárate perdió un poco el sentido", dijo, tras la exclusión de este deporte del programa olímpico.

"Pierdes ayudas y la profesionalidad del ciclo olímpico también se cae y se hace muy complicado ser un deportista profesional sin tener que compaginar esa actividad con los estudios o buscar otra fuente de ingresos", ha subrayado.

En su caso particular ha matizado que ha tenido "muchas ayudas y muchos sponsor durante la carrera pero ya llega una etapa donde, con 41 años, el cuerpo y la cabeza te piden otra cosa, por lo que está cerca la retirada".

El argentino y español de adopción, ya que se encuentra en España desde los 5 años al trasladarse sus padres a Torremolinos, recuerda que empezó a practicar kárate "con 6 años", pero realmente empezó a competir con 16 años. "Fue el punto de inflexión, porque me di cuenta de que ese niño que practicaba el deporte para divertirse se piensa ser profesional y así ha sido", ha relatado.

Otras motivaciones

El nacimiento de su hija este pasado enero también influye en su decisión de dejar el deporte profesional. "Eso me tira mucho, tengo otros proyectos personales y profesionales que quiero llevar a cabo y para estar en activo y ser competitivo se necesita mucho tiempo, por lo que va llegando el momento de a final de año o a mitad del 2026 decir el adiós".

"Casi sin quererlo te conviertes en el referente de muchos niños, lo cual también es una responsabilidad, pero cuando lo deje vendrán otros porque es ley de vida aunque dé mucha pena", ha dicho.

Preguntado por la salud del kárate español lo tiene claro: "Siempre ha tenido muy buena salud pero al salir del programa olímpico el deporte flojea un poco más por las ayudas y las subvenciones. No obstante, a nivel de títulos seguimos estando en la élite mundial pero es complicado que las nuevas generaciones puedan dedicarse al cien por cien a este deporte sin las ayudas suficientes".

En su opinión, el kárate nacional tiene ahora varios nombres propios. "En la categoría de kumite está María Torres (Málaga, 1997) o Isabel Nieto (Palencia, 1999), porque las chicas de combate están compitiendo muy bien a nivel mundial. En kata estamos flojeando un poco más pero ahí viene fuerte Raúl Martín (Madrid, 23 años), es decir, hay tres o cuatro referentes que pueden aguantar pero compaginando con otros trabajos".

Juegos Olímpicos: un palo

Con más de un centenar de medallas en su palmarés (76 de ellas internacionales), el malagueño de adopción ha afirmado que tras la desaparición del kárate de los Juegos Olímpicos ha hecho mucho daño: "Yo tuve la oportunidad de estar en Tokio y lograr una medalla que cada vez veo que es más histórica porque ahora estamos fuera del programa de las Olimpiadas".

No obstante, alberga esperanza de un cambio de opinión: "Sé que se está luchando para que el kárate vuelva a los Juegos Olímpicos. La federación mundial me dijo que están trabajando muy duro para que pueda regresar para Australia en 2032, lo cual sería muy positivo para esos niños que quieren llegar a los Juegos porque es una experiencia única".

Damián Quintero ha puesto en valor los éxitos: "Cada vez que ganaba una medalla ponía el contador a cero porque si vives del recuerdo no avanzas, lo cual me ha venido muy bien porque he ido mirando siempre adelante. Cuando llegue la retirada ya será el momento de ponerte a ver los títulos pero mientras estoy en activo no pienso en eso".

Su reciente participación en el programa Supervivientes de Telecinco, donde fue el último expulsado antes de la final, ha dicho que le permitió desarrollarse "como persona y llevar el cuerpo al límite, sobre todo a nivel mental, en particular la desconexión con el teléfono móvil".