Málaga esperaba a Novak Djokovic y el serbio no apareció por la pista verde del Martín Carpena hasta casi las nueve de la noche, en el quinto partido de una jornada que había empezado a las diez de la mañana con el Italia-Holanda. Y llegó para meter a Serbia en las semifinales de la Copa Davis 2023, donde le espera Jannik Sinner e Italia. Se lo había puesto en bandeja su compatriota Kecmanovic ganando el primer punto para que el genio de Belgrado sentenciara. Y lo hizo, quizás sin rallar su mejor nivel, pero dejando un aperitivo de lo que puede ofrecer estos días en el Martín Carpena. También su lado más rebelde, encarándose durante y tras el 6-4, 6-4 que le endosó a Cameron Norris, número uno británico con el público rival.
Nada que no haya hecho ya sobre una pista de tenis ofreció 'Nole' en Málaga. Desplegó todo su catálogo encontrando en ocasiones la oposición de un Cameron Norris que no tiró la toalla pese a la superioridad del serbio, que dominó el partido de cabo a rabo para poner el 2-0 favorable a Serbia y meterla en la semifinal.
La espera al genio de Belgrado fue vibrante gracias a dos teloneros que estuvieron a la altura de la competición. Miomir Kecmanovic y Jack Draper protagonizaron un partido lleno de alternativas y con muy buenos puntos. A Draper lo llevaron en volandas los miles de británicos que poblaban las gradas del Carpena. No era el O2 de Londres, pero los británicos estaban como en casa. Amenazó muchas veces Kecmanovic con llevarse el primer set, pero la zurda de Draper lo impidió. Resistía desde el fondo de la pista el británico y encontraba el momento de soltar un zurriagazo. Pero un mal tie break, con una doble falta y una dejada a la red consecutivas le dieron el primer set Serbia por 7-6 (7-2).
El segundo set tuvo prácticamente el mismo guion. Kecmanovic y Draper estuvieron cerca de perder el servicio en alguna ocasión, pero resistieron hasta el final, con trazos de buen tenis desde el fondo de la pista y el británico arriesgando más en algunas acciones, casi siempre sin éxito. El serbio se mostraba muy sólido. De nuevo se llegaba al tie break. Toda la presión para Jack Draper. Cuando lo tenía encarrilado (5-2), Miomir Kecmanovic dio alas a Draper con sus fallos (5-5). Se encendía el Carpena con la afición británica. Pero a Draper le faltó aplomo y mandó primero una bola fuera y otra a la red Con un 8-6 en el tie break del segundo cerraba Kecmanovic el partido y le ponía la eliminatoria en bandeja a Djokovic.
Y el de Belgrado se la sirvió. Tras un intercambio inicial de juegos con Norris, 18 del mundo, rompió el servicio en el quinto juego. Pero se atascó Djokovic para anotarse el 5-2 a su favor con servicio de Norris, que desplegó una buena defensa desde el fondo de la pista unida a los fallos de Djokovic, que mandó varias bolas a la red.
El set lo terminó cerrando con un 6-4 con su servicio y encarándose con la grada británica. Primero marcó con las manos cómo se iba la bola antes del punto definitivo. La afición británica empezó a contarle los botes de la bola interrumpiéndolo en el saque. Cuando ganó el punto, se puso la mano en la oreja para que le contaran otra vez y se fue al banquillo lanzándole besos al público rival. Ya tenía el primer set en el bolsillo.
El segundo lo empezó con un break. Podía haber dejado tocado a Norris, pero el británico opuso resistencia con su saque, sacando rabia en cada punto que conseguía, algunos con el aplauso que le brindaba el serbio desde el otro lado de la pista. De hecho, no se le veía del todo cómodo a Djokovic cuando fallaba algunas bolas. Pero aún así no tuvo problema para llegar al 6-4 final con un ace para abrir los brazos y celebrar la victoria que coloca a los serbios en semifinales. Allí espera de nuevo a Djokovic el italiano Jannik Sinner, como el pasado domingo. El de Belgrado no tuvo piedad. Como tampoco la tuvo con parte de la afición británica, porque donde candela hubo...
Tras la victoria, mientras el serbido atendía la entrevista en la pista, los británicos más ruidosos empezaron a hacer sonar sus tambores. Djokovic paró, les pidió respeto y después los mandó para casa: "Go home, go home, go home". Está con ganas de guerra el serbio. Probablemente la tenga el sábado.