Damián Quintero ya es historia; Damián ya es de plata. El deporte le tenía reservado un guión de película al malagueño a sus 37 años. Después de toda una vida luchando por vivir este momento, el karateka ha cumplido su sueño a lo grande, conquistando una medalla olímpica en el tatami del Nippon Budokan de Tokio y en los Juegos Olímpicos, en sus esperados Juegos. Y aunque es la de plata y para muchos debió de ser la de oro, es la primera medalla malagueña y la decimotercera de España en estos Juegos. Un éxito para Málaga, un triunfo estratosférico para el de Torremolinos.

Con una ejecución perfecta de la kata Suparinpei, Damián Quintero sólo se vio superado por la subjetividad de los jueces, que vieron al japonés Ryan Kiyuna mejor en el momento decisivo. Posiblemente lo fue. Quizás lo vimos con los ojos llenos de emoción y condicionados por las ganas de verle ganar. Pero lo cierto es que Damián lo hizo perfecto con una kata más vistosa y técnica, mientras que la del nipón fue más atlética. 

La puntuación emitida por los ocho jueces fue de 27,66 para el malagueño, que expuso su ejercicio primero, y de 28,72 para el nipón. Más de un punto de diferencia para el japonés, que jugaba en casa y eso pudo condicionar su valoración. Aún así, es la octava medalla para un deportista malagueño en la historia de los Juegos. Nada que reprochar.

Retraso

La final empezó con cierto retraso sobre el horario previsto. Pero con la kata Suparinpei -una de las 102 reconocidas por la Federación Mundial de Kárate- efectuada a la perfección, Damián esperaba cautivar a los jueces. Ya la tenía interiorizada y era una de sus katas más usadas. De ahí su excelencia.

Damián hizo un ejercicio perfecto y sereno, cargado de potencia y de plasticidad. Con una técnica exquisita y depurada. Concentrado al máximo, brilló como ya ha hecho otras tantas veces en Europeos o Mundiales. Pero esto eran los Juegos. Una cita que llevaba esperando toda la vida y que sólo se podía celebrar este 6 de agosto.

Como en la gimnasia, el jurado determinó su actuación basándose en un criterio de puntuación que valoró la fuerza, la velocidad, el equilibrio y la potencia de los puñetazos y patadas, así como la ejecución de los movimientos y, en un plano más subjetivo, la belleza de la técnica. Un criterio subjetivo que determinó su segundo puesto.

Su competición

Antes, Quintero comenzó la competición como se esperaba de él, con la máxima confianza y ofreciendo el mejor nivel del número uno del ranking mundial. Fue líder en su grupo A tras completar sus dos katas. En la primera obtuvo una puntuación de 27.34, mientras que en la segunda obtuvo 27.40.

No se quedó ahí y también fue líder en su grupo de clasificación al obtener 27,28 puntos. Ese primer puesto le valió para entrar en la final directamente y medirse con Ryo Kiyuna, quien obtuvo una puntuación algo mayor: 28,72 puntos. 

Un final que posiblemente hoy Damián no valorará en su justa medida, pero que con el paso del tiempo se dará cuenta de que se ha convertido en una leyenda, en un atleta histórico. Damián es el número uno y así seguirá siendo hasta que diga adiós y aunque los Juegos ya no acojan al kárate en París 2024

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