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Cuando el malagueño Ángel David Castillo tenía apenas 14 años, algo en la televisión llamó poderosamente su atención. No fueron unos dibujos animados, tampoco un partido de fútbol. Fue un recopilatorio de Elvis Presley: Elvis 30 #1 Hits. Algo en esa voz, en esa melodía, le atrapó de inmediato. "No sé, era la voz, la musiquilla... Me llamó la atención. Pregunté en casa y me dijeron que ese cantante ya había muerto, que era alguien de otra época. Pero a mí me enganchó", recuerda, casi como un flechazo.

Desde entonces, comenzó a adentrarse poco a poco en el universo Presley. Primero con aquel disco, luego con otro, después leyendo sobre su vida, viendo vídeos en internet, escuchando entrevistas, imitaciones, conciertos... Se hizo fan. Fanático, reconoce él mismo. Y lo sigue siendo, cuando ya han pasado más de veinte años desde entonces.

No era común entre sus amigos seguir a un artista así. "Me preguntaban: ‘¿A ti te gusta esa música?’ Porque claro, no era lo que estaba de moda. Pero a mí me gustaba. Y no me importaba demasiado la opinión de nadie", explica. Con catorce años uno suele dejarse llevar por lo que escuchan los demás, pero él rompió la norma.

Lo que no sabía el pequeño Ángel es que aquella fascinación adolescente se convertiría con el tiempo en una vocación artística que lo llevaría a convertirse en Blue Angel, uno de los artistas tributo a Elvis más reconocidos de Europa.

Aunque desde joven había tenido relación con la música —componiendo y cantando con amigos— no fue hasta 2018 cuando se tomó en serio la idea de rendir homenaje a Elvis. Fue entonces cuando conoció a Jaime, su guitarrista, y con él puso en marcha un espectáculo que ha ido creciendo desde pequeñas actuaciones en hoteles hasta conciertos con banda completa. "Al principio era simplemente cantar. Pero poco a poco fui invirtiendo en vestuario, fui estudiando gestos, preparamos la puesta en escena. Me lo empecé a tomar más en serio".

Lo más difícil, dice, es lograr que el público crea por un momento que está viendo a Elvis. "Es un equilibrio complicado. Hay que estudiar su voz, su forma de moverse, sus gestos... pero sin caer en la caricatura o la imitación. Cada artista tributo le da su toque, y yo intento que el mío sea elegante, sincero y sin excesos".

El trabajo de investigación detrás de sus actuaciones es intenso. Su rutina es de ensayo, estudio y mucha escucha. "La gente ve que me subo al escenario y parece fácil, pero no lo es. Hay que ver vídeos, y no hay tantos como parece. Elvis murió en el 77, no estamos hablando de una era digital. Hoy cualquier artista desconocido tiene más material grabado que él", sostiene.

La consagración de Blue Angel llegó en 2024, cuando ganó un concurso internacional de imitadores de Elvis en Gales, el Porthcawl Elvis Festival. Fue su primera participación, y se convirtió en el primer español en ganar el certamen. "Me lo dijeron muchos turistas durante actuaciones en hoteles: que me presentara, que podía ganar. Me animé, envié mis vídeos para la selección previa, y me eligieron. Fui por vivir la experiencia, sin muchas expectativas, y gané".

Compitió contra otros quince artistas en la semifinal, y pasó a una final en la que solo actuaban seis. "Me tocó el último. Toda la final esperando mi turno, tenso. Salí, hice lo mejor que pude... y cuando anunciaron al ganador, era yo. No me lo creía. Fue una sorpresa total, porque a día de hoy, reconozco que pude haberlo hecho muchísimo mejor".

El premio no cambió radicalmente su situación laboral —ya tenía una agenda activa de actuaciones— pero sí reforzó su imagen profesional. "Ahora me ven con otros ojos. Ya no es solo que lo hago bien en un sitio donde me contratan o en otro; sino que he ganado un concurso internacional. Eso pesa".

En España, donde el fenómeno de los tributos ha crecido mucho en los últimos años, Ángel defiende su valor como propuesta artística. "A la gente le gusta ir a conciertos donde se sepan las canciones, donde puedan cantarlas, revivirlas. Y con artistas como Elvis, que ya no se pueden ver en directo, un tributo bien hecho ofrece una experiencia muy cercana. Me han dicho varias veces: ‘Nunca vi a Elvis, pero vi tu espectáculo y fue lo más parecido que he sentido’. Eso emociona".

No todos lo entienden así. También ha recibido críticas. Gente que le acusa de "creerse Elvis". Él lo niega con serenidad. "Yo sé quién soy. No me creo Elvis. Lo respeto, lo admiro. Y el 99% de los artistas tributo que conozco lo hacen por amor a su figura. Queremos que su música siga viva".

El esfuerzo económico que implica montar un espectáculo de este tipo también es notable. Trajes, cinturones, capas, botines, anillos... y todo hecho con detalle. "Si quieres hacerlo bien, es caro. Por eso reservo los trajes más lujosos para conciertos importantes o concursos. En hoteles no me visto de gala, porque hay público que está solo de paso, que no me echa cuenta, pero aun así cuido todo. Hay que cuidar siempre lo que uno hace".

Su objetivo para los próximos años es claro: hacer crecer el espectáculo con banda completa, recorrer más escenarios en España y expandir una propuesta que ya es habitual en Inglaterra o Estados Unidos, pero todavía poco vista en nuestro país. "Mi show recorre todas las etapas de Elvis, desde los años 50 hasta el final. Eso no se suele ver aquí. Quiero llevarlo a más sitios, hacerlo más grande".

Más allá de Elvis, Ángel también compone y canta sus propias canciones. Algunas en español, otras en inglés. "Ahora estoy centrado en el tributo, pero me gustaría en algún momento grabar como Ángel. Sin dejar de ser Blue Angel, claro. Pero también mostrar quién soy yo".

Para quienes quieran verlo en directo, tiene dos fechas marcadas en el calendario: el 16 de agosto en La Cala de Mijas Resort, junto algunos compañeros de la banda, y el 21 de septiembre en La Cochera Cabaret de Málaga, esta última con banda completa. Además, suele actuar por hoteles de la Costa del Sol, y quien quiera verle puede contactarle por redes para conocer fechas y lugares concretos. "Hay hoteles que permiten la entrada a externos, así que si alguien me quiere ver, que me escriba".

Si Elvis estuviera vivo y lo viera actuar, Ángel cree que se reiría. "Era muy bromista, dice la leyenda que llegó a presentarse a un concurso de imitadores y que quedó tercero. Le haría gracia. Pero me gustaría pensar que también estaría orgulloso del cariño que le pongo para que se le siga recordando", zanja.