Málaga

Juana Francés fue una de las artistas españolas más sobresalientes de la segunda mitad del siglo XX, pionera de la abstracción y única mujer miembro y fundadora del grupo El Paso. El Museo Thyssen de Málaga reivindica la importancia de la pintora alicantina, rompedora en su momento, con la exposición Juana Francés. Antología íntima (1957-1985) hasta el próximo 19 de junio.

La artista (Alicante, 1924-Madrid, 1990) fue una incansable investigadora plástica, cuya obra transitó entre el informalismo y la figuración, lo matérico y lo lírico, los tonos oscuros y el colorido más vibrante. Esta antología íntima, compuesta por 14 obras de enorme potencia visual y emocional que se exponen de forma inédita en Andalucía, condensa en una única sala las creaciones más originales dentro de la extensa y valiosa producción artística de casi cuatro décadas que la artista legó a su muerte al Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA). 

Con este proyecto, el espacio cultural persigue visibilizar la obra de esta artista, adelantada a su tiempo, de incuestionable originalidad, calidad e importancia, pero poco conocida por el gran público y escasamente valorada en el mundo del arte. Con un comisariado íntegramente femenino, a cargo de la conservadora del MACA, Rosa María Castells y la directora artística del Thyssen de Málaga, Lourdes Moreno, la muestra reta al visitante a enfrentarse a los distintos momentos del recorrido vital de la artista para descubrir su mundo interior y directo que reflejan sus obras.

La naturaleza íntima de esta muestra va en consonancia con la personalidad de Francés, una autora reservada y focalizada en su obra, con un marcado carácter individual a lo largo de su dilatada carrera.   

Un recorrido vital por su arte elemental

En la obra de Francés late un arte elemental, innovador en el uso de materias inusuales, orgánicas o encontradas como arena o tierra. Tras un preludio figurativo en sus años de formación, en su etapa inicial, entre los años 1956 y 1963, nos adentramos en su producción de informalismo matérico en la que encontramos obras de tonos ocres, negros y blancos, ritmos frenéticos y texturas y relieves. 

En el año 1957 se integra brevemente en el grupo El Paso junto a Antonio Saura, Manolo Millares, Luis Feito, Rafael Canogar, Manuel Rivera, Antonio Suárez y su compañero Pablo Serrano. Se convierte así en pionera de una plástica revolucionaria, en la que se presenta una obra libre, abierta hacia la experimentación e investigación, en línea de la vanguardia internacional del momento. Es en esta época, especialmente, donde reside la importancia de la autora como una artista de personalidad y valor propio. 

En el período más largo de su trayectoria, de 1963 a 1979, la valenciana imagina un universo de figuras aisladas, seres deformes, compuestos por materiales y objetos reciclados y ensamblados de desechos tecnológicos con los que la pintora realiza una metáfora de la conversión del hombre en máquina y una crítica feroz de su pérdida de identidad personal, arrollado por las mismas fuerzas que él ha creado. Un momento en el que la pintora ahonda en el concepto de "obra ensamblada", algo en lo que también fue pionera en España. 

Frente al carácter monocromático de su producción inicial, en la última década de su vida Francés regresó a la abstracción, pero de una forma colorista y lírica. En la última parte de la exposición, que abarca de 1980 a 1990, toman protagonismo el movimiento de los cometas en el aire y la vibración de la luz reflejada en los fondos submarinos.

Éste fue un período de calma interior, de estabilidad, solo dramáticamente interrumpida por el fallecimiento de Pablo Serrano en 1985, que provocó una vuelta a los tonos oscuros y la intensidad expresiva de su época informalista. Frente a la carga matérica anterior, aquí destaca la ligereza con el uso del gouache y el papel. 

A través de esta muestra encontramos en la trayectoria de la alicantina una evolución significativa de su obra, que nos deja ver el tránsito de lo oscuro y severo, en su juventud, a lo sensual y colorido, en su madurez. 

"Abanderada de la vanguardia más rompedora en los años 50 y mujer protagonista en un entorno artístico eminentemente masculino, Juana Francés fue, ante todo, lo que sus lienzos revelan: una fuerza creadora capaz de atrapar y transmitir las emociones más intensas", explica Moreno, que recuerda que la autora se enmarca en la etapa de la autarquía franquista, "en absoluto propicia a la vanguardia ni mucho menos al desarrollo de la mujer como artista".   

Programación complementaria 

El área de Educación organiza Tangentes, una propuesta que, a través de los lenguajes escénicos actuales, explora la relación entre dos disciplinas, la danza y la pintura, a través de la convergencia temática con la obra de Juana Francés. La primera sesión tendrá lugar el jueves con Señora, un trabajo que presenta el cuerpo como materia y aborda el conflicto personal que viven las mujeres al experimentar las transformaciones físicas en la etapa de la madurez.

Bajo la dirección y creación de Rebeca Carrera; la asistencia en dramaturgia y textos de Alberto Cortés; iluminación y visuales de Azael Ferrer y la música de Alejandro Lévar, esta actividad tendrá lugar a las 20:15, en la tercera planta del museo, y las plazas para asistir ya están agotadas. 

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