Volvía el cartel de "no hay billetes" a La Malagueta. El efecto, de nuevo, de lleno total y ambiente, como el viernes, de triunfalismo. La presencia de Andrés Roca Rey en la terna fue, sin duda, la clave para que el coso del paseo de Reding luciera con gran cantidad de jóvenes en los tendidos.

También comparecía la banda de música titular de la plaza, la juvenil de los colegios Miraflores y Gibraljaire, con el maestro Puyana a la batuta. Pasodobles tradicionales para una tarde en la que las tablas se desprendían del colorido picassiano anterior. 

Ferrera puso oficio y se llevó una oreja en su primero. Salvador Vega volvía tras seis años sin comparecer en La Malagueta y tuvo una actuación más que respetable. El primero de sus toros le dio dos revolcones, pero fueron tales los naturales que le dio que le valieron una oreja. En el segundo, más discreto y mal con el estoque, saludó. Roca Rey hacía una faena populista, con desplantes sin muleta y arrimones, que le valió una oreja y la petición de la segunda en su primero. En el segundo, entre nada y menos. No hubo toro. Los toros de Daniel Ruiz dieron un juego desigual.

Antonio Ferrera

Llegaba Antonio Ferrera -que sustituía a Cayetano- y, además, alteraba la composición del cartel, pasando a Salvador Vega al segundo. El extremeño abría cartel y lo hacía con un capote más que aseado. Artesano, el primero de Daniel Ruiz aparecía con buenas maneras. Hubo aplausos para Antonio Prieto tras picar al astado y Salvador Vega no desaprovechó su opción: acudió al quite con sabor y rememorando ese capote tan personal. Luego llegaron las banderillas, tras las que saludó la cuadrilla después de tres pares de banderillas excepcionales y una lidia sencilla.

Agarró la muleta Ferrera y brindó a La Malagueta. Se hizo pronto con un toro que le dio tandas de alegría y buenos pases. Le sacó mucho con una derecha calmada y la faena tuvo conexión con el respetable. Tal fue la conexión. que a pesar de una estocada baja -muy baja- el público le pidió tímida pero mayoritariamente una oreja que paseó. El toro, de buena condición, salió aplaudido. Una oreja.

Recibía de forma curiosa Ferrera a su segundo, Rebujano, con un pie en el estribo y un largo capotazo para probarlo. La faena se la complicó el propio matador, que decidió hacerla sin ayuda. Toreó en redondo y el astado le desarmó. Por manejar y dirigir, Ferrera dio instrucciones al maestro Puyana, director de la banda de música de Miraflores y Gibraljaire. Cinco pinchazos, dos avisos y unas discretas palmas para despedir a Ferrera en el que hacía cuarto.

Salvador Vega

Volvía el torero de Fuengirola a la plaza que en ocasiones anteriores le vio triunfar. Travieso, castaño chorreao de Daniel Ruiz, dio juego en el primer tercio. Descabalgó al picador en un lance de la corrida en el que Ferrera hizo un desacertado quite que puso en peligro al caballo y a Javier García, Jabato hijo. En banderillas, Raúl Núñez y Jaime Padilla estuvieron correctos.

Pidió permiso Vega para irse al tercio y brindar al respetable al comenzar la faena. El malagueño tenía voluntad y sacó tandas buenas. Fue de menos a más la intensidad de la faena. Le pegó dos tandas de naturales de gran profundidad. Vega se llevó un primer revolcón con muy mala pinta del que se recompuso para torear, de nuevo con exquisitez, por naturales. Volvió a dar el toro con él, otra voltereta. Con dificultad volvió a por otra tanda para probarse y cogió los trastos de matar. Estocada caída y oreja a la calidad de la faena y la voluntad del torero.

Vega salía para agradar en el quinto de la tarde. Una lidia correcta y ya con la muleta, el de Fuengirola se fue a los medios para empezar con la mano derecha. Una tanda deslucida por la embestida alta del toro que poco a poco intentó domar el fuengiroleño. Fue tirando de Almendrito, el de Daniel Ruiz, para alegrar la faena aunque le fue difícil. Poco más de lo que hizo se le podía exigir a Vega, que volvía a La Malagueta tras seis años. Tres pinchazos y media estocada caída y tendida. Vega saludó desde el tercio.

Roca Rey

Llegaba el peruano por quinta vez a Málaga. No se le veía desde 2018 y recogió a Cantor, el tercero de Daniel Ruiz, en el tendido 1 con lances de probatura. Lo llevó con serenidad al caballo y sin florituras. Sí se lució al sacarlo del caballo con un quite por caleserinas en los medios

Brinda también a los 5.000 aficionados que llenaban -con las restricciones- La Malagueta. Comienza con una tanda de ayudados por alto pegado a las tablas. Ya en los medios, tandas largas con la derecha y rematando por bajo con corrección. Con la muleta en la mano izquierda hubo poco que contar, excepto los enganchones. Arrimón para el lucimiento al son de la música. Toreó en redondo para alentar al personal al que acabó llevándose a su terreno con un desplante sin muleta. Estocada desprendida y una oreja con petición de segunda.

El último de la tarde no dio ningún juego. Falto de fuerzas desde la salida, al público no le gustó un pelo. Pidió el respetable la devolución de Travieso. Cayó varias veces, antes, durante y después del caballo. En banderillas, peligroso y parado. Ya en la faena, Roca Rey se desentendió, aliñó con lo que pudo y fin. Pinchazo y media estocada habilidosa del peruano para terminar la tarde.

Antonio Ferrera, de turquesa y oro Oreja Aplausos tras dos avisos
Salvador Vega, de azul marino y oro Oreja Saludos tras aviso
Roca Rey, de pizarra y oro Oreja y petición Silencio

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