El atasco de casi todos los días. Unas veces, una retención que se aligera con el paso de los minutos. Pero hay ocasiones en las que el caos toma forma. Circular por la autovía A-7 entre Vélez-Málaga y Málaga capital se convierte no pocas veces en una auténtica odisea.
Y es justo lo que ha ocurrido este jueves. La simple presencia de un obstáculo fijo en la vía, al parecer relacionado con el desarrollo de unas obras en la zona, desencadena el bloqueo de la circulación, alargando hasta 10 kilómetros la hilera de coches.
Este es el peaje al que se enfrentan los residentes de la zona oriental de la provincia, obligados a desplazarse por carretera ante la ausencia de medios de transporte público de peso.
Sin tren a la vista ni tiempos competitivos para el autobús, sólo queda el vehículo a motor, cuyo uso se ve ciertamente restringido cuando las arterias sobre las que avanzar son igualmente limitadas.
Quien viene desde Vélez o desde el propio Rincón de la Victoria solo puede avanzar en dirección a la capital, donde muchos tienen su puesto de trabajo, o hacia la parte occidental de la Costa del Sol a través de la antigua N-340 o por la autovía y la ronda este de la capital.
Vías que adquieren la condición de ratonera en jornadas como la de este jueves. El problema al que se enfrentan estos miles de usuarios es que pasarán aún unos cuantos años antes de poder siquiera atisbar una solución a sus problemas.
Sin soluciones a la vista
El Gobierno central, tras no pocas reclamaciones de la sociedad civil, únicamente está estudiando cuál de las potenciales alternativas viarias sería la más adecuada para minimizar el impacto de la creciente congestión de tráfico en la zona este.
Un tercer carril, carriles reversibles, una nueva ronda de circunvalación al norte de la actual... Todo ello está sobre la mesa. Sin embargo, una vez se determine desde el punto de vista técnico cuál de las actuaciones es la idónea, habrá que esperar a que el Ministerio de Transportes la haga suya y apueste de manera decidida por su desarrollo.
Más allá del encargo del mencionado trabajo de análisis, que habrá de tener continuidad con los proyectos de ejecución de la intervención que corresponda, Transportes omite por el momento la puesta en marcha de acciones inmediatas.
Desoye de este modo el clamor de algunos de los municipios afectados, caso de Rincón y Málaga capital, cuyos alcaldes (Francisco Salado y Francisco de la Torre) pusieron luz hace algunas semanas a un trabajo técnico en el que se perfilan siete actuaciones “a corto plazo” y que supondrían una inversión de apenas 14 millones de euros.
Lejos de atender el planteamiento, el ente dirigido por el ministro Óscar Puente se cierra en banda. Así quedó de manifiesto el pasado 30 de septiembre, cuando la secretaria general de Movilidad Sostenible, Sara Sánchez, en el marco de las reuniones por la mejora de la movilidad en la provincia de Málaga, pasó por encima del asunto.
Los testimonios de los sufridos conductores apuntan en la misma dirección. Cada uno con las particularidades de su recorrido.
Testimonios
Es el ejemplo de una profesora que salió de su casa en Rincón a las 07:00 horas. Habitualmente tarda alrededor de media hora en el viaje que le lleva a su centro escolar. Este jueves ha sido el doble.
Otros usuarios se han topado con la congestión por la antigua N-340, cuyos niveles se han incrementado debido al desplazamiento de muchos vehículos atrapados en la autovía.
"Salí de mi casa a las 06.40 horas y hasta las 08.00 no he llegado a El Palo", comenta indignado otro conductor, quien explica que ante el caso optó por desviarse por la zona de La Araña.
Una situación similar es la de Sergio, un trabajador que se ha pasado más de una hora en el atasco hasta poder llegar. El suyo es el testimonio de un ciudadano cada vez más cabreado con los problemas de movilidad de la zona oriental. "Hace falta un tercer carril y que llegue el tren litoral a la provincia de una vez por todas", reclama.
"He notado un aumento considerable de tráfico. Hoy ha sido alucinante, la verdad. He visto el nuevo asfaltado y he leído lo de la obra...", añade.
Francisco, por su parte, salió de casa alrededor de las 06:40 horas. Desde el punto de origen hasta su destino, en el polígono Guadalhorce, suele tardar unos 25 o 30 minutos.
Pero, sorpresa. "Cuando me estaba incorporando a la autovía por la salida de Benagalbón, ya estaba la fila de coches parada. Parecía que había sido por un accidente, pero al mirar el navegador del coche y un panel informativo de la autovía, me encuentro con un mensaje de obras", explicaba.
"¡No puede ser verdad. Obras a las 6:40 horas en una de las carreteras más conflictivas en cuanto a tráfico en hora punta!”, reflexionaba este sufrido conductor.
Su malestar fue en aumento con el paso de los minutos. "¿De verdad que Carreteras del Estado no tenía otro día/hora para hacer ese arreglo?".
Llegado ese punto en el que ya se encuentra dentro de la ratonera que ha sido este jueves la A-7, en la parte oriental, a Francisco no le ha quedado otra que tirar de paciencia. "No te queda otra que poner la radio y ver de forma incrédula cómo se suceden los conos cortando el carril izquierdo de la autovía desde la incorporación en Benagalbón hasta pasada la salida del Rincón de la Victoria".
Esa distancia, de apenas un kilómetro, le ha llevado unos 30 minutos. Superado el primer embrollo, la situación no se normalizó. "Piensas que se están riendo de ti y que Carreteras del Estado asume con total tranquilidad que los problemas existen y van a seguir existiendo sin hacer absolutamente nada por querer ponerle remedio".
