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La Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Málaga está de luto por la muerte de un malagueño que vestía desde hace cinco años el uniforme naranja. Si nunca es fácil despedir a uno de los suyos, con los que han pasado horas sirviendo de forma totalmente altruista a Málaga, aún más complicado es todo si se trata de un voluntario de apenas 40 años, Juan Antonio Canis, con toda la vida por delante.

Sobre la causa de la muerte, ninguno de los voluntarios sabe qué ha ocurrido. Hace unos días recibieron la llamada de su familia explicándoles la noticia, que les dejó a todos en shock. Juan Antonio llevaba en el cuerpo de voluntarios unos cinco años y uno de sus compañeros, Hugo, asegura que su carácter "firme y decidido" jamás fue obstáculo para la empatía, una de sus principales virtudes.

"Sabía ponerse en la piel de quienes sufrían y dar lo mejor de él en cada momento. Como voluntario de Protección Civil dejó huella, no solo en las emergencias, sino también en las personas que compartimos el camino con él", dice este voluntario con emoción.

Por su parte, Juan Jesús, otro compañero que tuvo mucha cercanía con él, pone en valor la bonita amistad que ambos forjaron. "Yo le llamaba papá Juan", dice con una sonrisa. Todas sus conversaciones acababan con chascarrillos estuvieran donde estuvieran. Pero disfrutaron especialmente partidos del Unicaja y del Málaga, la Semana Santa y los conciertos.

"Es que hicimos un sinfín de servicios juntos, era un compañero activo, recuerdo que siempre estaba ahí para los compañeros cuando finalizaba un servicio, él siempre preguntaba si todos los que habíamos ido disponíamos de transporte para volver a casa, y en el caso de que alguien no tuviera, él se ofrecía a llevarlo de vuelta a casa sin importar la hora que fuera", recuerda.

En esos caminos a casa se daban conversaciones que fueron fraguando la bonita amistad de ambos. El fallecido sirvió varios años en el ejército y Juan Jesús "lo tenía frito a preguntas". "Llegó a tener algún detalle conmigo, me regaló alguna cosa de su época en la milicia", dice con orgullo, sabiendo que las guardará para siempre como el mejor recuerdo de uno de los mejores compañeros que ha tenido a su lado.

Dikra, otra voluntaria, asegura que Juan era muy reservado y serio de inicio, pero que en cuanto cogía confianza "lo daba todo por ti". "Aconsejaba de manera distinta a cualquier otra persona, aunque él mismo estuviera hundido, siempre intentaba y hacía todo lo posible por ayudar", expresa.

Nunca olvidará que si de servicio le daba frío, ahí estaba él para darle su chaqueta, aunque él "se estuviera helando". "Era muy protector y un gran motero, le encantaban las motos y hacer rutas. "Estuvo preparándose para maquinista de tren, pero finalmente se dedicó a ser conductor de autobuses, después de haber sido militar y vigilante de seguridad. En definitiva, la mejor persona que he conocido, y le estaré eternamente agradecida por todo", asevera.

Como el resto de sus compañeros, Iván incide en que Juan siempre fue muy celoso de su intimidad y algo serio, pero que entre tanta disciplina "tenía un buen sentido del humor" y se caracterizaba como un espectacular compañero, cuyo último servicio fue en la romería de la Virgen de la Victoria, que marca el inicio de la Feria de Málaga. "Ahí estaba bien, no sabemos qué ha podido pasar", zanja.

La entidad, a través de sus redes sociales, ha compartido un comunicado con imágenes del fallecido para dar el pésame a la familia y poner en valor el gran trabajo de equipo que hizo Juan Antonio, cuya numeración era V-1896.