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Acceder a la primera vivienda en Andalucía se ha convertido en un reto cada vez más difícil. A los elevados precios del actual mercado residencial, que alcanzan niveles históricos, los compradores deben afrontar una carga fiscal que, en muchos casos, equivale al salario neto de un año.

Así lo constatan desde la Cátedra Real Estate Alfil de San Telmo Business School, ente desde el que subrayan que en provincias como Málaga los impuestos que gravan la compra de la primera vivienda habitual pueden oscilar entre 20.000 y 35.000 euros.

Unos valores que, en muchos casos, superan el salario medio anual en la región, situado en torno a los 23.000 euros.

De acuerdo con los datos vigentes, publicados por Idealista, el precio medio de la vivienda en Andalucía se sitúa actualmente en 2.518 euros el metro cuadrado, con un incremento anual del 15%. 

Sin  embargo, en Málaga este precio alcanza los 3.775 euros el metro, muy por encima de la media regional. Esta diferencia hace que la adquisición de vivienda en la Costa del Sol sea especialmente difícil para jóvenes y familias que buscan su primer hogar.

Una fiscalidad que limita el acceso

A esta subida de precios se suma la alta fiscalidad. Por un lado, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que oscila entre el 8 % y el 10 % en la vivienda usada, o un 10 % de IVA más el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD) en obra nueva.

"El sistema actual penaliza a quienes ejercen su derecho constitucional a una vivienda digna", señala Francisco de Asís Gómez Palma, presidente de la Cátedra Real Estate Alfil. 

En esta misma línea, Josep Mor Figueras, profesor del área de Finanzas y director académico de la Cátedra, destaca que esta carga fiscal "desproporcionada no sólo encarece la adquisición de vivienda, sino que afecta especialmente a los jóvenes y a las familias que intentan acceder a su primera vivienda habitual".

Propuesta de la Cátedra Real Estate Alfil

Ante esta situación, la Cátedra propone suprimir o reducir drásticamente los impuestos para quienes adquieran su primera vivienda habitual. 

La medida se enfocaría en residentes fiscales, excluyendo segundas residencias o inversión especulativa, y podría aplicarse de forma temporal o estructural en zonas de alta demanda y escasa oferta.

Además, los expertos recomiendan otras medidas complementarias: agilización de planes urbanísticos, fomento de la construcción industrializada, creación de instrumentos financieros mixtos y refuerzo de la seguridad jurídica en el desarrollo inmobiliario. 

"El acceso a la vivienda no puede considerarse un lujo; es un derecho que la fiscalidad actual está limitando", concluye Álvarez Osborne Gutiérrez, CEO de Constructora GESTECO y miembro del Consejo.

A su juicio, la capacidad de compra de muchas familias se ha reducido drásticamente en estos años por el incremento de los precios. 

“A esta brecha se suma la falta de ahorro, que impide a gran parte de la población reunir el 20% necesario para acceder a una hipoteca. En este contexto, la fiscalidad que grava la compra se convierte en una barrera especialmente difícil de superar para las rentas medias y bajas, obligando a muchos jóvenes a vivir en habitaciones o viviendas minúsculas a precios muy elevados”, apostilla.