El día en que se podrá viajar desde Málaga hasta Ronda por una autovía que cruce todo el Valle del Guadalhorce está aún lejos en el tiempo. Sin embargo, en los últimos años la gigantesca distancia entre estos dos territorios se ha empezado a reducir.
El paso adelante dado por la Junta de Andalucía en el reto de ejecutar esta gran infraestructura es evidente. Muestra de ello son los numerosos estudios y proyectos desarrollados en este tiempo.
Una labor que se ve ahora reforzada por el acuerdo que va a adoptar este miércoles el Consejo de Gobierno andaluz, que ha incluido en su orden del día la autorización a la Consejería de Fomento para la contratación de las obras del tramo entre el enlace de Casapalma y el enlace de Cerralba.
Se trata del primero de los segmentos de la carretera del Guadalhorce que va a ser ampliada, de manera que pase a convertirse en una autovía. La intervención tiene un coste inicial de 56,9 millones de euros (IVA incluido).
El hito toma forma después de que la consejera del ramo, Rocío Díaz, anunciase el pasado mes de febrero en el Parlamento andaluz la determinación de ir adelante con esta primera fase de las obras.
Hay que recordar, además, que a mediados del pasado mes de mayo se conoció que la intervención contaba con el informe favorable de la Consejería de Sostenibilidad Ambiental, pronunciamiento imprescindible para avanzar en la licitación.
Detalle del trazado entre Casapalma y Cerralba de la nueva autovía del Guadalhorce.
En esta resolución se apuntaba la existencia de ciertos aspectos singulares en el territorio sobre el que se plantea la infraestructura. Uno de ellos tiene relación directa con el patrimonio cultural y la existencia de restos arqueológicos de cierta importancia.
De manera precisa, aludía a la realización de varias actividades arqueológicas. Una de ellas, bajo la denominación de Casapalma I, ha incluido 11 sondeos, "con resultados positivos", localizándose restos muebles adscribibles a época romana altoimperial en el estrato superficial.
Por otro lado, los técnicos aluden a la posibilidad de encontrar en el territorio ejemplares de varias especies vegetales, como la cosentinia vellea, incluida en la Lista roja de la flora vascular de Andalucía, "casi amenazada", y Rupicapnos africana subsp. decipiens, "en peligro de extinción".
La actuación planificada consiste en un tramo de 4.600 metros de autovía (tronco) de doble calzada con dos carriles cada una.
El proyecto recoge la construcción de un viaducto de vigas de 230 metros de longitud con siete vanos sobre el Río Grande, tres pasos inferiores de permeabilidad transversal (uno de restitución de la vía pecuaria Cañada Real de Ronda), muros e infraestructuras de drenaje (caños, marcos y cunetas). También comprende la construcción de dos glorietas a la altura del futuro enlace de Cerralba (PK 4+340), y varios ramales.
La sección tipo de la autovía consiste en una doble calzada de dos carriles de 3,5 metros de ancho, con arcenes exteriores de 2,5 metros e interiores de un metro. El firme consistirá en una capa de 25 centímetros de zahorra artificial y tres capas de aglomerado asfáltico.