El crecimiento de la red social Tik-Tok es casi imparable, actualmente la componen más de 1.590 millones de usuarios y se espera que el año que viene alcance fácilmente los 2.000 millones.

De ellos, unos 22 millones de España. En ese mega mercado hay organizaciones criminales que han entendido que existe una gran una oportunidad de negocio.

Es fácilmente localizable a todo tipo de miembros del crimen organizado mundial en Tik-Tok; desde sicarios del Cartel Jalisco Nueva Generación o Sinaloa, químicos de esos carteles mexicanos, narcos albaneses que actúan en Inglaterra, petaqueros y narcos que actúan en la costa andaluza, cocineros de cocaína de Colombia, o traficantes de armas de cualquier parte del mundo.

En el caso de la Costa del Sol es habitual ver las cuentas de Tik-Tok de narcos que se graban conduciendo por Marbella coches de alta gama, mostrando relojes valiosísimos o grabándose en fiesta de conocidas discotecas.

También se unen a una tendencia de las organizaciones criminales que operan en España y es la creación de cuentas efímeras de Tik-Tok para presentar droga y conseguir nuevos clientes.

Antes lo hacían sobre todo en Telegram y sólo con hachís y ahora se han pasado a la cocaína. Publican vídeos con paquetes de cocaína junto a periódicos de un día concreto para hacer ver que son recientes y dar confianza de que no sea una estafa.

Estas maniobras también la usan en Sudamérica. En el caso de España en uno de los vídeos aparece La Vanguardia del 24 de febrero de este año junto a 19 paquetes de cocaína con la inscripción de un Fórmula 1.

En los comentarios aparecen decenas de personas que preguntan precio y lugar en el que necesitan la droga en Europa.

En otro vídeo, la misma cuenta muestra un paquete de un kilo de cocaína y lo ofrece a 21.000 euros en Toulouse (Francia), un precio bastante bajo si se compara con los de años atrás, pero hay tanta cocaína en el mercado que su valor al por mayor ha caído en picado.

Otro usuario le insiste a la cuenta que le haga llevar cocaína por 16.000 euros un kilo, un precio que en algunos lugares se está pagando cuando antes estaban a casi 30.000 euros.

Vídeos como estos están en público 2 o 3 días y luego los borran para negociar con quienes se han interesado, y para que Tik-Tok no les elimine la cuenta, aunque esa censura en esta app funciona de aquella manera en cuanto a cuestiones del crimen organizado se refiere.

La viralidad de los vídeos de Tik-Tok hace que grupos criminales la aprovechen para conseguir clientes que de otra manera les costaría mucho más llegar, y la están utilizando de una forma descarada visto lo visto porque hay decenas de estas cuentas en la red social y no lo hacen de forma privada.

Esas publicaciones llegan en pocas horas a 20.000 o 50.000 visitas, unas cifras que son casi imposibles de conseguir en otra red social actualmente.

En Telegram los traficantes son más discretos y solían utilizar grupos privados, pero algunos han decidido ya traficar casi a cara descubierta.